↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 ｢sasodei｣

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Sasori jamás olvidaría su primer beso. Le primera vez que alguien pegaba sus labios a los suyos para intercambiar gérmenes. Antes de eso, solo había pensado que besarse era completamente innecesario, hasta que Deidara se acercó y le besó por unos cuantos segundos.

Aquel día, era un jueves por la tarde. Deidara había estado más que raro, no le hablaba y cada que lo veía apartaba la mirada con el rostro más rojo que su pelo. Así que Sasori lo buscó después del club y lo acorraló en un callejón. No sabía muy bien porque lo hacía, antes no le habría importado que alguien hubiera cortado comunicación con él, pero Deidara, el mismo pesado que no le dejaba de seguir solo para hablar con él se estaba alejando. Quizá después de todo también quería recibir atención, aunque solo fuese la de una persona.

—¡D-danna!— había exclamado el chico— ¿Q-qué ocurre?

—Eso es lo mismo que yo me pregunto.

Sasori lo tenía contra la pared, con ambos brazos a ambos lados de su cabeza...bueno, en realidad era un poco más bajo que Deidara así que tenía ambos brazos a ambos lados de su cuello y la mirada un poco alzada para ver los azules ojos del rubio.

—Has estado evitandome todos estos días, y ni hablar de hoy. No me pudiste ni decir la hora.

—¡P-puedo explicarlo, hm!

—Pues hazlo, espero sepas de una vez que no te pediré disculpas de nada.

Deidara se mordió el labio mientras apartada la mirada, así que el pelirrojo al notar la incomodidad de su amigo, se apartó y espero con su típica expresión de seriedad la escena. El ojiazul removía un pequeño hilo que sobresalía de su camisa del uniforme escolar mientras miraba a todos lados con desespero, como buscando una respuesta en el cielo.

—No tengo todo tu tiempo...

Las palabras fueron calladas entonces. De verdad que no se lo había esperado. Deidara le estaba besando, tenía los ojos fuertemente cerrados y una expresión extraña. El cuerpo del menor se movió como queriendo escapar, pero el de Sasori fue más rápido, lo tomó de la mano y no lo dejo irse, actuando por reflejo, algo que le fue tan natural como respirar.

—Espera...—murmuró—¿Por qué tú...?

—¡Porque me gustas, jodido imbécil!— le gritó— ahora suéltame, este es el momento en el que me rechazas y no pienso escucharte.

El mayor se sintió confundido. ¿Por qué le parecía tan familiar esa sensación de galope en su pecho? Su corazón latía rápidamente y entonces cayó en cuenta de dónde lo había sentido antes.

Cuando Deidara le miraba, cuando le llamaba Danna para molestarlo hasta que se volvió un apodo cariñoso. Sentía lo mismo cuando del rubio se trataba, y se preguntó porque no se había cuestionado antes aquello.

Aunque sabía que quizá, era porque se había olvidado de lo que era sentir amor.

—Sueltame ya— suplicó entonces el rubio que aún era tirado del hombro por su senpai— lamento lo que hice, sé que no estuvo bien pero yo...

Está vez quien fue interrumpido por un beso fue él. Sasori lo estaba besando con fuerza mientras sus manos se enredaban en su melena. Fue un beso feroz que le quitó el aliento. Lo dejo atónito, sin saber si era una venganza o si de verdad, Sasori estaba correspondiendo a sus sentimientos.

—Siento lo mismo— dijo separándose, siempre directo— así que sé mi novio.

Todo había pasado tan rápido. De estar confundido a decirle sin reproches aquella propuesta. Sasori pensaba rápido y actuaba aún más, en cambio él seguía aturdido y con la mente vagando.

Quizá si se hubieran tomado un poco más de tiempo, abrían aceptado los errores del otro, o se habrían ahorrado malos momentos. Pero lo que pasó era diferente, algo que no se podía cambiar y aunque lo odiaran admitir, no se arrepentían.

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