De Todo X Lectores.

Yuta Ashu x F.reader: Kenka banchou otome.

Inspirado en el cap 9 del anime.

Pd: Había olvidado que tenía esto entre mis borradores. Puede que sea algo tarde, porque ya estamos en verano, pero quería publicarlo de todas maneras.
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Cierta noche, te encontraste sola en tu habitación. Llorando entre tus almohadas a modo de no hacer mucho ruido, pues tu familia estaba durmiendo a esa hora. Sentías una enorme opresión en tu pecho y el creciendo dolor de tu garganta al tratar de no despertar a los demás. Era vergonzoso, desesperante, estabas llena de estrés y parecía que la situación solo iba para peor.

Hoy habías tenido otra presentación oral de una clase muy difícil. No por el contenido, sino la profesora a cargo de ella. Una mujer joven, aún en sus veintes que se había graduado hacía tan solo dos años en una universidad privada de tu país. Presumida, más con un tono suave al hablar con el que engañaba a los demás profesores respecto a su manera de enseñar. Según ella, sus alumnos eran vagos, irresponsables, pocas veces se esforzaban y practicaban correctamente las tareas que ella asignaba para el hogar. Las cuales diferían fuertemente con las actividades que daba en sus exámenes, lo que las volvía sumamente difíciles de aprobar. Lo peor de todo, era su manera de hablar, más bien las palabras y mensajes de doble sentido que daba al hacerlo. Mientras te decía tus errores, insultaba tu inteligencia, asumiendo que si no lograste contestar correctamente una pregunta era porque no habías estudiado lo suficiente, en lugar de pensar en que sus consignas pudieron no entenderse, o si hubo una razón por la que no llegaste a estudiar.

Para ella, no existía excusa para fracasar, no existía la vida por fuera de la escuela, no existían clases más importantes que la de ella.

Por tu parte, eras una estudiante calmada, poco participativa oralmente pero siempre trabajabas dando tu mayor esfuerzo. El problema para esta profesora, era justamente que no hablaras. Para ella, una mujer extrovertida y con el ego tan grande, no merecías una nota más alta que un 7 en tus trabajos, aun si estos estabas completamente bien en contenido, ella buscaría un error de tipeo, de información, incluso algo tan trivial como usar power point en lugar de presi para una presentación como excusa de que no seguiste las instrucciones de trabajo.

No solías desear el mal a nadie, incluso velabas por el respeto y la unión entre las personas, por más que en el fondo comprendías el odio y los desacuerdos. Nadie es perfecto, lo aceptabas. Pero si algo no tolerabas era que te faltaran el respeto a ti o a tus amigos. Y esta profesora lo hacía con todo el curso. Llegó el punto en que no podías verla, oírla, ni pensar en ella o sus proyectos sin querer golpearla, insultarla, lo que hiciera falta para borrar esa estúpida sonrisa de superioridad de su cara y destruir su ego de una buena vez.

Más de una vez deseaste que muriera, imaginando las posibles muertes que pudiera tener. Accidente automovilístico, una hemorragia por un corte accidental, una caída por las escaleras, quedar atrapada en su casa mientras lidiava con una fuga de gas de la cocina, electrocutada, y tantas más. Ese era el nivel de odio que sentías por aquella despreciable mujer. Una mujer capaz de hacer que todo un curso la detestara en su primera clase, y que había logrado hacer llorar a más de uno con el tono condescendiente con él se expresaba en sus frases pasivo-agresivas. Una hipócrita, presumida que alardeaba de su saber minimizando los logros ajenos, buscando la manera de encontrar un error, por más mínimo que fuera, en cada trabajo que los alumnos presentaban. Manteniendo el promedio más alto de su clase en 7, al que pocos accedían, no sin haber pasado por días de estrés con cada proyecto asignado.

Como deseabas poder hacer algo, poner una trampa que pudiera asustarla o lograr que la despidieran era suficiente. No recurrirías a la violencia, sería muy obvio y eras pacifista. Pensaste en la posibilidad de contratar unos matones, hasta endeudarte con la yakuza, pero no contabas con el dinero y temías que fueran por ti más tarde. Dejando pocas opciones disponibles.