Capítulo: 34. Esmeralda

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Lan Jingyi había devuelto la carta y se levantó como para acompañar a Lan Sizhui.

— Es mejor que te quedes y tomes un baño Jingyi, yo volveré enseguida. —luego Sizhui salió de la habitación.

Jingyi suspiró y fue a ver tras el biombo si había agua para la bañera, encontró que había lo suficiente en las cubetas.

Se sacó parte de sus prendas y quedó en sus finas prendas interiores, luego comenzó a cargar la bañera, cuando estuvo conforme sacó un talismán y adhirió al borde de la misma bañera para calentar el agua.

Cuando el agua estaba en el punto que le gustaba, retiró el talismán, terminó de desnudarse y se metió.

Comenzó a tararear mientras iba frotándose con el *feizao, le encantaba el aroma floral que iba impregnándose a su piel. Repentinamente escuchó un ruido como si algo cayera dentro de la habitación.

— ¿Sizhui, has vuelto?

No hubo respuestas. Se le hacía raro, pues no recordaba haber escuchado que la puerta se hubiese abierto. Hubo otro ruido como de campanillas, luego una enorme sombra se proyectó como si hubiese cruzado frente a la fuente de luz de una de las velas de la habitación.

Comenzó a recordar las historias de terror que había contado Jin Ling, sobre fantasmas de la guerra que aparecían en Lotus Pier y que cada vez que se manifestaban eran acompañados por el sonido del cascabel de Yunmeng, su piel se erizó por completo y se metió más en el agua sólo dejando entrever sus ojos.

Levantó la cabeza un momento— ¿Si- Sizhui, eres tú? No estés bromeando. —su voz salió medio temblorosa.

Nadie volvió a responder.

Armándose de valor, decidió salir de la bañera para investigar, se envolvió con una toalla de la cintura para abajo, tomó a *Huǒbào que estaba a su alcance y salió a buscar al causante de los extraños ruidos.

Una vez que se asomó en la habitación con la espada en mano, pudo constatar que no había absolutamente nadie a la vista. Cuando se convenció que capaz solo lo había imaginado e iba a volver a la bañera, una copa de té se volcó sobre la mesa derramando el resto que había quedado en ella, Jingyi no pudo evitar y pegó un grito.

 Cuando se convenció que capaz solo lo había imaginado e iba a volver a la bañera, una copa de té se volcó sobre la mesa derramando el resto que había quedado en ella, Jingyi no pudo evitar y pegó un grito

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La familia Shun era descendiente de uno de los primeros sanadores especializados en animales, el gran sabio Shun Yang.

Pertenecían a la rama de cultivadores pero enfocándose más en la sanación y en la alquimia, su estilo de pelea consistía en el uso de la espada en posición defensiva y lanzamiento de agujas de plata, no estaban capacitados para mantener una lucha ofensiva.

Durante la era del reinado de Wen Ruohan gran parte de la familia había sufrido pérdidas, pues se los había acusado de traidores al no estar de acuerdo con el tipo de política que manejaba la Secta Qishan Wen.

Small Purple Clouds (XiCheng)Where stories live. Discover now