Capítulo 49.

141K 7.2K 372
                                    

Son la 1 en punto, las horas transcurrieron demasiado rápido, estoy entusiasmada con estos planos así que mi imaginación está a millón.

"¿Lista para ir a comer?"

"Dame 5 minutos, espérame abajo"

"4 minutos"

Río ante su respuesta exigente.

- ¿Te avergüenza que te vean conmigo? ¿Tan feo soy?

- ¿Eh? — pregunto cuando me estoy abrochando el cinturón de su camioneta.

- Dijiste que te esperara abajo.

- Ahh, no, no me avergüenzas tonto. Sólo es queee, no se...

- ¿No sabes en que situación estamos?

A ver, no soy una mujer intensa que va por la vida preguntándole al hombre con que se besa que somos, sólo dejó que todo fluya hasta que llegue el momento de hablar y definir todo, y así estoy ahora, no quiero preguntarle a Aaron que somos, sé que nos hemos dicho que nos gustamos, pero no sé si él quiere llevar esto más allá, a algo formal.

- No —respondo después de unos segundos.

- Yo sí, pero no será hoy cuando hablemos de eso. Por ahora vamos a comer y hablar sobre otro tema.

Enciende la camioneta y comienza a manejar, con una mano en el volante y otra en mi pierna.

*

- ¿Qué quieres para comer? —me pregunta cuando ya estamos sentados viendo el menú.

- No sé, es primera vez que vengo aquí.

Aaron ordena la comida por mí, y vino blanco para beber. El restaurant es precioso, todo blanco con vinotinto, me relajo con la música en vivo en el fondo.

Traen nuestra comida y Aaron alza su copa hacia mí.

- Brindemos.

- ¿Brindaremos por qué? —pregunto sonriendo y con mi copa en el aire.

- Por esto entre nosotros que no tienes definido —suelto una pequeña carcajada.

- Brindemos entonces —unimos nuestras copas y bebemos.

Iba a comenzar a comer cuando Aaron carraspea su garganta y habla.

- ¿Y mi beso de buen provecho?

Subo mi vista hacia él y tiene sus ojos cerrados con los labios fruncidos, esperando un beso. Retiro la servilleta de mis muslos y me levanto para darle un beso, sonríe en mis labios, sabe a vino.

- Buen provecho maleducada.

- Buen provecho señor Cromwell.

Han pasado sólo 5 minutos, y no soy de estar callada, me gusta hablar lo admito.

- ¿De qué quieres hablar? — Aaron sonríe cortando su carne sin mirarme.

- Que impaciente. Te conozco, sabía que no ibas a poder pasar más de 5 minutos sin preguntarme.

- Bueno, sabes como soy. Ahora dime.

- Te quería proponer algo.

- ¿Una propuesta indecente jefe? — lo pincho.

- No, pero me puedo poner creativo entonces.

- Ilumíname.

- Lo pediste tú, lo diré de otra manera entonces — reposa sus codos en la mesa y lleva las manos a su barbilla, está en modo negociación — Te quería proponer seguir trabajando en mi oficina, en las mismas cuatro paredes, en donde pueda tenerte para mí todo el día, en donde cuando me plazca pueda levantarme de mi escritorio e ir hacia el tuyo, besarte y tal vez tocarte y robarte un orgasmo como lo hice ayer. ¿Estás de acuerdo con mi propuesta?

Dulce Infierno Where stories live. Discover now