13. Motherly love.

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~Katia~

Al día siguiente, no puedo creer lo que estoy viendo. Me encuentro en el primer entreno de las animadoras y acabo de recibir el uniforme que llevaré durante el curso. Parece hecho a medida, porque se ciñe a mis curvas a la perfección, lo cual me hace sospechar que Cassandra siempre ha querido meterme. Aunque no estoy de todo segura.

Ahora mismo, mi tía Harper y mi tía Mary se encuentran frente a mí, rodeada por todo el equipo, a excepción de Cassandra y yo, que están gritando entusiasmadas por la visita, pidiéndoles autógrafos y lanzando preguntas a diestro y siniestro.

– Chicas, chicas, dadles algo de aire... —Pide la entrenadora, con voz calmada— Después del entrenamiento podéis preguntarles lo que queráis, pero ahora volved al entrenamiento. —Nadie se mueve y la expresión de la entrenadora cambia radicalmente— ¡Al entrenamiento! ¡Ahora!

Las chicas sueltan un pequeño grito y corren a la pista para comenzar a calentar. Aunque algunos chicos no sueltan ese grito de miedo, en sus ojos puede verse la misma expresión. Harper y Mary comienzan a reír a carcajadas.

– No has cambiado nada... Dieciséis años han pasado ya y sigues dando el mismo miedo de siempre.

– ¿Qué puedo decir? A veces es lo único que funciona con los adolescentes. Con vosotras funcionaba a la perfección, ¿no?

Cuando los ojos de mis tías se encuentran con los míos, ambas comienzan a gritar emocionadas y corren para estrecharme entre sus brazos, sonrojándome de arriba abajo. Mis compañeras me observan desde la lejanía, celosas y enfadadas por no haber recibido la misma bronca por parte de la entrenadora.

– Tía Mary, tía Harper... Basta. Me estáis abochornando...

– Mi padrino va a enfadarse mucho... —Dice Harper, entre carcajadas— Con este uniforme vas a atraer muchísimas miradas, Katia. Qué quebradero de cabeza será para Thomas.

– ¡Calla! ¿¡Tan corto es!?

– Nada que ver... —Comenta Mary— Pero estás tan divina con ella que todos los chicos y todas las chicas te van a mirar con ojos lujuriosos. Incluido mi hijo, claro.

En cuanto me sonrojo y escondo mi cara y mi mirada de mis tías, estas se miran cómplices, como habiendo dado en el clavo. Yo intento cambiar de tema, pero no parece que las mujeres vayan a dejarlo tan fácilmente. Aprovechando la llamada de Cassandra, camino hacia la pista, dejando la conversación por zanjada —aunque la haya dejado a medias—.

– La entrenadora, con ayuda de Mary Anderson y Harper Lee, ha desarrollado una rutina para el partido inaugural de la liga, que este año tenemos el honor de ser nosotros quienes lo jugamos el próximos sábado. Aquí tenéis los pasos que cada uno ha de realizar. Antes, pero, voy a designaros las posiciones en las que hemos visto que destacáis. Kai, Bobby, sois nuestras Bases, Julietta, Lauren y Patrice serán las Spotters, Katia y yo seremos Flyers, aunque yo funcionaré de Poste en algunas ocasiones. Nate, Erik y Charlotte, seréis Centrales.

– ¡Sí, capitana! —Exclamamos todos al unísono, haciendo que Cassandra encienda el reproductor de música.

Aunque nos habíamos memorizado rápidamente los nombres de las listas que Cassandra nos ha entregado, lo cierto es que hoy no nos parecemos en nada con quienes fuimos ayer: Las Bases están perezosas y nos levantan sin ganas, los Centrales están torpes en las acrobacias y las Spotters parecen no ponerse de acuerdo en quién ayuda a quién. Por mi lado, las palabras sobre mi falda todavía resuenan en mi mente, por lo que me niego a volar de forma que se me vea la ropa interior, completamente sonrojada.

– ¡Basta! —Exclama Cassandra, deteniendo en seco el entrenamiento mientras su base la sujeta para que no caiga al suelo— ¡Estamos bailando horrible! ¿¡Qué está pasando!? ¡Ayer no erais tan...!

Cassandra fija su mirada sobre mis ojos y se calla de repente, recordando imagino las palabras que le regalé ayer. Palabras de las que creo que me pidió perdón, pues poco después su voz resonó junto a mi oído, aunque no pude ver sabe quién soy o simplemente me confesó algo sin saberlo.

– Ayer lo hacíamos mucho mejor que hoy. —Rectifica, algo más tranquila— ¿Podemos hablarlo? Decidme que pasa y yo, como capitana, intentaré ayudaros en lo que pueda.

– Creo que sabes lo que pasa, Cassandra. —Dice Harper, sorprendiendo a todo el equipo. No suena como un reproche, porque su tono es tan cálido como siempre, sino más bien como un recordatorio de las increíbles dotes de liderazgo y observación de la muchacha— Ya te has fijado en sus errores... Y sé que has dado con las razones.

– Así es, cielo... —Continúa Mary, con su notorio amor maternal rebosando por su voz, que hasta Cassandra se sonroja, abrumada— Eres muy buena capitana, de las mejores. Y estamos orgullosas del equipo que has montado desde que lo eres... ¿Qué le ocurre a este? ¿Qué va mal?

– La falta de confianza y de reto. —Sentencia la griega, observándonos uno a uno— Los de primero no conocen a sus compañeros, los que ya estaban en el equipo no confían en los nuevos y éstos tienen falta de confianza en sí mismos. El haber conseguido el puesto los ha relajado, así que no se están esforzando "porque ya están dentro".

– ¿Y qué es lo que tienes que hacer?

La mirada de Cassandra tensa el ambiente en cuestión de segundos. Por un momento creo que va a comenzar a pegar gritos y a ponernos en vereda a cada uno de nosotros, amenazándonos con echarnos si no rendimos decentemente. Pero, como si la calidez que emiten mis tías se hubiera propagado hacia la capitana, las palabras que salen por la boca de Cassandra son completamente distintas.

– Vamos a jugar a un juego de confianza. Y no quiero que os conforméis con simplemente estar aquí. Si queréis ganar el torneo de animadoras, si queréis ser las mejores, deberéis dar el cien por cien siempre. Y Katia... Si te avergüenza ir con una falda tan corta, puedes ponerte medias debajo del color de la piel para disimular la ropa interior en los vuelos, pero para que no decante demasiado el que las llevas.

– D-da igual... —Digo, boquiabierta del cambio de actitud de la chica frente a mí— Ya me acostumbraré a llevar el uniforme...

– Está bien. El juego es simple. Decís vuestro nombre, algo que os gusta y algo que os da miedo o algo personal sobre vosotros. —Las miradas de mis compañeras hablan por sí solas. No entienden el objetivo de ese "juego" y qué tiene que ver con el tenernos confianza— ¿Lo habéis entendido?

– S-sí... —Decimos al unísono, sin que nadie se atreva a decir nada.

– Muy bien, comienzo yo. Soy Cassandra, como sabéis, me encantan las películas de terror y le tengo miedo al agua porque cuando era un bebé me caí en un río y casi me ahogo.

– ¿De verdad? —Preguntas algunas de las chicas, con un tono de preocupación sincera.

– Sí, me salvó mi tío-bisabuelo. Ahora... ¿Katia? ¿Por qué no sigues tú? —En la mirada de Cassandra puedo ver que me pide que le siga el juego. Como si necesitara una ayuda para que los demás participen.

– Soy Katia, la hija del director... —Mis compañeras comienzan a reír y la capitana me sonríe. O eso creo— Me gusta tanto escribir que soy la creadora del blog Diario de una estudiante taciturna. ¿Mi miedo? —Mis ojos viajan hacia Harper y Mary, quienes me observan con atención y cariño— Perder a la persona que más me importa y tener que vivir mi vida sin ella. Sé que sería capaz de hacerlo aunque fuera un esfuerzo constante, pero sin duda mi miedo sería quedarme sola por haber perdido a Dy-... A esa persona.

En los ojos de mis tías puedo ver un recuerdo nostálgico. Como un breve atisbo de una vida pasada donde Brandon corría de un lado a otro de la pista, encestando a canasta y dedicándoselas a Harper, quién lo miraba desde las gradas. Puedo ver como los ojos de la pelirroja viajan a la pared donde está colgada la camiseta de tío Brandon y lee lentamente la placa en su honor que hay debajo. Por su lado, tía Mary se seca una pequeña lágrima y corre para estrecharme entre sus brazos. Harper viene detrás. Y, ante el impacto y shock de tal escena, mis compañeras van jugando al juego de Cassandra, mientras yo me dejo envolver por su amor maternal.

Come Back To Me (DLMG #4)Where stories live. Discover now