Capítulo 30

76 16 0
                                    

📌 DATOS CURIOSOS 📌
ESPECIAL

DATO N° UNO
Una vez me encontré con un Manhwa llamado The Abandoned Empress. Por lo que ustedes se preguntarán a qué se viene esto, bueno, el nombre de su protagonista es Aristia Monique, el cual me fascinó.
Dicho me gustó tanto que después de dar muchas vueltas, decidí que nuestra maga se llamaría de esa manera. Solamente que le cambiaría la S por la Z, por mero placer mío. ✌🏻

DATO N° DOS
En un futuro, escribiré la historia en donde todo empezó para nuestra chica. Es así como pretendo profundizar en las vidas de los magos que han sido mencionados, pero que ya no están. ❤️ Acá no se va a salvar nadie. ¡Quiero ver el mundo arder!

DATO N° TRES
Si nos ponemos meticulosos, biológicamente Ariztia tiene 24 años pese a tener una apariencia joven debido a su condición y, sorprendentemente, fue la menor de su grupo.

Nuestra historia, Ariztia Monique: La Joven Prodigio, recién está empezando. Créanme cuando les digo que esto es solo la punta del iceberg. 🤭

"Eira Fields"

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

"Eira Fields"

—¿Por qué? —cuestioné secamente evadiendo el contacto visual que hay entre nosotros. —¿Acaso piensas marcharte así? ¿De la nada? —subí el tono de voz molesto con ella y conmigo mismo, por no ser lo suficientemente fuerte para proteger mi apellido y a los que me rodean. —¿Por qué tienes que ser... —me interrumpió al arrodillarse enfrente de mí.

—Porqué yo prometí servirle, mi señor. Es esta la responsabilidad que debo afrontar para poder protegerlo así usted no esté de acuerdo, ¿comprende? —susurró siendo gentil, acomodándome un mechón de cabello detrás de la oreja.

En cambio, mis mejillas se ruborizaron y un calor inexplicable se apoderó de mi pecho cuando me encontré con sus ojos azules.

—No te vayas, por favor. —susurré para mí mismo, de todas formas, ella logra oírme. —No deseo que lo hagas, pero muy en el fondo sé que no puedo detenerte. —confesé entristecido con una sonrisa seguido de hacer contacto visual con ella. —¿Estás segura de ir? —pregunté preocupado, ahogado con el nudo que se había apoderado de mi garganta.

Ella me sonrió con la mirada iluminada y, sin querer, dejándose llevar por sus sentimientos me arropa la mejilla con su mano izquierda para acariciarme.

—No se preocupe, mi señor. No pretendo marcharme por mucho tiempo. —afirmó depositando un dulce beso en mi coronilla, haciendo que mi corazón lata con fuerza cuando lo único que quería era llorar.

La Joven Prodigio © BORRADORWhere stories live. Discover now