De Todo X Lectores.

Halloween Special N°5

Lucius Wagner x Angel!reader: Tributo.
(Basado en los eventos del tercer juego)

No había nada más que pudiera ver, solo eterna oscuridad en ese frío e inhóspito lugar.

Ese olor, inconfundible, a hierro y carne en descomposición lo conocía muy bien.

Un cuerpo, dos cuerpos, comenzó a contar. Haciendo una lista de las pobres almas sacrificadas para un fin tan banal.

¿En serio él era capaz de hacer todo esto solo para traicionar a su padre al final? ¿Qué sentido tuvo haber acabado con todos estos cerdos desdichados si no sirvieron de nada para tu objetivo real? Pudiendo haber buscado otras alternativas de llegar a los ojos y oídos de tu padre.

Y sobre todo al mío...imperdonable, indiscutible, inexorable....

Lucius Wagner pagará por lo que hizo, aún si debo rebajarme a su nivel para lograrlo. Esta ira, este rencor, estos deseos de venganza ante tal traición.

Me aseguraré de borrarte de la faz de la tierra, el infierno y el cielo si es necesario.

Esa es mi promesa....

Esos eran solo algunos de los pensamientos que el joven ángel sucesor e hija del ex-arcángel Gabriel repetía una y otra vez en su mente en su camino a irrumpir en el infierno para vengar a su padre, junto a las atrocidades que Lucius causó para llegar al trono en el mismo.

Grande fue su desdicha cuando nadie más se dignó a ayudarla por ir en contra de los 10 mandamientos al plantearse esa idea. Siendo desterrada a la Tierra mundana sin una de sus alas como castigo. Ni siquiera Juana D'Arco pudo unirse a su lucha por su acceso prohibido al infierno.

Estaría bien, se planteaba ella. Dicen que lo último que uno debe dejar ir es la esperanza como la pequeña Pandora logró conservar tras haber sido engañada por Zeus. Mientras mantuviera la fe y esperanza lograría conservar su determinación a acabar con Lucius de una buena vez, ¿No?
.
.
.
Ahhh- gritaba sin parar la pequeña guerrera cayendo por un barranco del cual fue arrojada tras haber sido herida de gravedad en su única ala, aterrizando bruscamente contra unas rocas que sentía cómo perforaban sus huesos uno por uno a la par de desangrarse. Cayendo así inconsciente entre esa dura y helada cama de rocas.

Por su parte, en otra parte del infierno, el nuevo monarca se encontraba semi dormido. Nada interesante ni nuevo hacía tiempo ocurría, lo que volvía sus tardes tediosas y se aburría.

Ahhh...- suspiró Lucius junto a un largo bostezo antes de ir a prepararse un té. Hacía ya algunos años que se había vuelto rey, pero nada más detestable había resultado ser a que se hubiese convertido en Frei.

Al menos podía gozar de paz y tranquilidad en lo que nuevos esclavos eran enviados a él. ¿Quién hubiera pensado que aún con tanto pecador tan pocas almas caerían en el infierno? Dios sin duda era muy compasivo. Eso o casi todas las almas se quedaban atrapadas en el limbo hasta encontrar el camino de la redención por si solas.

Daba igual para él, le facilitaba el trabajo de vez en cuando.

Lucius se dirigía nuevamente a su oficina a disfrutar de su té cuando uno de sus esbirros lo llamó alertado, irrumpiendo su momento feliz.

¡Señor! ¡Señor! Debe ver esto, ¡Es una emergencia clase Q!- alertó nervioso el código que indicaba la llegada de un OSNI (Objeto o Sujeto No Identificado)- lo llevaremos en el carruaje.

Una vez llegados al lugar, Lucius no supo distinguir la amenaza de la que le comentaban debido a que nadie sabía cómo explicar la situación. Deduciendo el escenario tras ser informado que un cuerpo con vida fue hallado, de una joven de su edad y con una ala destruida. Pensando que tal vez se trataría de una arpía herida en batalla Lucius simplemente ordenó que fuese atendida por el momento y posteriormente interrogada sobre sus intenciones en su lado del infierno.