Capítulo 18.

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Llega el martes y desgraciadamente hoy no me suena la alarma, me levanto corriendo llevándome por delante al pequeño peluche para jugar de coco. Me baño en menos de cinco minutos, me visto y no me da tiempo de maquillarme ni de peinarme, le preparo todo a coco y salgo. Una vez en el auto mastico un chicle de menta.

Llego al edificio y me topo con aquel apuesto guardia de seguridad, el cual me ve y sonríe.

- Apúrate, sería un total desperdicio que te despidan por llegar tarde —dice y me guiña un ojo.

Llego a mi piso de trabajo y no me da tiempo de ir a mi oficina porque a la mitad del pasillo se encuentra un Aaron cabreado y a Jorsh con su cara, bueno su bella cara de siempre.

Paso por su lado, como si yo tuviera la capa de invisibilidad y no me fueran a ver, cuando escucho que me llaman.

- Ada.

Me volteo y Aaron me está mirando.

- Aquí ni yo llego tarde, no soporto ese tipo de faltas, por eso a la tercera despido. Va una y contando.

- Si Señor Cromwell.

Da media vuelta y se sube al ascensor.

- Cuando vayas a llegar tarde escríbeme, así si me consigo con Aaron le invento que te mande a buscar algo.

- Eres un sol.

- Lo se saltamontes, ahora en 10 minutos pasas por mi oficina.

Voy a la pequeña cafetería y me sirvo un chocolate caliente, de regreso me detengo en la puerta de cristal de la oficina de Jorsh y toco. Me dice que pase y asomo mi cabeza, me sonríe y termino de pasar.

- Tú me dirás pastelito —solo cuando estamos a solas o fuera de este edificio me atrevo a decirle así.

- Te tengo dos noticias.

- Ahí es cuando me dices que una es buena y la otra mala. ¿O es que las dos son malas noticias?

- Depende de cómo lo veas —dice y veo como contiene una risa, yo entrecierro los ojos y lo incito a seguir.

- Una es que me voy de viaje por una semana fuera del país, asuntos de negocios.

- Aja.

- Y la otra es que me mandaron a transferirte al último piso mientras no estoy.

- ¿Con Aaron? Dime que es una broma.

- Oh Ada, no es tan malo como jefe.

Claro como no fuiste tú quien lo rechazo.

- ¿Cuándo te vas?

- Mañana

- ¿Mañana? ¿Tú me das la mitad de un día para prepararme psicológicamente?, gracias.

- ¿Aaron y tú ya se conocen?

Me cruzo de piernas y me pongo un dedo en la barbilla.

- Vaya, no sabía que tenías una vieja chismosa dentro.

Jorsh solo se carcajea.

- No soy ciego Ada, vi cómo te trato ayer y hoy.

Me levanto y me dirijo a la puerta.

- Algún día lo sabrás —le lanzo un beso en el aire con la mano y salgo a mi oficina.

En mi oficina paso todo el día trabajando, Jorsh me mandó a adelantar todos los proyectos que tenemos juntos para no sobrecargarnos cuando él llegue.

*

Faltan 30 minutos para salir y me sumerjo en el ordenador para pasar ese tiempo, ya culmine con todo el trabajo por hoy.

Dulce Infierno Where stories live. Discover now