↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 ｢sasodei｣

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-¿Vienes a burlarte?- preguntó Deidara.

-En parte- contestó Hidan- también te traje un regalo.

Deidara veía a sus dos amigos entrando en la habitación. Se trataba de Konan y Hidan, quienes llevaban una bolsa llena de comida chatarra y la chica un ramo de flores. El rubio se había lesionado el tobillo cuando su amigo de cabello plateado mencionó que en realidad no había superado a Sasori. Y es que llevaba ya un rato haciendo ese tipo de bromas, que para alguien que acababa de empezar una nueva relación no era muy agradable.

-Estoy seguro de que el Uchiha vendrá pronto a verte, así que Konan compró flores para ponerlo celoso y esperar que terminen.

-¡Claro que no!- se quejó ella golpeando al chico.

Se sentaron en el pequeño sofá del cuarto del Namikaze mientras esté dejaba sus revistas de arte de lado y enfocaba su atención en los recién llegados.

-Lamento lo que pasó- se disculpó finalmente el religioso- pero en mi defensa, tengo mucho porque molestarte con tu nueva relación. Es horrible, Itachi te tiene más idiota que Sasori.

-Eso no es cierto- negó Dei- él... él es muy lindo conmigo y me trata bien. Es por eso que no me han visto igual que antes, ahora soy mejor.

Hidan estuvo a punto de lanzarse encima de su amigo para asfixiarlo con su almohada, dejando al rubio consternado, preguntándose el porque de la respuesta tan negativa hacia lo mencionado.

-¡Idiota!- se quejó- Itachi te lavó el cerebro, no sé quién seas pero que bueno que te rompiste el pie por robar la identidad de mi mejor amigo.

-¡Soy yo, idiota!

-Deidara no diría semejante estupidez. Antes muerto que cambiar solo para agradarle a alguien que te hará olvidar al ex que todavía no superas.

Para sorpresa de todos, Deidara se quedó callado. No dijo nada. No reclamó, no musitó ni un mínimo insulto y lo peor de todo, era verle actuar como si le trajera sin cuidado. Esto hizo que Hidan chasqueara la lengua, increíblemente molesto por eso.

¿Qué le había pasado al gruñón y altanero artista?

-Calmense por favor- pidió Konan, más que nada porque acababan de llegar y las cosas estaban muy intensas desde el principio- si tú estás bien y cómodo, nosotros no nos meteremos en tu relación.

La que pensó que era la respuesta indicada para calmar los ánimos, resultó en otro terrible silencio. Deidara no negaba ni confirmaba nada, lo que les llevó a deducir la confusión que se estaba creando en la cabeza del de ojos azules, quién mantenía estos pegados en sus manos, como si estas le fueran a dar la respuesta que tanto buscaba por si mismo.

-Si no estabas del todo seguro, no debiste aceptar.

-¡Deja de decir lo que debo o no hacer!- gritó.

Pero a pesar de que era una frase que el viejo Deidara diría, no sonaba como él. Sonaba tan extraño y ajeno a ellos. Realmente les preocupaba.

-¡Apenas llevamos un par de semanas, ¿Por qué todos están en mi contra?- el chico respiró un poco, logrando mantener el control y calmarse. Se había vuelto a desesperar- me gusta Itachi y aunque tengan razón y sigo queriendo a Sasori, el que me ha sacado de toda esa oscuridad fue él, nadie más que él, ni siquiera ustedes.

Era cierto. Konan y Hidan pensaron que pronto se le pasaría lo de la ruptura y volvería a salir con Sasori. Aún sabiendo que su amigo estaba en una relación tóxica y que su última ruptura era la manera perfecta de sacarlo de ahí, ninguno había hecho nada para cambiar eso.

-Ahora que estoy con alguien, creen que tienen derecho a juzgarme. Itachi y yo estamos bien, no necesito que me cuiden.

-¡Ese es el problema!- respondió el peliplata- ¡Tú no eres así, no me molestaría si quiera en venir a reclamar si no supiera que algo anda mal!

-¡Llegaste muy tarde para eso!

Le dolió.

A Hidan le dolió, porque era cierto. Deidara lo había necesitado, y no estuvo ahí para él. Lo ignoró y lo pasó de largo. No tenía derecho a meterse en su noviazgo ni de quejarse pero...

Descubriría que estaba pasando ahí.

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