En toda la mañana del martes la pase sola en la oficina, Aaron tuvo reuniones en otras sedes. A la hora del almuerzo me llama.
- Hola. - le contesto.
- Te extraño. - una sonrisa se dibuja en mi rostro.
- Y yo a ti. ¿Comiste?
- No amor, no he salido de la reunión.
- ¿Estás en reunión ahora?
- Si pero no.
- ¿Si pero no?
- Si, pero me salí para llamarte.
- ¿Solo por qué eres el maldito jefe?
- Solo porque soy el maldito jefe.
- Y el más ardiente, que no se te olvide.
- Gracias, escribiré eso en mi hoja de vida. ¿Qué haces?
- Estaba terminando los planos que me dejaste. - parecemos dos adolescentes.
- Le dije a Bob que te llevara a comer.
- ¿No hay vuelta atrás con lo de no salir sola verdad?
- No. - suspiro y lo entiendo.
- Está bien, ahorita lo llamo. Ahora sigue trabajando.
- Te aviso cuando este en camino, te quiero. - mi mundo da 264186 vueltas.
- Y yo a ti precioso. - escucho que ríe.
- Me puedo acostumbrar a que me digas así. - terminamos de hablar y colgamos.
*
- Entonces, ¿vamos a una cita? - hablo cuando me subo a la camioneta.
- Buenas tardes señorita Ada. Yo más bien diría que ando de niñero.
- ¡Oye! No seas malo. - golpeo su brazo - no seas malo.
Tarde más de 10 minutos convenciendo a Bob para que comiera conmigo, pretendía esperarme en la camioneta, lo tuve que amenazar con llamar a Aaron.
Estamos terminando de comer cuando la mesera se acerca con una copa.
- Disculpa, un hombre te envía esto - la coloca en la mesa - y esto también. -me entrega una tarjeta.
Bob y yo nos miramos y le doy las gracias a la mesera. Leo la nota en voz alta.
"Igual de hermosa como siempre Ada"
- ¿Quién lo envió? - pregunta Bob con un ceño notablemente fruncido.
- Un hombre rubio, pero ya se fue.
Bob se levanta y me entrega las llaves.
- Entra a la camioneta y colócale el seguro, no le abras a nadie.
- No exageres.
- Haz lo que digo.
No se cuánto es la cuenta, igual dejo un billete fuerte en la mesa y me voy. Desactivo la alarma y subo, bajo los seguros y espero. La vibración de mi teléfono en las manos hace que de un brinco, el dichoso número desconocido.
Descuelgo la llamada pero no hablo.
- ¿Hoy estas muda? - no reconozco su voz.
- ¿Quién eres?
- Un admirador que solo esta cautivado por tu belleza.
- ¿Quién demonios eres?
- No me temas. - habla en tono suave.
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Dulce Infierno
RomanceAda Woods esa mujer sin filtro que dice lo primero que le pase por la cabeza, es torpe como ella sola, habla hasta por los codos y está más dormida que despierta. Pero ante todo es fiel a su familia y a sus seres queridos. A sus 23 años se traslada...