28. Heavens fall.

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La misión es clara: Mientras que tres equipos montan distracciones en tres puntos estratégicos, alter-Katia, alter-Dylan, Katia y yo acabaremos con los guardias que protegen una de las entradas laterales, tratando de pasar lo más desapercibidos posible. Mientras tanto, Thomas nos irá guiando desde el centro de comando del escondite de la Resistencia —apodos suyos, no nuestros— para llegar a la sala central donde se encuentra el Orbe empíreo. Si todo va según lo previsto, Alter-Harper y Azazel saldrán al patio principal para acabar con todos aquellos que puedan. Pero todos parecen estar dispuestos a morir por nuestra misión.

– Vuelve a casa, ¿sí? —Le dice alter-Jules a alter-Mary, besándola en los labios.

– Tú también. —Responde la mujer, comandando su equipo hacia la salida.

– ¿Estáis listos? —Nos pregunta alter-Dylan, acercándose a nosotros.

– ¿Cómo podéis vivir así? —Pregunta Katia, haciendo que los tres la miremos fijamente— Quiero decir... Es el mundo en el que nacisteis, pero... Luchar en una guerra interminable, salir de este lugar al que llamáis hogar todos los días sin saber quiénes vais a volver...

– Uno se acostumbra a lo que tiene, ¿sabes? —Responde alter-Katia, realmente irritada— Nosotros no tenemos mucha elección. No tenemos opciones, no vivimos situaciones donde podemos decidir perder el tiempo con trivialidades. Salir ahí fuera, salvar a los pocos que quedan, conseguir suministros... Este es nuestro día a día. Vosotros dos tenéis la suerte de poder elegir. De poder salir con otras personas, de hacer otras cosas...

Alter-Katia sale corriendo por el pasillo que da a la salida, sin dejarnos tiempo a reaccionar. Katia le pide perdón a Alter-Dylan, quien le dice que no pasa nada.

– La verdad es que a Katia le ha afectado vuestra llegada más de lo que deja ver... Aunque no lo parezca, es tan sensible como tú, Katia. Y el saber que allí fuera hay otros mundos donde podría ser otra persona, donde podría haber elegido ser algo más que un soldado... Bueno, es un sueño que nunca podrá cumplir, ¿sabes?

– Ya veo... Y mi pregunta puede haber sonado pretenciosa... Lo siento de veras. Es solo que... Se me rompe el corazón viendoos así... Mira tus padres, despidiéndose el uno del otro como si fuera la última vez que se verán...

– Lo sé. Vosotros no os preocupáis por esas cosas y os despedís del otro sabiendo o creyendo que os vais a volver a ver al día siguiente... Y eso también está bien. Pero aquí, en nuestra realidad... No tenemos el placer de poder hacer eso porque una vez sales ahí fuera, no las tienes todas contigo de volver con vida.

Katia asiente lentamente, liderando el paso. Al fin de cuentas, debemos ir con alter-Katia, quien esperamos no haya sido tan irresponsable de salir al exterior completamente sola. Una vez obtenemos un bote con los polvos que hacen aparecer la puerta del búnker, los cuatro salimos afuera y comenzamos a recorrer las calles de la ciudad en dirección al palacio de Harper y Azazel que está aposentado en lo que alguna vez fue el hogar de los Avery.

– Muy bien... ¿Me escucháis? —Dice Thomas, a través de los auriculares que llevamos en la oreja— Recordad que tenéis que esperar diez segundos desde que escuchéis los disparos para atacar a los guardias. Hacedlo antes y llamaréis la atención. Hacedlo después... Y mucha gente morirá en vano.

– Roger, capitán. Nosotros nos encargamos. —Responde alter-Dylan— Y recordad: Si os alcanzan, lanzad el bote de polvos al suelo antes de morir. Es peligroso que los malos obtengan los polvos que revelan las entradas a nuestra base y se disuelven demasiado rápido fuera de los botes como para que obtengan algo.

Katia y yo asentimos, mirando a todos lados. La ciudad que hemos recorrido en mil ocasiones, ahora tiene un aspecto completamente diferente. Toda la ciudad está en ruinas, el cielo está encapotado con una gran nube negra que no deja la luz pasar y el ambiente postapocalíptico produce escalofríos que tensa hasta las articulaciones de nuestro cuerpo. Sin duda, cuando volvamos a casa, veremos todo con otros ojos.

Come Back To Me (DLMG #4)Where stories live. Discover now