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Caroline:

     Abrí la puerta de la casa y me quedé con la vista clavada en aquellos ojos celestes que me habían acompañado desde hacía tanto tiempo. Esos mismos que parecían no conocerme en absoluto pese a todas las vivencias compartidas. Iba a lanzarme a sus brazos cuando me di cuenta de mi hija a su lado.

     Sonreí como nunca y la abracé con fuerza. La cubrí a besos y entonces escuché aquel gruñido masculino tan sexual que me descolocó por completo. Su acompañante disimuló con un repentino ataque de tos.

— ¡Mi niña preciosa! Me alegro de verte. ¿Cómo estás?

— Hola, mamá— hundió su cara en la curva de mi cuello brevemente aspirando mi olor a la flor de la naranja—. Él es Paul.

    ¿Paul? ¿Era una broma?

— Hola, "mami", yo soy uno de tus yernos— dijo antes de que yo pudiera hablar. Guiñó uno de sus ojos y nos pusimos las dos muy coloradas... ¿Yernos? ¿De qué iba aquello? — Bueno, nenita, nos vamos... Por cierto, "mami", allí está tu otro yerno creo que ya lo conoces.

     Saludé a Steelo y él me correspondió en la lejanía. Sabía que algo estaba pasando, pero esperaba a que mi hija me pusiera al corriente. En cuanto los volví a ver "Paul" la estaba besando de modo ardiente. Tuve que mantener las formas mientras él se iba.


— Y, ¿cómo conociste a ese Paul? Es bastante sexy— sonreí tratando de sacar algo en claro.

— Conocimos mamá... Es el motero aquel que...— la miré como si no supiera de qué hablaba. Ella carraspeó y cambió la versión—. Es customizador y está en un club de motos. Se dedica a hacer motos por encargo. Steelo me convenció para que le regalara una a Payton por nuestro aniversario y fue cuando se descubrió todo. Una de las veces en que fui a verle, me lo encontré en su despacho, con Grace... Entonces cancelé el pedido, Paul, que había sido muy amable, me invitó a cenar y así comenzó.

— Como los cuentos de hadas modernos, mi vida... Y... Comenzó con un beso cuando el apuesto príncipe a lomos de su moto... ¡Qué romántico!

— Sí, mamá. Comenzó con un beso.


— Y ¿no se encelan entre ellos?

— De hecho, fue Paul quien convenció a Steelo incluso para que se viniera a vivir con nosotros y todo. Tienen una relación bastante estrecha. Y los amo a los dos, por igual.

— Jajaja. A tu padre le va a dar un infarto cuando se entere— la situación era tan surrealista que pensaba que me estaba perdiendo algo. 

     Había algo que no encajaba, pero estaba segura de que pronto me enteraría.

— Señora Pierce...

— Señora West-Hillstrandt. ¿Pasa algo?

— La busca un joven que...

     Mientras mi hija iba a ver de qué se trataba yo me quedé en el jardín con la cabeza a mil por hora. No comprendía nada de lo que estaba pasando. Quiero decir, las cosas con Payton siempre fueron una farsa. Él se casó con Noah a cambio de que Ulises le hiciera Fiscal General. Ulises se ganó su asiento en el Senado y ahora tenía la vista puesta en la presidencia. Noah, no solo se había separado, sino que además había comenzado una relación poliamorosa con dos hombres que eran moteros. Y... ¿Qué demonios pasaba con Sweet? ¿También había tomado él la droga esa con la que me hizo olvidar buena parte de la fiesta? 

      Ante mí se abrió la dura posibilidad de que me había engañado durante todo el tiempo que estuvimos juntos. Había conseguido de mí lo que había querido y había seguido con su vida, tal y como aseguró su padre.

    Pero... Y, ¿si en realidad no eran la misma persona? Era imposible que alguien pudiera fingir con tanta perfección no conocer a alguien. Siempre hay un gesto que delata. 

      Aquel hombre no estaba fingiendo no conocerme. Simplemente no sabía quién era yo.


— Levanta, mamá. Nos vamos de viaje— dijo mi hija al regresar al jardín acompañada de un joven demasiado atractivo—. Ahora que estoy de vacaciones quiero aprovecharlas al máximo.

— ¡Me apunto entonces! — Sonreí y me puse en pie. 

     Aquí pasaba algo y pensaba averiguarlo.



Michael:

    Las cálidas aguas de la preciosa Puerto Rico bañaron los delicados pies de las chicas. No les perdí de vista ni un segundo mientras disfrutaba de una cerveza bien fría.

— ¡Tomahawk Hillstrandt! — Dijo alguien a mi espalda y les eché un rápido vistazo a las chicas antes de girarme con la mano a la espalda en la funda de mi revolver sin llegar a sacarlo.

     Sonreí al observar al gilipolla que tenía delante.

— Hola, Moose. Gracias por tu hospitalidad, hermano.

— Gracias a ti por venir a visitarnos. ¿Qué te parece la bella Puerto Rico? Ginger es de aquí. Y decidimos venirnos porque América ya está hasta arriba de moteros... Sobre todo, de pétalos de asfalto.

     Nos echamos a reír. Mi padre le confiaría hasta su alma, por algo será.

— ¿El jefe te permitió mantener el nombre?

— Sí, pese a ser un club de apoyo y no una sección internacional, nos lo permitió igualmente. Así que para evitar polladas con otros miembros que sí son secciones, decidí llamarnos Los Bombers Shadow Mc. En fin, hermano, ¿Qué ha pasado? Timber no me ha contado gran cosa.

— Esa chica— le señalé a Noah que acababa de pegar un gran bocazo en la orilla. Los dos nos levantamos y sonreímos al ver que estaba bien—. Es Noah, la futura dama del jefe y de Hunter. Coyote y algunos de los Wicked Kings la violaron hace unas dos semanas, se corrieron sobre ella y mearon la cama del jefe y de Hunter— Moose apretó las mandíbulas, furioso—. Ellos están organizando algo con...Los Rolling Devils y la quieren lo más lejos posible.

— ¿Rolling Devils? ¿No será las Lady Devils?

— Ellas son el club de apoyo... Los Devils son el club principal y son los chicos de Wild Dog...

— Cierra puño, chaval. ¿Wild Dog? — Asentí mirándolo a los ojos—. ¿Dylan "Wild Dog" West? — Volví a mover la cabeza arriba y abajo—. Pero, ¿ese cabronazo no estaba muerto?

— Eso mismo pensaba yo, hermano.

— ¡Mike! — Gritó Noah desde la arena—. ¿Podemos buscar un hotel? Necesitamos refrescarnos.

— En marcha— dijo Moose, presidente de los Shadow dejando el dinero correspondiente a la consumición más propina en la mesa.

Mommy's little manDonde viven las historias. Descúbrelo ahora