Capítulo 5.

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LES JURO por lo que más quieran que no reconocí a su hermano ni me acordaba de el, técnicamente es su hermanastro pues no es hijo de  Adela la madre de Holly, solo del señor Fred de su matrimonio anterior. Además que no vivía con ellos y cuando se quedaba se la pasaba en su habitación estudiando.

- Vine a traerte los documentos que me pediste esta mañana. —dijo con esa voz y ese perfume tan varonil que por un momento pensé en darle los hijos que me pidiera.

Pero chica si ha cambiado, lo recuerdo como un adolescente normal como todos sin nada que resaltar pero los años le dieron el primer lugar para la mejor pubertad  definitivamente.

- ¿Y ese animal de quién es? —respondió Holly señalando a coco.

Aclaré mi garganta porque ninguno de los dos había notado mi presencia —este es coco Holly.

Ella soltó una fuerte carcajada cuando dijo — Ada ¿Sabes qué no durará ni un mes vivo no? — y ahí va otra que no confía en mis dotes como madre perruna. — Aaron esta es Ada ¿te acuerdas de ella?

Me entregó a coco para luego estirar su mano estrechando la mía y decir — si, un placer volver a verte —estreché su mano y vi cómo la retiró rápido como si se hubiese acordado de algo.

- Mañana celebraremos la boda de plata de papa, me imagino que a esta celebración tampoco asistirás —dijo y de reojo percate que Aaron me estaba mirando, decidí ignorarlos y seguir en la cocina pero antes quería escuchar su respuesta.

- Si, esta vez vendré — Mi amiga entrecerró los ojos como si le estuviera leyendo la mente a su hermano.

- Tengo que irme nos veremos mañana — coco corre a sus pies y le alza su patica, él lo levanta le acaricia la cabeza y se va. Traidor.

Después de unos segundos en silencio porque está claro que Holly no puede pasar más de ese tiempo sin decir nada me dice con una sonrisa en la cara

- ¿Sabes qué Aaron te montó  el ojo no? —con razón lo miró con esa complicidad.

- Ay querida créeme que yo no tendría problemas de montarme en él. —no puedo creer como está ese hombre.

- Por eso me pareció extraño que dijera que sí asistirá mañana, desde hace tiempo todo para el es su trabajo. —dijo con una clara nostalgia.

Le extendí un plato con caldo y una pastilla para la gripe.

*

Holly milagrosamente después de unas cuantas copas ya se sentía mejor, pasamos la tarde y parte de la noche bebiendo y hablando sin parar ni un segundo así éramos cuando estábamos juntas.

Me despedí de ella con un beso en la mejilla y diciéndole que nos veríamos mañana, a lo que ella simplemente ignoró por despedirse de coco.

Llegue a casa después de pasar por una pastelería y comprar un buen trozo de pie de limón, era lo más delicioso. Me duché, me preparé una cena rápida y fácil porque los ojos ya se me cerraban solos por el sueño, o por las copas quién sabe.

Dulce Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora