27

88 16 0
                                    

Caroline:

     Tuve una pelea brutal con Michael tras lo ocurrido con mi hija. No podía soportar la humillación frente a todo ese grupo de impresentables.

     Noah había pasado por demasiado por culpa de Paul y Steelo.

    Lo que más me dolió, sin embargo, fue que acudiera al padre de él para que la ayudara.

     Y ese fue, precisamente, el detonante de mi discusión con Michael.

      Me dieron iguales las razones que argumentara para defender la decisión de Noah. Me dio igual la pasión con la que defendió a los suyos.

     Mi hija había sufrido mucho por culpa de ellos y me había hecho a un lado.

     La angustiosa súplica de Michael resonaba en mi cabeza tras el fuerte portazo con el que puse fin a la relación. En mi vida había tenido pocos enfados tan terribles como aquel.

     Odiaba que hicieran daño a mi hija. Odiaba a Paul y a Steelo. Odiaba a Michael. Aborrecía a los Bombers Mc.

     Pasé la noche en un discreto motel con un arma en la mano. Desconfiaba de todo a mi alrededor. En mi mente, a éstas alturas, el convencimiento del secuestro de mi única hija me estaba volviendo loca.

     Marqué un par de veces el número de Michael sin dejar que diera tono. ¿Qué se suponía que le iba a decir?

     Me tumbé cuando la cabeza me empezó a doler por la tensión.

     Esta historia estaba más que terminada. Tenía que comenzar a pasar página.

     Noah se puso en contacto conmigo a primera hora de la mañana. Aunque sonaba abatida me tranquilizó saber que estaba en buenas manos. El embarazo iba bien y en cuanto el club dejara de buscarla comenzaría una nueva vida muy lejos de ellos. Vendería la clínica y empezaría en otra parte.

     Nunca le conté lo que había tenido con Michael. Ella sabía que él me había ayudado a instalarme tras mi separación de Ulises.

     Solo eso.

     A la mañana siguiente abrí los ojos deseando encontrarme en otro lugar.

     Otro. En el que nunca hubiera sido Caroline Tautópolis.

     En el que nunca hubiera conocido a Sweet.

     En el que mi familia hubiera sido otra.

     Otro lugar en el que solo hubiéramos estado mi hija y yo.



— No lo puedo creer, Caroline. De verdad. Es algo surrealista.

     Margaret, mi mejor amiga, me miraba con una enorme sonrisa en el rostro. La fina taza de porcelana china a medio camino a sus labios.

     Bufé haciendo una visual por el gran jardín interior de su gran casa en Orange. Todo tipo de flores de muchos colores y en diversos grados de madurez adornaban aquella zona. Un pequeño estanque con peces exóticos al fondo con primorosos asientos en hierro de forja acolchados. Enormes y frondosos árboles nos aislaban de cualquier curioso.

     Era, lo que se dice, un auténtico retiro a todos los niveles.

— El matrimonio de mi hija fue una patraña. Lo sabes...

— Igual que el tuyo, querida. Aún hoy sigo sin comprender que te casaras con Ulises. Recuerdo a aquel ardiente chico que...

— Me abandonó, punto. Fin de la historia. Está muerto y enterrado.




Michael:

     Desaparecí del mapa para no matar a nadie. Channel era la zorra de Coyote. Y no era muy aconsejable destripar a aquellos que llevan tus mismos colores... Suele ser malo para la salud.

     Me largué al bosque a calmar la rabia que sentía por cómo todo se había ido a la mierda.

     Estaba muy tocado.

     Tanto, que no sabía gestionar mis emociones. Eso era un problema muy jodido que tenía en común con mi gemelo. Kate siempre me ayudó cuando las cosas a mi alrededor se jodían. Pero, ahora estaba solo.

     Como no confiaba en no matar a nadie, decidí que lo más sensato era largarme. Así, si se me ocurría alguna genialidad, el único perjudicado sería yo.

     Otro problema que se me planteó fue que tampoco soporto la soledad. Necesito la compañía humana tanto como respirar. 

     Tras muchas vueltas volví a montar y me planté en la casa de mi padre.

— Me tenías preocupado— dijo en cuanto abrió la puerta—. ¿Qué coño le pasa a tu teléfono?

— Pasaba de hablar con alguien. ¿Se puede saber qué coño os pasa a los dos? Noah es una gran mujer. ¿Cómo se os ocurre engañarla? Y, ¿con Channel?

— No sé de qué estás hablando— mi padre me miraba muy serio—. No recuerdo que ella haya estado aquí... Mucho menos que nos la hayamos follado. Por mi parte ella es historia desde hace tiempo.

— Mi mujer es Noah. ¿De verdad piensas que la engañaría? Llevo muchos años enamorado de ella.

— He tenido una pelea brutal con Caroline por vosotros. Habéis...

— ¡NO LA HEMOS ENGAÑADO! — Rugió mi padre—. ¿Dónde coño está Noah? ¿Sabes algo?

— ¿Por qué tendría que saber algo más que el hecho de que la habéis jodido y que Channel se está paseando con un chaleco de propiedad por la sede?

— ¿De qué coño estás hablando? — Steelo me miró con fijeza.

— Noah llegó cuando los dos estabais abajo y os encontró follando, a los dos, con Channel.

— No me jodas— gruñó Timber perplejo.

— Hay que buscarla...

— Veré qué puedo hacer. Voy a hablar con Sniffer.

— Llévate a Bear también por si se joden las cosas— me pidió Timber—. Voy a hablar con Caroline por si sabe algo.



Caroline:

     Puse los ojos en blanco al ver el número.

     Cuando alguien te cae bien, como me pasaba con Steelo y Timber, la decepción por una acción como aquella era terrible. Sin embargo, ahora comprendía que Noah no hubiera recurrido a mí. 

     Ellos intentarían saber algo de mi hija a través de mí. Era lógico que buscara ayuda en otro sitio para que la dejaran en paz.

— No sé dónde está mi hija, Paul Hillstrandt. Tampoco te lo diría si lo supiera. ¿Cómo os atrevéis a hacerle algo semejante? ¡Y en su estado!

— Mami, te diría que esas cosas no te conciernen porque son temas de pareja, pero te juro que no hemos hecho nada. Nunca, jamás, le haría daño. Ni Steelo tampoco.

— Si de verdad la queréis dejadla en paz. Todo cuanto tocáis lo destruís por completo.

Mommy's little manOù les histoires vivent. Découvrez maintenant