La noche anterior llegué tarde del Orfanato y no dejaba de pensar en YoungGi, en que si lloraba porque nos extrañaba o extrañaba a sus amigos. Pero supe que llegó bien, los padres llamaron cuando estuvieron en casa. Haneul me explicó que ella pasaría por un proceso de adaptación, que sería normal que nos extrañara pero que después se acostumbraría a su nuevo hogar.
Estaba un poco más tranquila por ella, pero la extrañaba.
Al despertar hoy, EunBi me dijo que la acompañara a comprar el vestido para la boda, por lo que luego del almuerzo, fuimos en su auto hasta el centro donde estaban todas las tiendas en donde ella solía comprar.
Entramos en varias tiendas, pero ella no podía decidirse hasta que, en una de esas y después de probarse muchísimos modelos, encontró el que ella consideró como el indicado. Era azul celeste largo, pero tenía una pequeña abertura en la pierna derecha.
Fuimos a pagarlo, esperamos un poco porque una chica estaba delante de nosotras llevándose bastantes cosas.
Cuando salimos del local, frente a este vimos a HoSeok junto a su camioneta y tenía abrazada por la cintura a la chica de antes, mientras tenía su billetera en la mano. Era obvio que había pagado por todo lo que se llevó la pelirroja. Él giró su cabeza para vernos, y sonrió victorioso cruzando miradas con EunBi.
Enganché mi brazo con el de mi hermana, que no dejaba de ver la escena, y comenzamos a caminar hacia el auto.
–Tantas tiendas en este lugar y justo tuvimos que cruzarnos con él y su zorra. –Exclamé entre dientes.
–Esa chica es muy linda. –Musitó EunBi a mi lado, en cuanto llegamos junto a su auto.
–Tu lo eres mucho más –aseguré, mirándola– y vales más que esa zorra.
–No sabemos si lo es.
–Por favor, claro que lo es –dije con obviedad– tiene toda la pinta de zorra barata, tú eres mejor que eso, no te sientas mal.
–Has dicho muchas veces zorra. –Soltó una risita, aún así en su expresión se podía ver un poco de tristeza.
Ambas nos subimos al auto, ella lo encendió y arrancó.
–Ese era el tiempo que necesitaba –habló con un evidente tono de decepción– quería estar con otras.
–"Oh si, nena, tengo mucho dinero –dije colocando la voz más gruesa y haciendo ademanes con las manos– ve comprate algo lindo, mientras yo te espero aquí luciendo como el imbécil que soy" –EunBi soltó una carcajada. –Apuesto a que es malísimo en la cama y tiene que impresionar de otra manera.
–¡Cassie! –Se carcajeó aún más fuerte, solo quería hacerla reír y que se olvidara de aquel idiota. –No era malo. –Susurró y noté un sonrojo en sus mejillas, mientras veía al frente.
–Monie, es el único con quien has estado –señalé–, probablemente JungKook sea mejor.
–¡Acassia! –volvió a gritar– estás loca, hermana. –Reí y ella me siguió.
–¿No te causa curiosidad? –Pregunté, refiriéndome a Jeon y ella negó.
–Debe estar ganando muy bien en la empresa de SungJun, esa chica llevaba muchas bolsas. –Comentó, desviando un poco el tema.
–Si, supongo.
Cuando llegamos a casa, luego de ir al cine, Anna llamó a EunBi para que fuéramos a la casa Park. JiMin y yo habíamos hablado brevemente hace un rato, nos veríamos en su casa obviamente.
Ambas nos cambiamos, y fuimos hasta allá.
Anna quería que cenáramos como una "familia". La cena transcurrió normal, al parecer la boda se retrasaría algunos días porque ella y SungJun viajarían al día siguiente, regresarían un día antes de la boda y luego se irían de luna de miel. Pero este viaje sería por negocios, según lo que había comentado SungJun.
Me levanté para ir al baño, al salir me conseguí con Anna saliendo del cuarto de juegos, ahí estaba JiHwan.
–Que suerte tiene Ji de tener una madrastra como tú. –Hablé en cuanto ella se acercó para salir del pasillo, pero se detuvo cuando me escuchó.
Ella era un amor con el pequeño, si no la conociera dijera que de verdad lo quería.
–No empieces –se cruzó de brazos– por cierto, supe lo que pasó con HyunJin, que la golpeaste.
–¿Cómo lo sabes?
–Me la encontré en el spa y me lo dijo –me pareció raro que se acercara a hablarle a Anna, por lo que sabía la castaña no quería tener nada ver con nosotras– yo no te crié de esa manera, BaeMin. –Su tono de reproche me molestó. –También por ella supe que vas de chico en chico. ¿Es verdad que tienes algo con JiMin?
–Para empezar tú no nos criaste –la apunté– lo hizo papá junto con las mujeres de servicio, mientras tu te dedicabas a salir con tus amigas o estar fuera de casa todo el día haciendo quien sabe qué, así que no me vengas con esa mierda –espeté, mirándola a los ojos– no tienes el derecho de regañarme, no sabes nada de lo que pasó, ni del por qué la golpeé, tampoco perderé mi tiempo explicándolo. Y no, no tengo nada con JiMin y si así fuera el caso, eso no sería tu problema.
HyunJin no se cansaba de joder, estaba loca. Y era obvio que Anna le creería sus estupideces.
–¿Estás orgullosa de quedar como una cualquiera ante los demás? –Preguntó, ignorando lo anterior– Tu padre no estaría nada contento, ni orgulloso.
Reí sarcástica. –Lo mismo te pregunto yo.
No le cayó para nada bien el comentario, parecía estar a punto de explotar.
–¡Respétame, maldita niña! –elevó el tono– ¡No sabes cuanto me arrepiento de haberte tenido!
Mentiría si dijera que no sentí una punzada de dolor, una cosa era saberlo y otra que me lo gritara en la cara. Hace mucho que no sentía dolor por sus palabras o desprecios, pero no le demostraría que aquello me había afectado.
–Créeme que lo sé, si no hubiese sido por tu amor al dinero nos habrías abandonado. –Dije despreocupada.
–¿Mamá? ¿Cassie? –EunBi caminó hasta nosotras, mirándonos y se colocó a mi lado, notando el ambiente tenso –¿Qué pasó?
Anna se alejó de nosotras si emitir comentario alguno, yo temblaba por el enojo.
–¿Discutieron verdad? –no respondí– No pueden estar peleando siempre.
–¿Cómo esa mujer puede ser nuestra madre? –Hablé ésta vez dejando salir mi enojo. –¡Ya no soporto estar cerca de ella!
Anna era del tipo de persona que cuando se sentía atacada o muy molesta, lanzaba a matar con comentarios crueles. Yo era como ella, y muchas veces odié ser así. Aunque por supuesto lo que ella había dicho no fue en defensa, decía la verdad.
–Cálmate, Cassie. –Me abrazó de costado, sentía que iba a llorar de la rabia.
Monie prefería mantenerse al margen y no opinar, pero yo estaba bien con eso. Ella ignoraba muchas cosas y yo no necesitaba que entrara también en conflicto con Anna.
Se escucharon unos pasos y ambas volteamos, era JiMin que se acercaba. Yo desvié la mirada, respirando profundamente.
–¿Están bien? –Preguntó, situándose frente a mi justamente.
–Cassie está molesta, mamá y ella acaban de discutir. –Respondió EunBi.
No quería que lo supiera, pero era evidente que había pasado algo y lo preguntaría.
Monie dejó de abrazarme y JiMin aprovechó para acercarse más a mi, y me tomó de las mejillas para que lo mirara a los ojos.
–Tranquila, bonita. –Dijo si despegar sus ojos de los míos, pasó un dedo por mi entrecejo fruncido y lo suavicé. –Cálmate. –Mi respiración estaba algo agitada por el enojo, desvié la mirada a un punto en su cuello.
Su personalidad y la mía eran muy distintas, él tenía mucha paciencia y no dejaba de que las cosas lo molestaran fácilmente –aunque yo me alteraba fácilmente solo a causa de Anna– su tono de voz era relajado siempre y de alguna manera hacía que yo me tranquilizara en momentos así.
Llevó sus manos de mi cara a mis hombros, deslizándolas por mi brazos hasta deshacer mis manos que estaban en puños.
–Yo... volveré al comedor. –Dijo Monie y se fue por el pasillo, yo aproveché para soltarme del pelinegro.
–Quiero irme. –Pronuncié más tranquila.
–Está bien, yo te llevaré, iré a despedirme.
–Te esperaré afuera. –No vi venir el beso que me dio en la frente, antes de alejarse.
Me quedé unos segundos procesando lo que acababa de pasar, porque él no había hecho eso antes, pero reaccioné y caminé hasta salir de la casa.
Ya estábamos en mi apartamento, yo no había hablado en todo el camino, tenía muchas cosas en la cabeza entre esas el beso que me había dado JiMin en la frente, por alguna razón no dejaba de pensar en eso.
Salí del baño con el camisón puesto y libre de maquillaje, JiMin estaba terminando de colocarse su pijama. Me senté en la cama y comencé a atarme el cabello en una trenza de lado. Sentí que se acostó y también podía sentir sus ojos puestos en mi.
–¿Crees que alguna vez tu madre y tú se lleven mejor? –Cuestionó.
–No lo creo –suspiré– ella me ha dicho cosas que no se le deben decir a una hija y yo he dicho cosas que no se le deben decir a una madre.
–Pero, pueden tratar. ¿Tu la quieres?
Terminé la trenza en mi cabello y me acerqué a él para acostarme.
–No lo sé, pero una cosa es segura, si ella alguna vez necesitara mi ayuda, yo estaría ahí. –Respondí.
Y era cierto, aunque sintiera rencor hacia Anna si ella necesitara mi ayuda, no dudaría en dársela. No lo haría por mi, ni por ella sino por papá, porque él tenía un corazón muy grande y en cualquier circunstancia hubiese estado para ella.
–Eso dice algo ¿no?
JiMin solo sabía que nuestra relación era difícil, no estaba al tanto de los detalles. No me gustaba hablar de ello.
–No quiero hablar más de Anna, quiero dormir.
Me atrajo hacia él, pasando su brazo por mi cintura. En ese momento sentí como si me estuviese reconfortando, como si supiera lo que había dicho Anna y el efecto que causó en mi.
–Tienes buen corazón, Bae. –Me apretó contra su pecho y yo lo abracé.
Claro.
Tenía rato despierta, ya era de día, JiMin y yo estábamos de costado frente a frente, pero él seguía dormido.
Con mi dedo comencé a acariciar su rostro, con cuidado pasé por su frente, sus cejas, el contorno de su nariz hasta llegar a sus labios, rosados y suaves. Él se removió un poco pero no despertó, suspiré pesadamente.
¿Qué estás haciendo, Acassia?
Quité su brazo de mi cintura, lentamente, y me levanté de la cama. Me metí al baño y luego de unos minutos salí a la cocina. Preparé café y esperé a que estuvieran listas las tostadas.
Me puse a pensar en lo mío con JiMin, dejé que se involucrara demasiado en mi vida y no debía ser así, se supone que sólo sería una diversión y había llegado demasiado lejos con él. Hasta permití que tuviera parte de sus cosas aquí porque se quedaba muy seguido.
EunBi y JungKook tenían razón actuábamos como una pareja. Todo parecía ser mucho más que unos simples amigos con beneficios.
Fui una tonta, yo no podía permitirme sentir nada por JiMin, ni por él, ni por nadie. No valía la pena.
Estaba sentada sobre la barra, comiendo tostadas con mermelada, perdida en mis pensamientos hasta que Park apareció en la cocina, bañado y vestido, tenía el cabello mojado.
–Buen día, Bae. –Sonrió y se acercó a mi para morder un poco de la tostada que sostenía y por esto lo miré mal.
–Buen día, ¿vas a desayunar?
–No, bonita –miró la hora en su celular y tragó– tengo varias cosas que hacer hoy, desayunaré de camino. ¿Estás bien? –Ladeó la cabeza al mirarme.
–Aún tengo sueño. –Me encogí de hombros. –Creo que dormiré un poco más. –Él asintió y abrió mis piernas un poco para situarse entre ellas.
–Entonces, me iré para que puedas seguir durmiendo. –Me tomó del cuello y chocó sus labios con los míos, le seguí el beso profundizándolo un poco. Luego de unos segundos, sentí su mano recorrer mi muslo, así que me separé.
–Deberías irte, no querrás que se te haga tarde. –Sonreí ladina, jugando con la argolla en su oreja, el asintió y volvió a besarme por unos breves segundos antes de separarse.
–Está bien, hablamos después.
–Claro.
Cuando escuché la puerta cerrarse, exhalé profundamente, restregándome la cara con las manos.
Tenía que alejarme de JiMin o hacer que él se alejara de mi.
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Ahora si, todo se va a ir a la shit :v
Espero les haya gustado, gracias por leer💜