¿Cuándo te volveré a ver?

Por BlancaTunezNavarro

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¿Cuándo te volveré a ver?
CAPITULO 1 ~ ¿Quienes son?~
CAPITULO 2 ~¡No me lo puedo creer!~
Capitulo 3. ~Conociéndolos.~
Capitulo 4. ~La he fastidiado. ~
Capitulo 5. ~Llamada inesperada. ~
Capitulo 6 ~La sorpresa. ~
Capitulo 6 ~El concierto. ~
Capitulo 7 ~ ¿Bailas conmigo? ~
Capitulo 8 ~ Eva. ~
Capitulo 9 ~Cuéntamelo, confía en mí. ~
Capitulo 10 ~ ¡Cuéntanoslo todo! ~
Capitulo 11 ~La cita. ~
Capitulo 12 ~Tengo algo que es tuyo. ~
Capitulo 13 ~Esto es demasiado para mí. ~
Capitulo 14 ~ ¿Dónde está? ~
Capitulo 15 ~Sácame de aquí, por favor. ~
Capitulo 16 ~ ¿Seguro que estás bien? ~
Capitulo 17 ~Ahora sí que sí, bienvenida a casa. ~
Capitulo 18 ~No puedo aceptar esto... ~
Capitulo 19 ~Eres mí tonta. ~
Capitulo 20 ~Comida. ~
Capitulo 21 ~ Carol. ~
Capitulo 22 ~ Las tazas giratorias. ~
Capitulo 23 ~ Río Bravo ~
Capitulo 24 ~ Respira hondo y no le prestes atención. ~
Capitulo 25 ~ ¡¿Pero es que te has vuelto loco?! ~
Capitulo 26. ~ Déjame en paz. ~
Capitulo 28 ~ Estoy empezando a odiarla. ~
Capitulo 29 ~Creo que no ha sido buena idea. ~
Capitulo 30 ~No quiero escucharlo. ~
Capitulo 31 ~Solo chicas... no. ~
Capitulo 32 ~Parece que hoy está difícil besarte. ~
Capitulo 33. ~Lo último que yo quiero es estar así. ~
Capitulo 34. ~No me puede estar pasando a mí... ~
Capitulo 35. ~Tranquila, estoy contigo... ~
Capitulo 36 ~Te quiero como una imbécil. ~
Capitulo 37. ~No quiero ir sola, acompáñame. ~
Capitulo 38. ~Nueva integrante al grupo. ~
Capitulo 39. ~Solo una, por fa... ~
Capitulo 40. ~ Buenos di-as... ~
Capitulo 41. ~Mis abuelos me matan. ~
Capitulo 42. ~ Te vienes a casa conmigo, no hay mas que hablar. ~
Capitulo 43. ~ Eres mi rayito de luz en medio de la oscuridad. ~
Capitulo 44. ~ Sólo déjame conocerte un poco. ~
Capitulo 45 ~ ¿Cuando te volveré a ver? ~
Capitulo 46 ~ Devuélveme a mi cuchi. ~
Capitulo 47 ~ Tienes que estar de broma... ~
Capitulo 48 ~ Dime que es un espejismo... ~
Capitulo 49 ~ Está tramando algo, lo presiento ~
Capitulo 50 ~ Conociendo a mi suegra... ~
Capitulo 51 ~ Feliz cumpleaños, nubecita ~
Capitulo 52 ~ Voy a tener que ponerme celosa de una gata ~
Capitulo 53 ~ Sólo van a ser unos mesecillos de nada ~
Capitulo 54 ~ Somos tontos ~
Capitulo 55 ~ Que vergüenza... ~
Capitulo 56 ~ Sólo déjate enamorar ~
Capitulo 57 ~ No sabes cuanto te he echado de menos... ~
Capitulo 58 ~ No es lo que tú piensas, te lo juro ~
Capitulo 59 ~ No quiere verme, yo a él tampoco ~
Capitulo 60 ~ Necesito alejarme de todo durante un tiempo ~
Capitulo 61 ~ No sé cuando va a volver...~
Capitulo 62 ~ ¡Sorpresa! ~
Capitulo 63 ~ La misteriosa Catalina ~
Capitulo 64 ~ Te repito que estoy bien. ~
Capitulo 65 ~ Funcionará, estoy segura. ~
Capitulo 66 ~ Te la regalo toda. ~
Capitulo 67 ~ Estoy contigo. ~
Capitulo 68 ~ Cuidaré bien de ella, lo prometo. ~
Capitulo 69 ~ He vuelto. ~
Capitulo 70 ~ Se acabó, no quiero volver a verte. ~
Capitulo 71 ~ Feliz año nuevo. ~
Capitulo 72 ~ Carol, no... ~
Capitulo 73 ~ Tienes que volver conmigo ~
Capitulo 74 ~ Dame un beso como solias hacerlo antes. ~
Capitulo 75 ~ Feliz San Valentin, mi amor... ~
Capitulo 76 ~ Me mudo con Dani. ~
Capitulo 77 ~ Lo mejor es que lo dejemos. ~
Capitulo 78 ~ Acómpañame a la boda de mi padre. ~
Capitulo 79 ~ No voy a volver, perdóname. ~
Capitulo 80 ~ Tenerte siempre junto a mi.~
Epílogo ~ Otro año mas junto a ti. ~
¡¡AVISO IMPORTANTE!!
NOTA DE AUTORA

Capitulo 27. ~ No vas a irte de casa. ~

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Por BlancaTunezNavarro

Eran cerca de las nueve de la noche y estaban viendo una película en la habitación de Carol las cuatro tumbadas boca abajo en la cama de esta cuando empezó a sonar un móvil interrumpiendo la tranquilidad de la película.

-          Uh, que la llama el novio… - se metieron con Carol, quien saltó de la cama para cogerlo, riendo.

Le dio un palmetazo en el trasero a Lucia, que no dejaba de chincharle y de reírse a su costa y la hizo callar antes de descolgar, poniendo una mano sobre la boca de esta.

-          Hola. – respondió riendo.

-          ¿Has cenado ya? – preguntó él al otro lado.

Lucia le mordió la mano suavemente para que la soltara, haciendo que Carol soltara una carcajada y la quitara de su boca.

-          Aun no, íbamos a pedir unas pizzas. – se rió ella.

-          Pues no las pidas, paso a por ti en cinto minutos y nos vamos a cenar.

-          Vale. – sonrió, miró hacia la cama y vio a Eva haciéndole una seña para que le preguntara algo - ¿Está Álvaro contigo? – preguntó haciéndola un gesto con la mano a su amiga para que esperaba.

-          Sí, está aquí a mi lado, ¿ocurre algo?

-          ¿Podrías pasarme con él un segundo, por favor? – preguntó caminando hacia la puerta, notando la mirada de Eva clavada en su espalda.

-          Claro, ¿pero va todo bien? – preguntó preocupado.

-          Sí, es solo que quiero decirle una cosa.

-          Vale, te lo paso. – respondió poco convencido.

-          Gracias. – dijo cogiendo aire.

-          ¿Carol? – preguntó Álvaro confundido al otro lado de la línea.

-          Sí, soy yo, quería hablar contigo.

-          Dime, ¿ocurre algo? – preguntó preocupado.

La puerta de la habitación de Carol se abrió, dejando salir a Eva, que la miró seria.

-          Pon el altavoz. – le susurró caminando hacia ella.

Carol lo hizo y miró a su amiga, que respiró hondo y asintió mirándola.

-          Lo cierto es que sí ha pasado algo, pero no te preocupes, que no ha sido muy grave.

-          Vale, ahora sí que me estás preocupando. ¿Qué es lo que pasa?

-          Toni ha encontrado a Eva esta mañana. – dijo mirándola a ella, quien la cogió de la mano libre.

-          ¡¿Qué?! ¿Dónde está ella? ¿Está bien? ¿Le ha hecho algo? – preguntó nervioso.

-          Tranquilo, estoy bien. – dijo Eva con voz suave.

-          No te mueves de casa de Carol, voy con Blas ahora mismo hacia allí y me lo explicas todo. – dijo serio, colgando el teléfono sin esperar respuesta.

Carol colgó y miró a Eva con un suspiro.

-          Se ha cabreado…

-          No te preocupes, solo está preocupado por ti. – le sonrió.

-          Lo sé, pero…

-          Nada, vamos a terminar de ver la película antes de que se acabe, anda.

Entraron a la habitación de nuevo, se recostaron en la cama y continuaron viendo la película hasta que después de acabarse, Lucia y Marta se marcharon cada una a casa antes de que fuera más tarde y quedaron en que se lo contarían todo después por Skype esa noche.

Carol había ido a por unos refrescos a la cocina cuando tocaron al timbre, los dejó encima de la mesita que había delante del sofá y fue a abrir la puerta, mirando por la mirilla antes de abrir como le había pedido Eva, un poco asustada. Blas la saludó con un corto beso en los labios y Álvaro le dio uno en la mejilla, para acto seguido preguntar:

-          ¿Dónde está Eva?

-          En el salón. – señaló Carol apartándose para dejarlo pasar, antes de que él entrara, le puso una mano en el pecho parándolo, lo miró seria y añadió: - No le grites mucho, por favor, ya está bastante asustada.

-          Tranquila, no pensaba gritarle. – le sonrió.

Ella lo dejó pasar con un pequeño suspiro y salió con Blas fuera, cerrando la puerta tras de sí.

-          ¿Qué tal has pasado el día? – preguntó sonriéndole.

-          Bien, ha sido un poco ajetreado. – sonrió, se giró hacia ella y la abrazó por la cintura -. Te he echado de menos. – dijo sonriendo.

-          Yo también. – se rió ella pasando sus brazos por su cuello, besándolo.

Álvaro entró en el salón y Eva se levantó del sofá rápidamente, mirándolo, esperando que le dijera algo.

-          Hola. – le sonrió nerviosa.

-          Hola, pequeña. – le devolvió la sonrisa, caminando hacia ella.

Cuando estuvo cerca de ella, le pasó las manos por los hombros, bajando por sus brazos, al hacer eso, Eva se retiró un poco.

-          ¿Qué tienes ahí? – le preguntó cogiendo su brazo con cuidado.

-          Nada, solo un morado…

-          Ya, un morado de su mano, ¿verdad? ¿Qué quería hacerte ese hijo de…? – preguntó apretando los dientes, respirando hondo.

Eva se sentó en el sofá, haciendo que se sentara a su lado, le contó todo lo que había pasado, detalladamente, incluida la conversación que había tenido con las chicas.

-          ¿Por qué quieres irte de casa? ¿No estás a gusto conmigo? – preguntó mirándola.

-          Claro que estoy a gusto contigo, después de tres años, vuelvo a sentirme protegida. – le dijo mirándolo fijamente a los ojos, cogiendo una de sus manos entre las suyas.

-          ¿Entonces? – preguntó confundido.

-          No quiero que tengas problemas. Toni cuando se enfada es peligroso, puede hacer cualquier locura que se le pase por la cabeza. – dijo seria, intentando contener el miedo que sentía al pensarlo.

-          Con mayor razón debes quedarte conmigo, Eva. ¿Dónde pensabas irte?

-          Carol me ha dicho que podría venirme aquí con ella sin ningún problema.

-          No vas a venirte aquí, Eva, vas a quedarte conmigo. – le dijo serio, entrelazando sus dedos con los de ella.

-          ¿Pero es que no entiendes que puede hacerte algo? – exclamó nerviosa.

-          ¡¿Y tú no entiendes que no puedo dejarte sola porque eres importante para mí?! – exclamó mirándola.

Eva abrió los ojos sorprendida al escuchar esas palabras, lo miró durante unos segundos sin saber que decir desde de eso.

-          ¿Qué… qué has dicho? – preguntó con voz suave.

-          Que no puedo dejarte sola. – repitió él.

-          No, lo otro, pero esta vez, sin gritar. – sonrió avergonzada.

Álvaro sonrió y se acercó a ella, puso una mano en su mejilla y le puso un mechón de pelo detrás de la oreja y repitió:

-          Eres importante para mí, - sonrió, añadiendo: - más de lo que imaginas.

-          ¿Lo dices en serio? – preguntó con ojos brillantes.

-          Muy en serio. – sonrió él.

Eva bajó la mirara con una enorme sonrisa en los labios durante unos minutos, sin decir nada. Él le acarició el pelo en silencio, mientras esperaba a que ella dijera algo, después de un poco, Eva se separó de él para mirarlo, pensando en qué iban a hacer para que los dejara tranquilos.

-          ¿Qué vamos a hacer con él? – preguntó con ojos asustados.

-          Vamos a hacer lo que te ha dicho Lu, pero vamos a esperar un poco para poner la denuncia, ¿te parece?

-          Sí, pero creo que deberíamos ponerla antes de que las marcas de sus golpes desaparezcan, son pruebas. – dijo mirándolo, señalando con una mano hacia su casa.

-          No te preocupes por eso ahora, ¿vale? Ya veremos cómo lo hacemos… - dijo besando su frente con cariño.

-          Siento causar tantas molestias. – murmuró cabizbaja – Creo que desde que me has conocido, no he hecho más que causarte problemas.

Álvaro puso ambas manos en sus mejillas y la hizo alzar la mirada.

-          No causas ninguna molestia, Eva, y eso no es cierto. Desde que te conozco, mi vida ha empezado a ser más divertida. – sonrió. – Además, no te lo había dicho, pero desde esta mañana, he decidido que quiero que lo primero que vea al despertar, seas tú.

Ella se ruborizó y apartó la mirada sonriendo.

Carol y Blas seguían fuera, esperando a que terminaran de hablar, cuando escucharon los gritos de ambos. Carol fue a entrar, pero Blas la cogió de la mano, tirando de ella hacia atrás para que no lo hiciera.

-          Déjalo.

-          Pero se están gritando. – se quejó.

-          No es nada, Álvaro levanta un poco la voz cuando se pone nervioso. – sonrió de medio lado -. Si vieras como se ha puesto cuando has hablado con él…

-          ¿Ha gritado mucho? – preguntó con media sonrisa.

-          Bastante, sí, incluso creía que me iba a pegar por como se ha puesto. – dijo riendo.

-          Pobrecito… que lo querían apalear… - dijo Carol abrazándolo por la cintura, sonriendo dulce.

-          Sí, y no me hubieras visto más. – dijo con un puchero.

-          Bueno, eso sería soportable. – se rió ella.

-          Ah, ¿sí? ¡Ahora verás! – dijo Blas cogiéndola de la cintura y levantándola en el aire, haciéndola que ella gritara cuando empezó a girar – Shh, calla, que los vecinos van a pensar que te voy a raptar. – le dijo riendo.

-          Ah, ¿Qué no lo vas a hacer? – preguntó riendo, agarrándose a él para no caerse.

-          No me tientes, cariño, no me tientes… - dijo soltándola.

Carol lo miró con una enorme sonrisa en los labios cuando puso derecha delante de él y lo miró tierna.

-          Me has llamada cariño… - dijo enternecida.

Blas se rió y se acercó  un poquito más a ella, pasando sus manos por su cintura, pegándola a él.

-          ¿Cómo querías que te llamara? – preguntó divertido.

-          No sé. – admitió con una risita.

-          Si sigues sonrojándote cada vez que te diga algo así, te llamaré… Mmm – se hizo el pensativo, llevando una mano a su mentón – Fresita. – ella arrugó la nariz, lo que hizo que él riera – Tomatito no, porque eso está un poco oído ya… - se rió.

-          ¡Oye! – se quejó un pequeño golpe en el hombro - Mi padre me llamaba así de pequeña, así que… No, no me lo digas. – se rió mirándolo divertida.

-          Jo, ¿entonces, como quieres que te llame? – preguntó con un puchero.

-          Menos tomatito, como quieras. – se rió.

-          ¿Por qué, no te gusta? – preguntó curioso.

-          No es eso, es que me recuerda a cuando era pequeña y mi padre me regañaba, entonces me decía: “Tomatito, te tengo dicho que eso no lo puedes hacer y tú erre que erre con hacerlo, ¿eh?” – dijo imitando la voz de su padre.

Blas se rió negando con la cabeza divertido.

-          No sé cómo decirte eso, pero… - la miró aun riéndose y dijo: - Imitas muy mal la voz de tu padre.

-          ¿Y tú como sabes cómo es la voz de mi padre?

-          No lo sé, pero imitas muy mal la voz de hombre, así que… - dijo riéndose.

Ella lo miró sorprendida y divertida, soltó una pequeña carcajada y después lo miró con los ojos entrecerrados.

-          Seguro que cuando tengas que conocerle no estarás tan gracioso.

-          Ah, ¿es que quieres que lo conozca? – preguntó curioso.

-          Hombre, no estaría mal que mi novio conociera a mis padres, ¿no crees? – dijo sonriendo.

-          Por mi encantado. – sonrió.

-          Si seguimos así, puede que pronto te lleve a conocerlos. – se rió mirándolo.

-          ¿Me llevaras? ¿No vives con ellos? – preguntó confuso.

-          Sí, pero están divorciados, no nos juntamos juntos… - dijo encogiéndose de hombros. -. Para vernos los tres, quedamos en algún restaurante y al terminar la comida, cada uno salimos por nuestro lado. – sonrió.

-          Oh, no lo sabía. – dijo con semblante un poco serio.

-          No importa, tonto, está más que superado. – le sonrió besándolo fugazmente.

Él se acerco de nuevo a ella y la besó otra vez, más largamente.

-          Por cierto, ¿de que estábamos hablando? – preguntó al separarse, mirándola con el ceño fruncido.

-          De cómo me ibas a llamar. – respondió riéndose.

-          Bueno, ya lo pensaré yo en casa luego. – se rió él encogiéndose de hombros.

Ella se rió y pasó los brazos por su cuello, acercándose para besarlo.

-          ¿Crees que podrás pensarlo tú solo? – preguntó riendo.

-          No sé, pero no te pediré ayuda a ti. – sonrió malicioso.

Ella lo miró abriendo los ojos y la boca sorprendida, le dio un golpe ofendida, a lo que él se rió besándola.

-          Eres malo, ¿eh? Yo que pretendía prestarte mi ayuda… - dijo triste, poniendo un puchero.

-          Pero mira que eres tonta… - se rió besándola.

-          No, no, con besos no se arregla, ¿eh? – dijo separándose un poco, mirándola divertida.

-          Jo, venga, un besito, solo uno… - le pidió poniéndole ojitos.

Carol lo miró divertida durante unos segundos y estrechó sus brazos alrededor del cuello de él y lo acercó a ella con una sonrisa enorme en los labios, antes de besarlo.

-          ¿Sigues queriendo salir a cenar? – preguntó mirándola divertido.

-          Si tú aun quieres sí. – le sonrió.

-          Bueno, entonces… - la besó fugazmente, haciéndola reír - ¿Nos vamos ya?

-          ¿Se lo decimos a ellos también o no quieres? – preguntó haciendo un gesto con la mano hacia la puerta de su casa.

-          Como tú quieras, mientras vengas tú, me da igual. – sonrió.

Ella se rió y lo besó de nuevo. Se separó de él y cogiéndolo de la mano, caminó hacia la puerta y la abrió despacio, entró seguida de él en silencio y llegaron a la puerta del salón, tocó antes de entrar.

-          ¿Estáis visibles? – preguntó divertida.

-          No, pero pasa y escandalízate. – respondió Eva riendo.

Carol abrió la puerta y los encontró abrazados en el sofá, los miró exageradamente sorprendida y se llevó la mano al pecho, haciendo una inspiración exagerada.

-          ¿Qué habéis hecho en mi sofá?

-          Cosas que mejor ni te contamos. – se rió Álvaro.

-          Que asquerosos, lo limpié ayer… - se quejó poniendo los brazos en jarras.

-          Anda que no eres tonta tú ni nada, ¿eh? – se rió Eva levantándose seguida de Álvaro.

-          Oye, ¡a mi tonta no le digas tonta! – se quejó Blas divertido, abrazando a su novia por detrás.

-          Que conste que te lo ha dicho él, dos veces. – dijo Eva divertida.

-          Ya… - se rió Carol, los miró a los dos y preguntó: - ¿Os queréis venir con nosotros a cenar?

Eva miró a Álvaro y se encogió de hombros, por lo que él asintió con una sonrisa.

-          Vale, voy a coger una rebeca y bajo, ¿vale? – dijo sonriendo soltándose de Blas.

-          Ve con ella y que te preste una, anda. – le dijo Álvaro a Eva con una media sonrisa.

-          Vale, papá. – se rió siguiendo a su amiga.

Carol se rió caminando hacia su habitación seguida de su amiga y entró yendo directa al armario.

-          ¿Qué te ha dicho? – preguntó mientras buscaba dentro del armario.

-          Que me quede con él y esperemos un poco para poner la denuncia.

Carol sacó dos rebecas iguales, una de color azul y otra blanca y le dio la de color azul a Eva, que le pegaba más con su ropa.

-          ¿Y esa sonrisa? – preguntó mirándola.

Eva se ruborizó y soltó una risita.

-          Me ha dicho que no quiere que me vaya porque soy importante para él. – sonrió emocionada.

Carol terminó de ponerse la rebeca y la abrazó sonriendo ampliamente.

-          ¿Ves como sí? Y tú pensando anoche que le gustaba Natalia… - dijo riendo.

-          Que sea importante para él no quita que le guste ella, aunque no sé. Anoche ella insistía preguntando que si estábamos juntos y cuando le dije que no, ella se puso a coquetear descaradamente con él y Álvaro ni se inmutó. – dijo mirándola – Normalmente, cuando ella hace eso, siempre caen en su juego, eso es algo que no me gusta de ella en absoluto. – añadió frunciendo el ceño.

-          Bueno, no pensemos en eso ahora y vámonos a cenar. – sonrió Carol cogiendo su bolso en encima del tocador.

-          Tengo que contarte algo antes de que nos vayamos. – dijo Eva ruborizada.

-          ¡Cuenta! – pidió Carol divertida, sentándose en la cama.

-          Anoche dormí con Álvaro… - dijo mirándola, Carol iba a decir algo emocionada por la noticia, pero Eva la calló con un gesto de la mano -. Me lo pidió él y… ¡no he dormido mejor en mi vida! – se rió avergonzada -. Cuando estábamos hablando en tu salón, me ha dicho que quiere dormir así siempre. – se ruborizó.

-          ¡Ahhh, que mono! – exclamó riendo.

-          Shh, ¡que te van a oír! – se rió avergonzada, poniéndose totalmente roja como un tomate.

-          Ay, mi niña, ¡que va a cumplir su sueño! – dijo abrazándola.

-          Creo que con conocerle ya lo he cumplido. – sonrió.

-          Te aseguro que aun te queda sueño por cumplir. – le sonrió levantándose de la cama, le tendió una mano, diciendo: - Y como dijo Lucia una vez: Vamos Julieta, Romeo te espera.

Eva se rió y la cogió de la mano, tirando de ella hacia fuera de la habitación.

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