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Después de curar las heridas de los Uzumaki, Itachi comenzó a cocinar para comer, como si fueran amigos de años.

Los tres hermanos de sentaron en la mesa, hasta la llegada de Sasuke. En cuanto el pelinegro hizo acto de presencia, Naruto se lanzó a sus brazos a hacer rabietas como un bebé.

—¿Estás bien, usuratonkachi? —se quejó molesto Sasuke ante los reclamos del menor.
—¡Deidara me golpeó-dattebayo!
—Te lo merecías— respondió su novio.
—¡¿Cómo puedes darlo por sentado?!
—¡Te conozco, dobe!

La comida fue ruidosa, Deidara se defendía con argumentos, pero en gran parte eran enojos por provocaciones tontas que le hacía Naruto. Una vez terminado todo, como castigo, ambos debían lavar los platos.

—Lamento el comportamiento de mis hermanos— se disculpó Menma con los Uchiha mientras los susodichos peleaban en la cocina— Deidara ha estado muy sensible después de su ruptura. Nunca antes había tenido novio así que... está muy susceptible a cambios de humor.

Una mueca en el rostro de Itachi no pasó desapercibida, aquello parecía incomodarle.

—No es tu culpa, Menma-kun, no son tus hijos.— el mayor de los Uchiha le sonrió, volviéndose a la sala para detener la pelea que ambos rubios llevaban a cabo.

Menma suspiró, no quería tener que ver todo ese teatro, y mucho menos que Itachi lo viera también, pero algo que quería menos era tener que separarlos mientras estaban enojados, además, los dos tenían debilidad con Itachi, el mayor era el más capacitado para aquello.

—Mi hermano tampoco es su madre— le dijo Sasuke de repente, con la vista fija a su hermano— ni tu su padre. No tomes un papel que no te corresponde ni dejes que Itachi tome otro que no le incumbe, déjalos resolver sus problemas.
—Se matarán si los dejo solos.
—¿De verdad lo crees?— esta vez, los ojos negros de Sasuke le miraron con tenacidad— conozco a mi novio, y sé que pase lo que pase, intentará cuidar de Deidara.
—Hoy lo estaba estrangulando.
—Te aseguro que lo dejará inconsciente solamente, ese dobe no mata ni una mosca.

No era del todo cierto. Naruto era un jodido inquieto, y aunque no fuera su intención matar a la mosca, la terminaría aplastando mientras revolotea por dónde sea.

—Naruto no ha parado de hablar sobre Deidara, él dice que es patético, pero estoy seguro que está muy preocupado.— comento el Uchiha al notar no muy convencido a Menma— creo que deberías hablar con ellos.
—Quizá.

La plática quedó ahí, Menma debió suponer que alguien tan reservado como Sasuke no le dirigiría ni una palabra innecesaria y se limitaría a mencionar sutilmente sus preocupaciones.

El teléfono del Uzumaki sonó y si quiera miró bien la pantalla antes de contestar pero parecía ser un número desconocido.

—¿Diga?
—Soy Sasori— contestó la voz del pequeño pelirrojo al otro lado de la línea.

El pelinegro no pudo evitar sonrojarse de la vergüenza, era una situación muy extraña, y le apenaba decir en voz alta que el ex de su hermano había conseguido su número. Pero Sasori también era una persona muy reservada, no habría conseguido su número por nada.

—¡S-senpai!—contestó nervioso, era malo para ocultar las cosas, así que ante la intensa mirada de su cuñado, caminó hacia el patio trasero de su hogar. — ¿Cómo conseguiste mi número?— preguntó ya lejos de cualquiera que pudiera oírle.
—Deidara me lo dió hace un tiempo, cuando supuestamente ibas a recogernos en el carro de tu madre, pero nunca llegaste.
—¿Y tú lo guardaste?— dijo cambiando la pregunta de inmediato.
—Soy precavido— contestó— quería comentarte algo...

↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 「sasodei」Onde as histórias ganham vida. Descobre agora