Contrato De Divorcio (Libro #2)

331-335

Capítulo 331: Use las manos de Su Qianci para deshacerse del bebé

Dos días no fue mucho tiempo. Sin embargo, para Tang Mengying, era casi insoportable.

"¡Algunas ciruelas agrias para mí, por favor!"

"Laurel, quiero unos fideos".

"¿Qué diablos? Ni siquiera puedes hacer eso bien? El hermano Sicheng no te paga nada.

"Oye, ¿qué es esa mirada en tu cara? ¿Sabes quién soy?

Tang Mengying había torturado y dado órdenes a todas las niñeras, disfrutando de ser la dueña de la casa. Sin embargo, ella se sintió increíblemente perdida al mismo tiempo. Después de su llamada, se fue a dormir por aburrimiento. Cuando se despertó, estaba tan aburrida que quería hacer algunas burbujas. De repente, recordó algo que tenía que hacer en este momento. Necesitaba ir a la compañía de Li Sicheng. Al mismo tiempo, necesitaba llevar a Su Qianci allí y usar sus manos para ...

Aunque Li Sicheng le había pedido que no saliera, ¿no sería mejor si pudiera deshacerse del bebé sin que él sospechara de ella? Habiéndose decidido, Tang Mengying escogió un vestido suelto que mostraba lo mejor de su barriga y se ponía un maquillaje magnífico. La mujer en el espejo se veía sofisticada y hermosa. Ella tomó su bolso sensualmente y salió por la puerta.

Al ver a Tang Mengying tan radiante, las dos doncellas que estaban en la puerta se miraron entre sí y la siguieron.

"No tienes que seguirme. Voy a dar un paseo ".

Tang Mengying estaba muy impaciente con las criadas. Ninguno de ellos podía hablar, excepto Laurel. ¡Qué aburrido!

Laurel, el ama de llaves, vino rápidamente y le preguntó: "Sra. Tang, ¿qué estás haciendo?

"¿Por qué tengo que informarle?", Dijo Tang Mengying, molesto.

"Señor. Li dijo que deberías descansar bien. Si no descansa bien durante el embarazo, le resultaría difícil dar a luz a un bebé ". Laurel había agregado esa última frase.

Sin embargo, eso hizo que Tang Mengying se llenara de alegría. "Está bien, ya veo. Pero tengo algo que debo atender. Puedes quedarte quieto y enseguida vuelvo.

"No, señorita Tang. No puedes salir ".

Al escuchar las palabras de Laurel, los dos guardaespaldas en las puertas parecían fríos cuando bloqueaban la puerta.

"¿Qué quieres decir? ¿No puedo salir?

"Señorita Tang, solo quédese en casa. Esa es la orden del señor Li.

Ella se erizó, "¿Quién te crees que eres? ¿Estás tratando de evitar que salga? ¿No soy tu amante? "Entonces,
inmediatamente marcó el número de Li Sicheng. Sin embargo, aunque las barras de señal estaban llenas, no pudo hacer la llamada saliente. Sorprendida, encendió sus datos, probó con 3G y 4G, pero no pudo enviar ni siquiera un mensaje de WeChat. De repente, se puso pálida y pensó en los murales y las altas paredes alrededor de la casa ...

Los guardaespaldas se acercaron rápidamente, oyendo el ruido. Las criadas parecían respetuosas pero sin miedo. Laurel la miró con una advertencia en sus ojos. El corazón de Tang Mengying dio un vuelco. Una idea loca llenó su cabeza: fue encarcelada.

Siete días pasaron pronto. Su Qianci no sabía cómo había pasado los días. De pie junto a una ventana francesa en el piso dieciséis, contempló los coches y peatones que iban y venían por la calle. A medida que el reloj avanzaba, sus piernas gradualmente se volvían adoloridas, pero ni siquiera podía pensar en sentarse. Su teléfono celular sonó, volviéndola a la realidad. Miró la pantalla del teléfono celular, y era de ... Qin Shuhua.