↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 ｢sasodei｣

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La clase terminaba y Sasori concluía de anotar sus tareas. Kakuzu le tocó el hombro para llamar su atención. El pelirrojo, molesto, volteó su vista a los ojos verdes de su amigo, haciendo que este sonriera con discreción.

-Hidan me mandó un mensaje.
-Si es una foto de su...
-¡No!- gritó, pero tras la mirada confundida de los demás, simplemente se disculpó y cuando la atención se desvío, continúo explicando- me dijo que Itachi Uchiha está en su clase.

Sasori frunció el ceño. ¿Qué estaba tramando contándole aquello?

-¿Y...?
-Pues que el tipo es un Uchiha. Seguro tendrá loca a su clase entera.
-No me importa realmente.
-¿Seguro?

Su plática fue interrumpida cuando la profesora les llamó la atención. Sasori, se dedicó a ignorar al castaño el resto de la clase. Cuando llegó la hora de la salida, guardó sus cosas y se apresuró a huir de la institución antes de que sus amigos lo alcanzarán, o peor aún, Deidara.

No entendía muy bien ni él mismo porque evitaba a su novio, pero de algo estaba seguro, y eso era que su obsesión por quedar en la mejor universidad de arte del país de entero, le estaban quitando su tiempo. Debía estudiar y prepararse para aprobar, y si eso significaba mantener al rubio en segundo plano, entonces lo haría.

Sus pasos eran lo más rápidos que sus cortas piernas podían aportarle, de verdad quería llegar rápido a casa a estudiar, pero un grito energético lo detuvo. No quería parar, pero lo hizo pues pensaba terminar rápido de rechazar a quien le llamaba.

-¡Danna!- ¿Quién más? Deidara corría alzando su brazo y saludando con excesiva positividad- Vamos juntos a casa ¿Si?

Sasori rodó los ojos. No quería acompañar a Deidara, terminaría convenciendolo de dejarlo en su casa, y sabiendo que aquel día era jueves, sus padres estarían fuera y sus hermanos en algún lugar con sus parejas. Lo invitaría a pasar, y lo seduciría hasta que accediera. Le gustaba el sexo con Deidara, debía admitirlo, pero lo que no debía era dejar que su debilidad lo apartara de su responsabilidad.

-No creo, debo llegar temprano a casa.

El menor entonces, lo suficientemente cerca, hizo un puchero. Un puchero que deseo besar con todas sus fuerzas, pero se contuvo.

-¡Ya deja de apartarme de ti, Danna!
-Lo siento Dei, tendrás que volver solo.
-¡Llevó un jodido mes volviendo solo!

Sasori contó hasta cinco, y como si de magia se tratase, los ojos de Deidara se convirtieron en un océano, con las lágrimas tomando el azul de sus ojos, y hondeandose con la marea de sus quejidos. Deidara estaba llorando, como era de esperarse con alguien tan impulsivo. No hizo más que observarlo hacer su teatro, quería hacerlo sentir culpable y obligarlo a consolarlo, pero para eso siempre estaban Hidan, o Naruto, dándole la razón.

-Lo siento Dei, sabes que este examen de admisión es muy importante para mí.

Cómo era de esperarse, Deidara salió corriendo de ahí, probablemente esperando a que lo siguiera, pero era algo que ya no hacía. No tenía tiempo de peleas. Dándose la vuelta, caminó hacia casa retomando su trayecto. Quizá se había pasado, pero lo peor que podía hacer su novio era terminarlo, y dos días después buscarlo de nuevo para un reencuentro emotivo. Entonces Sasori, como siempre, aceptaría estrujandolo entre sus brazos para calmar los malos sentimientos, y estar como nuevos otra vez.

Era una relación jodida, pero la costumbre lo consumía. No podía estar bien sin los constantes mensajes del rubio en su historial, sin su continúa atención ni su molestia por procurarlo. Deidara tenía ese eterno amor por él, aquel que siempre deseo tener, y que solo ese mocoso le podía dar.

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