Capítulo: 8. Tanzanita

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A la mañana siguiente Lan Xichen se encontraba con el mejor humor en mucho tiempo.

Se había levantado a las 5 de la mañana, tomó la pequeña bolsa negra luego de haberse vestido y salió rumbo al área más cercana al lago para poder cultivar.

Realmente debe recordar agradecerle aquel detalle a su cuñado, quien siempre se la pasaba pensando en quienes le rodeaban, incluso con un presente como este. En su tiempo de seclusión, inclusive se encargaba de llevar bocadillos o dulces durante cada una de sus visitas, y si no era él quien las llevaba, entonces Wangji sería el encargado, rompiendo quizás una o dos reglas en el acto.

Pese a todo, su hermano jamás dejó de hacerlo.

Por el camino se topó con los guardias que realizaban su patrulla, les comentó de su intención y ellos le aseguraron que no permitirán que nadie le molestase mientras se encontrara en el lugar, después de todo se necesitaba de una gran concentración en el momento para poder garantizar una buena conexión con aquellas piedras preciosas.

No contó cuánto tiempo se encontró en aquella posición tranquila, los segundos y los minutos pasaron volando en el lugar al encontrarse tan silencioso y tranquilo tal y como los guardias le aseguraron, gesto que agradeció internamente.

Cuando terminó de cultivar, pudo sentir los rayos fuertes del sol acariciar su rostro. Esa sensación nunca la podría sentir directamente en Gusu Lan. Su secta está oculta entre montañas nebulosas, grandes pinos y árboles que solo se encargaban de limitar los rayos del sol en todas sus direcciones, por la que era muy poco probable que la luz del sol golpeara tu piel y lo hiciera sentir tan cálido como se sentía ahora mismo.

Con energías renovadas se levantó y volvió a dirigirse a su habitación con una última sonrisa, completamente dispuesto para tomar un baño, pues el proceso de cultivación lo había hecho transpirar, pues su cuerpo como su mente a pesar de sentirse mejor, aún sufrían a causa de los años de descuido y aislamiento.

Con energías renovadas se levantó y volvió a dirigirse a su habitación con una última sonrisa, completamente dispuesto para tomar un baño, pues el proceso de cultivación lo había hecho transpirar, pues su cuerpo como su mente a pesar de sentirse m...

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Jiang Cheng casi, casi incendiaba él mismo todo Lotus Pier la noche anterior.

Apenas había dormido durante toda la noche debido a que un par de diablillos se la habían pasado llorando sin cesar, ensuciándose una y otra vez como si recibieran una fortuna por hacerlo y oponiéndose a volver a dormir.

Él mismo había dicho que eran tan bien portados, que decidió dar la noche libre a las nodrizas después de llenarlos con suficiente leche. 

Grave error. 

Esta vez ni la canción de cuna había funcionada porque simplemente ya no querían dormir, intentaba por todos los medios hacerlos rendirse, se los llevó a su cama, los arrulló y comenzó a darles caricias suaves, les hablaba bajo, diciéndoles que les rompería las piernitas si no dormían,  si no le daban un simple respiro.

Para fortuna o desgracia, los niños ni siquiera le entendían una sola palabra, por lo que no supo si fue bueno o malo el que no incrementaran todavía más su llanto, pero definitivamente no cesaron.

Small Purple Clouds (XiCheng)Where stories live. Discover now