4. The real first day.

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~Dylan~

Llego a casa y me dejo caer contra la cama, completamente agotado. Mi teléfono móvil vibra poco después, por lo que alargo el brazo con el objetivo de alcanzar el aparato y ver qué notificación acaba de llegarme. Como no lo consigo, hago uso de mis poderes para acercarme a la mesita de noche y volverme a tumbar en la cama antes de que la aguja de los segundos del reloj que cuelga en mi pared se mueva.

– Dylan Brandon Anderson. —La voz de mi madre me sorprende, haciéndome levantar la cabeza— ¿Qué te hemos dicho de usar tus poderes?

– Lo siento, mamá. No volverá a pasar. —Aunque asiente, sé que no me cree porque siempre le digo lo mismo y siempre termino volviéndolos a usar— ¿Necesitas algo?

– Vengo a que me digas qué tal te ha ido en el primer día. —Responde, sentándose sobre mi cama, a mi lado— ¿O ya no puedo preguntar?

– Claro. Pero sabes que, técnicamente, el primer día de clases es mañana. Porque hoy solo hemos hecho el día de los clubs y el discurso de Thomas. He conocido a un chico muy interesante, ¿sabes? Se llama Nate. Ha venido a apuntarse al equipo y, aunque casi le arranca la cabeza a Cassandra, me he dado cuenta de que es muy bueno jugando.

– ¿Cómo? ¿Qué ha pasado?

– Al estar muy nervioso, lanzó la pelota con mucha fuerza y mucho desvío. Entonces, pivotó para recuperarla de una forma muy ágil, pero no alcanzó a pillar la pelota y voló hacia Cassandra, quien estaba de espaldas. Después del discurso lo vi jugando solo y es realmente bueno.

– ¿Cassandra está bien? —Pregunta mi madre, con tono preocupado.

– Y tanto. No solo pudo esquivar la pelota, sino que además la tomó entre sus manos de espaldas y terminó humillando a Nate, encestando desde muy lejos. Esa chica es de otro mundo, te lo digo yo.

– ¿Y qué tal está Katia? —La mirada de mi madre se intensifica y yo agacho la cabeza, sonrojándome.

– ¿Kate te ha dicho algo? —Pregunto, inculpándome por completo.

– No, no me ha dicho nada. Pero a una madre no le hace falta preguntas para darse cuenta de estas cosas...

– N-no sé de qué hablas, mamá...

Pero lo sé perfectamente. Porque lo sé desde hace años. Desde aquel día en el que celebramos el cumpleaños de Harper reuniendo a toda la familia y Katia y yo huimos bajo la lluvia que se levantó aquella noche.

– Está bien, no voy a obligarte a contarme nada. Sé que quieres tu privacidad, pero quiero que sepas que si necesitas consejo o, simplemente, quieres hablarlo con alguien, tu papá y yo estamos aquí.

– G-gracias, lo sé.

Mi madre me regala una sonrisa antes de salir de la habitación y yo miro la notificación de una vez por todas, viendo que se trata de una publicación de Katia en su blog. «Miradas indiscretas que brillan con una nostalgia pasada y un entusiasmo futuro.».

La frase se repite en mi mente sin parar, como un disco rallado que siempre hace sonar el mismo acorde. Porque algo dentro de mí implora que lo diga por mí. Porque, esto podría significar que Katia busca tener un futuro conmigo... Aunque solo sea una muy íntima amistad.

Sin pensarlo dos veces, comienzo a escribir un comentario. Antes de enviarlo, pero, mi madre me llama para cenar, por lo que vuelvo a dejar el móvil cargando y bajo al comedor para reunirme con mi familia. Cuando vuelvo a la habitación una vez me he lavado los dientes, caigo rendido sobre la cama, quedando bajo la merced de Morfeo, quien no tiene piedad conmigo, olvidándome por completo del comentario pendiente de enviar.

Come Back To Me (DLMG #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora