–¿Que harás hoy? –Preguntó JiMin, ambos estábamos desayunando.
Cuando despertamos él me había preguntado sobre mi pesadilla, pero le dije que lo había olvidado. No quería hablar de eso.
–Me alistaré para ir a comprar el vestido para la boda. ¿Tú que harás?
No estaba segura de asistir a la boda, pero como siempre EunBi me convenció y la verdad lo hacía por SungJun. Ya se acercaba el día y prefería comprar el vestido de una vez.
–Tengo que asistir a unas reuniones y mi tío quiere verme. –Respondió en tono aburrido. –Quiero acompañarte.
–Tienes cosas importantes que hacer. –Dije, mientras le daba un mordisco a mi tostada.
–Lo sé, pero puedo atrasarlo un poco.
–¿Para que quieres acompañarme? Te aburrirás.
–Quiero ir. –Insistió, lo miré y tenía casi una expresión de súplica. Lo que me pareció gracioso.
–Como quieras. –Me encogí de hombros.
Cuando acabamos de desayunar, nos arreglamos para salir, faltaba poco para la hora del almuerzo pero una de las reuniones que tenía JiMin consistía en eso, por lo que él me dejaría en casa después de terminar.
Habíamos llegado a la tienda donde se suponía compraría mi vestido, era cliente habitual, me gustaba la ropa que vendían allí.
Una de las empleadas nos hizo pasar al área de los probadores, yo le había dicho lo que quería y ella buscó varias opciones.
Anna le dijo a EunBi que quería que usáramos vestidos largos, pero a mi me importaba muy poco lo que ella quería, así que usaría lo que mejor me pareciera.
Ya me había probado cuatro pero no terminaban de convencerme, aunque JiMin que se encontraba sentado en un sillón frente al cubiculo, decía que todos me quedaban bien. Yuna, la empleada, apareció con otro vestido me lo tendió y entré de nuevo para cambiarme.
Me gustaba el color, era dorado brillante, descotado en la espalda por lo que no podía usar brasier y me quedaba a mitad de muslo. Era cómodo.
Escuché que Yuna y JiMin mantenían una conversación.
–¿La señorita Won es su novia?
–No, ella es...
Salí del probador para verme en el espejo completo que estaba afuera. Las palabras de Park quedaron en el aire, él estaba apoyado con los codos en sus rodillas pero al verme se enderezó, recostándose del espaldar del sillón. Me giré para verme en el espejo, me gustaba como me quedaba.
Sentía los ojos de JiMin en mi, me di la vuelta llevando mi cabello a una lado, para poder ver como quedaba el escote en mi espalda.
–¿Le gusta ese? –Yuna preguntó detrás de mi.
–Si, creo que me lo llevaré. –Miré a JiMin, éste estaba con una pierna sobre la otra, mientras tenía los dedos sobre sus labios, tocándolos. Él solía hacer eso cuando estaba concentrado en algo.
No le preguntaría como me quedaba, porque en realidad no me estaba vistiendo para él. Si me sentía bien y cómoda, entonces lo llevaría
–Puedo buscarle otras opciones. –Ofreció la chica.
–Está bien.
Ella se perdió por uno de los pasillos y yo volví a entrar en el probador, no pasó ni un segundo cuando la puerta de éste se abrió y JiMin entró cerrando detrás de él.
–¿Qué crees que–...
Me calló con un beso, tomándome por el cuello, le seguí por unos segundos hasta que me separé.
–No puedes estar aquí.
–Decías que me iba a aburrir y yo la estoy pasando de lo lindo. –Habló con una sonrisa sobre mis labios, ignorando mi comentario, llevando sus manos a mi cintura. –Todos los vestidos te quedan muy bien, pero definitivamente tienes que llevarte este.
Sus ojos me miraban traviesos, sonreí y ésta vez lo besé yo, él intentó subir el vestido pero lo frené y me volví a separar.
–No va a dar tiempo. –Susurré. Yuna volvería en cualquier momento y no sería nada agradable que nos encontrara en una situación comprometedora. –Tienes que salir ahora, JiMin.
Chasqueó la lengua, separando sus brazos de mi cuerpo y se giró para salir del pequeño espacio, cerrando detrás de él.
La verdad yo tenía tantas ganas como JiMin y hubiese sido excitante hacerlo aquí mismo, pero no íbamos a ser lo suficientemente rápidos.
Me cambié al vestido que cargaba antes, decidí que llevaría el dorado.
Salí del probador y Yoona se acercaba con algunos vestidos. Me fijé en JiMin que revisaba su celular, sentado donde estaba antes.
–Yuna, estoy segura de llevarme este –lo alcé en mi brazo– lamento hacer que buscaras otros.
–Oh, no es problema, señorita Won. –Sonrió amable. –Ahora mismo lo llevo a caja.
La chica se giró para colocar los otros vestidos en los ganchos y guardarlos, yo tomé mi bolso que estaba en la mesa frente a JiMin, él alzó la mirada de su celular y yo aproveché que Yuna seguía de espaldas a nosotros, y llevé mis manos bajo mi vestido deslizando las bragas por mis piernas, quitándolas con cuidado para guardarlas en el bolso.
JiMin observó mi acción con una expresión estupefacta en el rostro y moduló un "no me jodas" sin emitir sonido alguno, a lo que respondí con una sonrisa inocente.
Se levantó, guardando su celular en el bolsillo y se aclaró la garganta.
–Te espero en la camioneta, BaeMin.–Su tono de voz fue un poco más grave y pasó a mi lado con expresión seria, antes de salir del área de los probadores.
Sonreí para mis adentros, me encantaba provocarlo.
Salí con la bolsa del vestido en mi mano, la camioneta de JiMin estaba aparcada a unos metros lejos de la tienda. Lo distinguí recostado del capó, esperándome.
Cuando llegué frente a él, me agarró del brazo para rodear la camioneta.
–Déjame abrir la puerta para ti. –Dijo con una sonrisa falsa plasmada en el rostro. Nos detuvimos frente a la puerta del copiloto y la abrió, me subí llevando una mano a mi vestido para que no se levantara, después de todo seguíamos en la calle.
Él cerró y dio la vuelta para subirse, acomodó el asiento un poco hacia atrás, su camioneta era espaciosa así que estaba bien.
–Ven aquí. –Me acomodé sobre él, solté un jadeo en cuanto sentí la tela de su pantalón, estaba comenzando a mojarme.
Park tenía sus manos sobre mi trasero y empezó a darme besos en el cuello.
–Te encanta jugar conmigo. –Habló, me invadió un escalofrío en cuanto su aliento choco con mi piel.
–Si.
Y mucho.
Tenía los ojos cerrados disfrutando de sus besos húmedos, hasta que separó de mi y yo abrí los ojos, me estaba mirando.
–Tengo que estar en la reunión en diez minutos.
–Entonces, no deberíamos hacer nada. –Intenté moverme, pero subió las manos a mi cintura para evitar que me quitara.
–No me vas a dejar así. –Se quejó, frunciendo ligeramente el ceño y aquello me puso mucho más.
Deslizó una de sus manos hasta tocar mi zona sensible y me mordí el labio, sin quitar mis ojos de los suyos que aún me observaban.
–Tendremos que ser rápidos, ¿si, bonita? –Asentí y comenzamos a besarnos intensamente.
Me alcé un poco para bajar el cierre de su pantalón y metí mi mano para sacar su creciente erección, a lo que soltó un gruñido entre besos.
Luego de unos cuántos minutos, ya estaba de vuelta en mi asiento y con mis bragas puestas de nuevo, ambos como si no hubiese pasado nada. JiMin ya iba tarde la reunión pero manejaba en dirección a mi casa, ya que estábamos más cerca de allí, que de mi apartamento. Le había dicho que podía tomar un taxi, para que así no llegara tan tarde, pero se negó y avisó que se retrasaría un poco, debido a un pequeño incidente.
–¿No es raro que lo hacías aquí con HyunJin y ahora lo haces conmigo? –Pregunté a propósito, sólo quería ver su reacción.
–Ella y yo nunca lo hicimos aquí. –Respondió con simpleza, encogiéndose de hombros.
Llegué a casa y entré a la cocina encontrando a EunBi con las chicas, las saludé. Me acerqué a ella y la abracé.
–Estás muy feliz, ¿no? –Me lanzó una mirada extraña, antes de volver sus ojos a la pantalla de su celular. –Es raro verte así.
–¿Por qué lo dices?
–Algo en tu expresión me lo dice, ¿en dónde estabas?
–Comprando el vestido para la boda.
–¿Fuiste sola?
–Con JiMin.
–Oh, entiendo. –Sonrió, sin quitar la mirada de su celular.
–¿Que intentas decir? –Fruncí el ceño. –Él quiso acompañarme.
–Nada, nada. –Estaba aguantando las ganas de reír, la conocía.
–Eres una tonta. –Le di un empujoncito y salí de la cocina para subir a mi habitación.
A Monie le gustaba molestarme, pero me alegraba verla más relajada y animada.
Me di una ducha y volví a bajar a la cocina. EunBi y las chicas habían comenzado a hacer galletas. La madre de Jungkook estaba un poco enferma, por lo que ella las estaba haciendo para llevárselas. Jen y MinGi la ayudaban, porque mi hermanita es un poco distraída y probablemente se le quemarían si las hacía ella sola.
Las dos primeras tandas de galletas, EunBi decidió dárselas a los de seguridad de la casa y al jardinero.
Luego empezaron a preparar la mezcla para hacer más. Yo me limitaba a verlas y comer de la mezcla de chocolate.
El celular a mi lado sonó con un mensaje, era Haneul, decía que se llevarían a Gigi esta tarde porque los padres adoptivos habían adelantado los trámites. Se suponía que sería la semana que viene.
–EunBi iré al orfanato, se llevan a Gigi hoy. –Dije mientras me bajaba de la isla.
–Pero faltaban algunos días, ¿no?
Ella sabía que se la llevarían porque había ido a hacer una visita días atrás, junto con Jeon.
–Lo adelantaron, iré a despedirme.
–Quisiera ir, pero ya le dije a Jungkook que iría a su casa.
–Está bien, no te preocupes.
Pedí un taxi, ya que mi auto estaba en el edificio y no pensaba volver a salir hoy.
Cuando llegué al orfanato ya estaban los padres de Gigi, había tenido la oportunidad de conversar con ellos en varias ocasiones. Iban seguido a pasar tiempo con la pequeña, para que fuera acostumbrándose. Eran buenas personas y se notaba que de verdad querían tenerla.
Muchos estaban tristes porque ella era la más pequeña de todos, siempre estaban al tanto de cuidarla y también porque algunos tenían bastante tiempo allí y quizás perdían las esperanzas de que alguien los adoptara.
Llegó la hora de despedirme de ella, Gigi estaba muy tranquila y alegre. Ella estaba cómoda con las personas que serían sus padres ahora.
–Podras visitarla cuando quieras, Acassia, ya sabes nuestra dirección. –Dijo la mujer, SoMi, viendo a Gigi en mis brazos, quien tenía en su espalda un pequeño bolso con sus juguetes.
–Siempre serás bienvenida y JiMin también. –Agregó amablemente, SeongSu.
Nos encontrábamos en el pasillo que daba hacia la salida del lugar.
–Claro, gracias. –Sonreí.
Bajé a la pequeña y me arrodillé frente a ella, tomándola de las manos.
–Ya escuchaste, podré visitarte, iré a verte todas las veces que pueda, ¿está bien? –La niña me miró y asintió, comprendiendo lo que le decía. La abracé y ella recostó su cabeza en mi hombro, mientras le acariciaba el cabello.
La solté, volviendo a ponerme de pie y dejando que algunos de los otros niños se despidieran. Los padres, Haneul, la Directora y yo veíamos la escena, algunos de los chicos más grandes se acercaron también.
Me alejé de allí, no quería ver el momento en que la subían al auto. Tenía sentimientos encontrados, me sentía feliz por Gigi, ella tendría una familia pero a la vez me causaba tristeza verla irse. A pesar de que podía ir a visitarla, aun así estaríamos lejos, aquel matrimonio vivía a dos horas de Seúl.
Caminé hasta llegar al antiguo cuarto de Gigi, ahora vacío. Ella quiso llevarse todos sus juguetes, aunque algunos se los dio a los otros niños que solían jugar con ella, según lo que me había dicho Haneul. Me sorprendía lo inteligente que podía llegar a ser.
Me senté en la cama, el colchón ahora estaba sin sus típicas sábanas de princesas.
De un momento a otro mis ojos se empañaron, retuve las lágrimas porque no me gustaba llorar, pero esa niña había logrado meterse en mi corazón.
Abrieron la puerta y era JiMin.
–Aquí estás –entró cerrando detrás de él– pude llegar justo a tiempo para despedirme, estaban a punto de subirse al auto.
Me pasé el dorso de la mano por los ojos y sorbí por la nariz, desbloqueé mi teléfono para disimular que estaba a punto de derramar lágrimas. Aunque JiMin no era ciego.
–¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en reuniones?
–Decidí tomarme un tiempo cuando Haneul me avisó lo de Gigi. –Respondió y se agachó delante de mi, cruzando sus brazos por sobre mis piernas. –Ella estará bien, bonita. –Pronunció, con sus ojos puestos en mi cara, pero yo no lo miraba sino a mi teléfono.
–Lo sé, sólo que la voy a extrañar. –Suspiré, dejando mi celular a un lado y devolviéndole la mirada. Él también parecía triste por haberla visto irse.
–Yo también, pero parecía muy contenta al menos. Me llenó la mejilla de baba como suele hacer. –Sonrió un poco y yo lo imité. –Además, podremos visitarla.
–Creo que ellos le darán todo lo que necesita y eso me tranquiliza mucho. –JiMin asintió estando de acuerdo.
Luego de un rato, él se fue para volver a atender sus asuntos y yo me quedé un rato más con los chicos, sintiendo de inmediato la ausencia de YoungGi.
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Pobre Bae :((
¿Qué les gusta más? ¿Los momentos🔥 o los momentos❤️, entre Bae y JiMin?
Espero les haya gustado, gracias por leer💜