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Ambos chicos caminaban tranquilamente hacia su siguiente clase. Aparentemente Hidan ya conocía de ante mano la escuela porque encontró rápidamente el lugar sin necesidad de ver la hoja de sus horarios.

-¿Ya habías venido antes a la escuela?- le preguntó Deidara mientras se sentaba a su lado- parece que la conoces.

-Venía muy seguido con mamá a recoger a mi hermano de la dirección.

Aquella respuesta sacó una mueca en el rostro de Deidara. Su madre le advirtió no juntarse con chicos problema, y juzgando la primera impresión que le dió Hidan, estaba seguro que era uno de esos.

—Por cierto, ¿Tú no eres hijo del alcalde anterior?

El asintió. Su apellido era bien conocido en Konoha, y a pesar de que su padre se apellidaba Namikaze, su mamá venía de una familia reconocida y muy importante, así que por respeto a su linaje se quedó con aquel apellido.

—Me cae bien tu viejo, él fue quien apoyó la ley de libertad de culto en cualquier lugar en el pueblo, antes no aceptaban a mi familia en McDonald's por ser de otra religión ¿Puedes creerlo?— comentó el chico sacándose un collar del cuello dónde se alcanzaba a ver un triángulo equilátero con la punta hacia abajo rodeado por un círculo de plata.

—¿Eres jashinista?

—¿Algún problema?

Negó y quiso agregar que él respetaba cualquier religión, pero en ese instante entró el siguiente profesor que impartía la materia de química. Les explicó que los lunes verían teoría y los viernes tendrían prácticas en los laboratorios, así que debían organizarse en grupos de tres como equipo, con la condicional de que ya no podrían cambiar a sus miembros por el resto del año.

En ese instante, Deidara supo que su propósito de al fin hacer amigos en la escuela, no se podría hacer, pues era casi obvio que al ser dos inadaptados, debía estar en el mismo equipo que el de pelo plateado y algún pobre tonto que no alcanzara integrarse con alguien más.

—Hola, disculpen ¿Puedo unirme a ustedes?— exclamó una suave voz a su derecha.

Habían pasado apenas cinco minutos, decir que no les sorprendió que alguien llegara tan rápido a querer unirseles sería mentir. Aunque aún más sorprendente fue ver de quién se trataba.

Era una chica hermosa de cabellos morados y ojos amarillos. Tenía un un peinado femenino adornado con una flor de papel y una sonrisa tímida.

—¡Claro!— exclamó Hidan— ven, siéntate.

El religioso le quitó una silla al chico de en frente, haciendo a este quejarse pero aún así, este le ignoró. La joven se sentó y juntos comenzaron a preparar los detalles de su equipo y como se iban a organizar, incluso platicaron un rato y descubrieron que se llamaba Konan y era de Amegakure no Sato, un lugar no muy lejos de donde Hidan venía.

—¿Por qué hiciste equipo con nosotros?— inquirió Deidara, mirando a Konan y luego a Hidan— sin ofender amigo, pero la verdad damos pena.

Este se encogió de hombros.

—Si, también lo creo— admitió— y también tengo esa duda, me estás haciendo pensar que no eres de fiar.

La chica rió ante lo dicho.

—No me suelo llevar bien con las demás chicas y...lo chicos son unos idiotas. Creo que...verte defendiendo a Dei-kun me hizo pensar que quizá ustedes sean de confianza.

—Creeme que no lo somos— agregó el de ojos púrpuras de inmediato.

—¡Hey! ¿Por qué lo dices con tanta seguridad? Nos acabamos de conocer, hm.— respondió el rubio, indignado de que el chico a su lado supusiera que no era de fiar solo porque no sabía llegar a un salón.

—¿Me estás diciendo que eres de confianza?

—En realidad no lo soy, pero me ofende que tomes suposiciones sin conocerme.

Rieron está vez los tres, realmente las conversaciones eran genuinas y no debían forzar las cosas. Aquello hizo pensar a Deidara una sola cosa: no le importaba tener muchos amigos, si con ninguno de ellos podía congeniar tan bien como con esos dos.

Quizá y solo quizá, ser un fenómeno no era tan malo.








El miércoles subo los capítulos de la historia de Kisame, Kakuzu y Sasori. Uwu









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↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 「sasodei」Where stories live. Discover now