56. Hypocrites.

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A la mañana siguiente, los adultos nos llaman bien temprano para desmontar todas las tiendas. En silencio, obedecemos y cada par se encarga de desmontar lo que montamos la tarde anterior. Una vez hemos recogido y limpiado cualquier residuo que hayamos podido generar, bajamos de la montaña para volver a la ciudad con el mismo silencio sepulcral.

Nadie se atreve a decir nada y es que, en el fondo, sabemos que la hemos cagado. Al fin y al cabo, fue una locura montar una fiesta tan grande y esperar que ningún adulto se diera cuenta de nada. Hasta tío Jayden nos mira decepcionado, aunque no sepa la verdadera razón por las que nos reunimos allí.

O quizás la conoce, al igual que el resto de nuestros padres y no nos dice nada al respecto como ellos. En cualquier caso, prefiero no pensar que él pueda actuar de la misma forma que los Ancianos, Brandon y Harper. Prefiero pensar que él todavía no sabe nada debido a que estaba en la reunión.

Al llegar al instituto, tío Thomas se sorprende de vernos allí y su expresión cambia radicalmente cuando uno de los padres le comenta lo ocurrido. Sus ojos viajan directamente hacia su hija y hacia mí, pero, para mi sorpresa, ésta lo mira fijamente con los brazos cruzados y elevando una ceja. Sin duda, lo está desafiando. Y creo que es la primera vez que veo esta actitud en ella.

– Todos al gimnasio. Ahora.

La voz de Thomas es firme y directa. Así pues, todos nos encaminamos al gimnasio. Una vez allí, nos indica que nos sentemos en las gradas al mismo tiempo que va a buscar un micrófono.

– Estoy decepcionado. Tanto yo, como vuestros profesores, incluso vuestros padres... Os dimos la confianza de que podíais ir de acampada un fin de semana de forma responsable para celebrar juntos vuestro último año de instituto. Pero, en su lugar, me entero de que montáis una fiesta nocturna con alcohol. ¡Alcohol! ¿Sabéis qué hace el alcohol a vuestro cuerpo!? ¿A vuestra edad?

– ¿Y a la suya? —La voz de Katia resuena entre tanto silencio, dejando a todo el mundo boquiabierto— Porque, no sé, señor Reed, pero yo le he visto beber alcohol. ¿No es usted demasiado mayor para eso? ¿No sabe que el exceso de alcohol a su edad también es malo?

La frialdad con la que habla puede palparse en todo el gimnasio. Incluso los padres que acompañan a tío Thomas parecen en shock al ver como su propia hija le está hablando.

– Aunque bueno, esa es la hipocresía de los adultos, imagino. Nos prohíben hacer cosas que ellos hacían a nuestra edad, nos ocultan información con el fin "de protegernos" cuando nosotros somos los que pedimos esa información... ¿Que no entienden que no pueden protegernos? Que, al igual que ellos, ¿nosotros también tenemos derecho de conocer algunas cosas, de cometer algunos errores? Aunque, en esencia, sean los mismos que los que ustedes cometieron... Sé que no somos los primeros en montar una fiesta nocturna en una excursión escolar. Incluso puedo aventurarme a decir que ustedes, padres, también lo hicieron en su momento. Y no traten de negarlo, nadie de aquí les creerán. Ahora, dejen de ser unos hipócritas.

Todo el gimnasio está en completo silencio, expectante de que ocurra algo. Thomas no esconde su dolor y sorpresa al ver a su hija hablarle así, pero al mismo tiempo puedo ver que le da cierta razón. Al fin y al cabo, lo que ha dicho no es mentira. Nosotros tenemos derecho a cometer nuestros errores y, por mucho que quieran protegernos, si no los cometemos, nunca sabremos que lo son. Ahora bien, quizás, las formas no hayan sido las más correctas.

– Katia...

– No, papá. Si vas a castigarme, hazlo. Pero no trates de quedar como el "bueno" en esto cuando sabes perfectamente que no lo eres.

Dicho eso, la rubia se levanta del asiento y, aunque los padres intentan hacer que vuelva, sale del gimnasio ante la expectancia de toda la sala. Cassandra y Cameron me miran boquiabiertos, por lo que, inconscientemente me levanto yo también.

Come Back To Me (DLMG #4)Where stories live. Discover now