46. The three birthdays' titanic cake.

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~Cassandra~

Aunque parece imposible, el reloj marca las once de la noche. Sé que parece una tontería lo que estoy diciendo, pero llevo todo el día aguantando las miles de indecisiones de mis hermanas y los berrinches de mis hermanos. Telesforo se niega en cambiar su aspecto y Arato se niega a venir a la fiesta. Hígia y sus clones van por el conjunto número cinco millones trescientos cuarenta y cinco mil ciento noventa y siguen sin gustarles lo que llevan puesto. Aceso, Macaón y Podalirio simplemente nos ignoran, porque, yo, estoy echando voces sin parar, llegando al punto de decir que tenía pensado tirarme del Olimpo de nuevo para esta vez ahogarme en el Estigia.

Ah, y me ha costado más del número de conjuntos que llevan mis hermanas convencer a mi padre para que no venga a la fiesta. Se quejará de todas las fiestas de tío Dioniso a las que he asistido, pero el muy listo está interesado en ver "cómo celebran los jóvenes humanos un cumpleaños" y era el primero preparado para ir.

– ¿Y tú no lo celebras, cariño? —Me pregunta mi madre, llamando mi atención.

– ¿El qué? —Pregunto yo, mordiendo un pedazo del sandwich que me he hecho mientras espero a que cada uno termine su función teatral.

– ¿Qué va a ser? Tu cumpleaños...

– Es una asocial y no tiene amigos, mamá. No la atormentes a la pobre por no celebrar su cumpleaños. —Comenta Higía, probándose otro conjunto que tampoco le gusta.

– Que te folle un onocentauro y tengas descendencia mitad humano, mitad burro con tu inteligencia de burra, imbécil.

– ¡Mamá! —Grita la más mayor, comportándose, sin duda, con tal.

– ¡Cassandra, no le digas eso a tu hermana! ¡Y tú Higía, no te metas con ella tampoco!

– ¡Oh, pero si la hermana perfecta se ha llevado la bronca! ¡Alabados sean los dioses!

Higía me levanta el dedo corazón, sabiendo que mi madre no puede verla desde donde está. Yo, en cambio, no me escondo. Mi madre me reprocha tal burdedad, pero yo me quedo a gusto al mandar a mi hermana a la mierda.

– Hace tantos años ya, que ni recuerdo cuándo nací ni me importa celebrarlo. ¿Qué diría? «¡Felices 3612, digo 18 años!»

– Yo no olvidaré el día que naciste. —Dice mi padre, acariciándome el pelo y besándome la frente— Fue el once de noviembre más estresante de mi vida. Tu madre casi me parte el brazo y tus hermanas casi me dejan calvo. Ahí donde las ves, siempre metiéndose contigo, en el momento de tu nacimiento casi te sacan ellas para conocerte. Estaban extasiadas de tener otra hermana.

– Wow, no quería esa imagen mental en la cabeza, gracias...

– Ay, niña... Has salido a tus tíos. Repelente.

– Cavernícola. —Le respondo, sacándole la lengua.

– Y a mucha honra, ¿qué pasa? Unga-unga.

Ambos comenzamos a reír, escuchando un carraspeo procedente del salón. Todos están listos para salir. Con la tontería, es casi medianoche, así que imagino que imagino que Cameron me echara la bronca al verme por no haber seguido sus instrucciones al pie de la letra. Pero, seamos sinceros, ¿desde cuándo me importa que lo que Cameron me diga por no hacerle caso? Exactamente.

Telesforo se ve completamente diferente. Aunque no oculta su incomodidad por tener que aparentar ser un adolescente —demasiado atractivo para mi gusto, pues va a llamar demasiado la atención—, se le ve tan cambiado que hasta el mismo se sorprende.

Come Back To Me (DLMG #4)Where stories live. Discover now