Capítulo: 26. Pietercita

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De Invierno a Verano

"Allá dónde las nubes reposan en las montañas, donde las heladas aguas alivian los males, existía un joven cuya belleza podía compararse con el jade más puro.

Todo él era la representación de una bella noche invernal, su mirada era fría y distante.

Hasta que conoció a otro joven, que llevó su corazón a la primavera.

Este joven pertenecía al lugar donde las flores nacían sobre el agua, era de personalidad intrépida, su belleza podría compararse con la calidez de los días de verano, su sonrisa era el sol al amanecer.

Había llegado a su vida como el día más brillante de verano, buscando derribar su escudo glaciar.

Al comienzo fueron como espadas afiladas chocando uno contra otro.

Los principios grabados en las rocas, fueron más fuertes que las ansias de experimentar el amor.

Con el tiempo, el brillante sol había traspasado varios bloques de hielo, despertando la tibieza en el corazón.

Sin embargo un día este mismo sol se había ocultado.

El joven jade lo buscó, ansiando nuevamente su calor y esa sonrisa que le iluminaba el alma.

Cuando el joven intrépido volvió ya no era el mismo ser luminoso, se había convertido en la representación del otoño, caos, destrucción y muerte lo acompañaron.

Un día ese sol de verano se apagó, el otoño también se acabó. Y dio pasó al invierno más largo y solitario en el corazón del joven de jade.

Década y media después, una melodía, una sonrisa fueron las señales que bastaron para que el hombre descubriera que el sol había vuelto para iluminar sus días.

Y desde aquel entonces el invierno eterno se esfumó y el verano se instaló en ambos corazones donde los errores del pasado ya no importaban, sólo importaba la calidez del amor".

Y desde aquel entonces el invierno eterno se esfumó y el verano se instaló en ambos corazones donde los errores del pasado ya no importaban, sólo importaba la calidez del amor"

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Ambos líderes habían quedado completamente estupefactos. Cuanto más escuchaban pudieron confirmar que no estaban equivocados, la historia que contaban era la de sus hermanos, un poco dulcificada, pero era la misma.

Al terminar de relatar aquella historia, la mujer aclaró que no le pertenecía, que había llegado de forma anónima a sus manos.

Una vez que habían pagado sus cuentas, volvieron a subir el carruaje, fue bastante acertada la elección del transporte, pues Jiang Cheng aún seguía un poco mareado por la bebida, lo único que deseaba era volver cuanto antes a la secta para descansar.

Lan Xichen ofreció su mano para ayudarlo a subir, a lo que este rechazó, -no era un hombre frágil maldita sea- por lo que subió primero seguido por el otro.

Small Purple Clouds (XiCheng)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt