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—Ya te dije abuela, solo iré a una fiesta con ellos, invitó a todo el club, no solo a mi...—dijo Sasori molesto.

Chiyo golpeó la mesa haciendo un par de trozos de pollo de su plato caerse al suelo, dejando a ambos menores que la acompañaban en la cena se sobresaltados ante aquella necedad de la mujer. Gaara quiso intentar calmar las cosas, pero la anciana frente a él no le daba la confianza de hacerlo pues parecía que en cualquier momento saltaría sobre ellos. 

Y es que Deidara le había dado al mayor una invitación para ir a la fiesta de revelación del sexo de su hermano, igual que a todos en Akatsuki. El rubio solo había sido amble y él quería ir, pero su abuela no gustaba de que Sasori volviera con Deidara, pues ella no era muy fan de volver con alguien con quién ya has terminado.

Ella y el abuelo de Sasori se habían separado y no lo había vuelto a ver, es por eso que la mujer tenía ideas un poco arcaicas sobre el amor y a pesar de que no tenía problemas con la sexualidad de su nieto, no le gustaba la idea de que él "admitiera su error" de terminar con el joven Uzumaki.

Chiyo señaló la comida que había dejado caer al piso y siguió regañando al pelirrojo.

—No puedes volver con alguien que dejaste atrás Sasori-kun, ¿Acaso crees que yo recogería ese pedazo de pollo? ¡Por su puesto que no! Por mi que se joda.

—¡Abuela!

—Para eso estás tú qué barres la casa. Es lo mismo, habrá alguien más que aprecie la comida del suelo.

Está vez, quien azotó la mesa fue su nieto. Parecía realmente molesto sobre aquellos muy desacertados comentarios de la matriarca.

—Pues te guste o no, iré a la fiesta, y si yo quiero volver con él, lo haré ¡Por qué es a quien quiero!

Dicho esto se levantó furioso y se encerró en su habitación. No solía pelear con ella y casi nunca se iba a su cuarto sin recoger la mesa ni lavar los platos. Gaara que había estado en medio de aquello decidió hacerlo por él mismo, tomando en cuenta que nadie en esa casa parecía lo suficientemente calmado para no romper en pedazos todo en la casa y se dedicó a mantenerse al margen de la situación en lugar de entrometerse.

Ambas partes de la discusión tenían un ego enorme, podían llegar a ser muy orgullosos y al final nunca se disculpaban, casi siempre en silencio comenzaban a hablarse de poco a poco hasta que se olvidaban de las cosas.

Sasori estaba en su habitación, intentando distraer su enojo y mirando una y otra vez la invitación a la fiesta de Deidara. En realidad, no estaba casi nervioso por ver a la familia del rubio de nuevo, si no que tendría que ver a Kisame otra vez después de una semana de que Hoshigaki se hubiera lesionado y faltado a clases.

No había ido a ver a su amigo ni había hablado con él. Claramente seguía molesto de que el chico hubiese dicho algo que él le había contado, a Itachi. Estaba molesto pero no podían estar así para siempre, eran amigos y por más que le molestara aquello, jamás podría odiarlo. Era su desesperante amigo.

Kakuzu decía que estaba mejor, se había roto un tobillo o algo así, no recordaba bien cuál era la lesión, estaba sumamente estresado aquellos días y su abuela no ayudaba con su actitud.

Suspiró mientras terminaba su tarea de álgebra y estudiaba un poco de esta, realmente no estaba en condiciones de hacer nada más porque cualquier situación por pequeñita que fuera le afectaría.

No fue hasta que una hora después de su disputa, un par de suaves toques en la puerta de su habitación le hicieron parar en seco sus estudios y volteó a ver cómo Gaara abría y se adentraba al cuarto apenado.

Se había olvidado de que su pobre primo estaba ahí. Debió de presenciar una situación bastante incomoda.

—Oi, Gaara-chan...

—Lamento interrumpirte niisan, yo...solo quería decirte que lamento mucho lo que dijo la abuela, pero que yo te apoyo en lo que sea.

Aquello dejó al mayor asombrado. Gaara era demasiado amable, cosa que le hizo sonreír. Se levantó de su escritorio y caminó hacia el ojiazul para revolver su cabello amistosamente.

—Gracias Gaara, de verdad necesitaba escuchar eso.

Sin duda, su horrible semana había sido alegrada con tan solo ver la radiante sonrisa del menor, dándole ánimos y alentandolo a seguir, porque aún tenía alguien que no lo dejaría solo.













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↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 「sasodei」Where stories live. Discover now