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Esta es la historia de dos líderes de sectas solitarios, cuyos caminos se cruzaran una vez más, pero de una manera que ni ellos se lo imaginaban, d...
Cuando el grupo de ancianos que fueron a Yunmeng habían vuelto, no esperaban que la situación se hubiese vuelto caótica en la secta, unos cultivadores de la secta ya los estaban esperando en la entrada, luego fueron guiados hasta el salón principal donde el Segundo Maestro Lan y el Maestro Lan Qiren se encontraban reunidos con los ancianos restantes.
Entre los ancianos habían rostros de apariencia juveniles y otros de apariencia seniles, todo dependía de sus niveles de cultivo, pero ninguno tenía tan alto como los miembros de la familia principal por lo que al entrar al salón sintieron la presión causada por la energía espiritual de Hanguang-jun, quien al verlos no pudo contener su disgusto y dejó fluir su energía sin restricción.
— Sean bienvenidos nuevamente, tomen sus lugares e iniciaremos la Asamblea del Consejo—dijo seriamente Lan Qiren.
Por su parte a Wei Wuxian le dieron la tarea de reunir a los discípulos que no habían asistido a Qinghe Nie, con la intención de desviar la atención de los niños y jóvenes con respecto a las disputas de sus superiores, por lo que decidió los llevarlos detrás de la montaña en el área de los conejos, los pequeños ayudaron a alimentarlos y jugar con ellos mientras los más grandes participaron de una pequeña competencia de arquería con el objetivo de derribar cometas.
Muchos de los maestros pertenecían al clan, razón por la cual los discípulos habían quedado sin una supervisión, siendo dada esa misión a Wei Wuxian.
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Después de haberse anunciado los puntos a tratar en la Asamblea de Sectas, algunos de los asistentes no se hicieron esperar demostrando su descontento con el anuncio de competencia entre líderes.
Nie Huaisang con una sonrisa levantó ambas manos en señal de calma, pidiendo que lo dejaran explicarse. Comenzó saludando para luego explicar las razones, justificándose que muchos han estado con muy poca actividad y es probable que hayan estado avanzando en su cultivo, además él mismo estaría participando de la competencia y para acentuar su compromiso ofreció algunos premios para los líderes que fueran ganando en su certamen, los participantes serían elegidos a través de un pequeño sorteo que consistía en extraer un talismán de una esfera de jade y se incendiaría revelando el color y forma del emblema de la secta.
Jiang Cheng levantó la ceja al escuchar que Huaisang también participará, eso sí sería un gran espectáculo y no quería perdérselo por nada.
Varios cultivadores de Qinghe Nie ingresaron con 6 baúles cargados sellados y lo bajaron en el centro del salón. Nie Huaisang dejó su lugar y fue hasta allí, pidiendo que abrieran cada baúl. Dos de ellos estaban cargados con piedras espirituales, otros dos tenían varios rollos y libros y los últimos contenían armas espirituales.
Todos esos tesoros eran parte de los tributos de las sectas, de los civiles y tesoros que los mismos cultivadores fueron hallando durante sus misiones.
Huaisang no tenía reparo en compartir estos tesoros y así lo demostró.
Una vez aclarado ese punto, se dió paso al siguiente, para ello Nie Huaisang volvió a ocupar su lugar.
