↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 ｢sasodei｣

■□□□□二十%

-¿Es que acaso soy idiota?- se preguntó Sasori a si mismo, pero quién le respondió fue otro.
-Si- dijo Kakuzu sin despegar su vista del cuaderno.
-No me estás ayudando a mejorar.
-Ni tú con el trabajo, ¡Concentrate!

El pelirrojo entonces devolvió su vista a su cuaderno. Aquella semana les habían dejado un proyecto en grupo.

Obviamente, estaba con sus mejores amigos, a punto de terminar el proyecto que debían entregar dentro de un mes, pero estaba teniendo problemas en concentrarse, aún más con las estúpidas ideas que tanto Kisame como Menma se habían dedicado a alimentar en su cabeza.

¿Itachi y Deidara?

Debía ser una broma. Esa familia no se cansaba de robarle a la suya.

El pleito de los Akasuna y los Uchiha, eran recuerdos de su abuela. Ella peleó junto a varios habitantes de Konoha en la guerra, y sobrevivió gracias a su inteligencia. A pesar de que la gran depresión, sobrevino sobre todo el país, ella se mantuvo firme, trabajando todos los días para sacar a su familia adelante. Ella recuerda que durante esa época, el clan entero de los Uchiha se negó a repartir sus riquezas con la población, quienes habían quedado vulnerables.

Si bien era una razón para no querer a esa familia, el verdadero odio, surgió cuando los padres de Sasori, entraron a trabajar a una de las fábricas que aquella familia tenía. Se especializan en exportar y fabricar fármacos, logrando una fortuna con ello. Pero durante ese tiempo, un terrible incendio le arrebató a sus padres, dejándolo solo con su abuela. Después de ese trágico incidente, cambiaron las medidas de seguridad e implementaron los seguros de vida. Pero aquello ya había no podía traer a sus padres de vuelta.

Eso paso cuando Sasori cumplió ocho años. No disfrutó lo suficientemente de su madre y su padre, y aún así le harían falta toda la vida.

Trabajó duro para estar donde estaba, y trabajaría más duro para llegar a la universidad que tanto anhelaba. Era el mejor en su clase, el mejor incluso en deportes. No solo pasaría el examen de admisión, era casi seguro que le regalarían una beca completa también, solo necesitaba seguir teniendo las mejores calificaciones y ganaría aquel exclusivo apoyo.

Cada cosa que él portaba, desde sus zapatos hasta cada lápiz con el que escribía, eran producto de su esfuerzo, del cual ningún Uchiha tendría que sufrir.

—¿Quieres apúrate? Nos faltan dos páginas— le pidió el ojiverde por segunda vez. Sasori sacudió la cabeza.
—Si, lo siento...
—¡Cálmate un poco Kakuzu-kun!— bromeó Kisame, quién apenas ayudaba con el trabajo— ¿No es para entregar en un mes?

El mayor lo miró con desprecio, no parecía si quiera estar de humor ese día.

—A diferencia de ti, cabeza hueca. Sasori y yo debemos ganarnos nuestra educación.
—¿De qué hablas?— contratacó Hoshigaki— yo también me la gano, el fútbol también regala becas.
—Felicides ¿Qué piensas estudiar, eh? ¿Ingenieria en patear pelotas? En eso eres experto.

Una carcajada salió de la afilada sonrisa de Kisame. Parte por la cual era su amigo, es que nunca se quejaba de ellos y los aguantaba hasta en la peor de sus versiones.

—Si pudiera estudiar eso, créeme que lo haría—se burló— por desgracia, tengo una empresa familiar que mantener, así que me iré contigo a administración de empresas.

El bajito alzó una ceja. Aquella reunión había resultado interesante. Pudo notar que llevaba mucho tiempo distanciado. Kisame había dejado la indecisión al fin y había escogido carrera.

—¿Lo harás por tus padres?— preguntó Sasori con interés. El nombrado se encogió de hombros.
—Hay cosas que uno no siempre puede decidir ¿Sabes? Mis planes a futuro eran estudiar biología marina, pero no creo que me den una beca para eso.

La plática terminó ahí. Nadie dijo nada más hasta que terminaron con el trabajo. Sus amigos se fueron a sus casas, dejando a un Sasori pensante.

¿De verdad hay cosas que no se pueden decidir?

Quizá Kisame tenía razón, él no había decidido enamorarse de Deidara pero... había decidido el fin de su relación. Una decisión que no se sentía para nada bien.

⇱𝚁𝙰𝙲𝙷𝙴𝙻𝚁𝙴𝙳⇲