1. Coming back to Applewood High School.

5 0 0
                                    

Busco a Katia entre la multitud, muy animado. Al parecer, el instituto ha hecho una especie de patrocinio con la piscina del complejo deportivo de aquí al lado y ha permitido que se abra un club de natación a pesar de que las actividades se realizarán fuera del instituto.

El gimnasio está abarrotado, así que salgo al exterior. A Katia le ponen un poco nerviosa las multitudes, pues a los cinco o seis años tuvimos un altercado con un espíritu en una plaza llena de gente. Desde entonces, la rubia intenta evitar los espacios repletos de personas, aunque no le afecta lo suficiente como para tratarse de un trastorno agorafóbico.

Tal y como sospecho, me la encuentro en un banco de los alrededores, charlando con Cameron sobre algo. Un incidente con Cassandra y el equipo de animadoras. Y, rápidamente comprendo lo que ha sucedido.

– ¿Puedo sentarme? —Pregunto, haciendo que ambos muchachos me miren fijamente. Katia asiente en silencio, dejándome espacio— Toma. Para que te quites de la cabeza lo que ha pasado con Cassandra.

– ¿Cómo sabes...?

– Llevas años queriendo ser animadora y sé el poco... Cariño que te tiene. —Le interrumpo con una sonrisa— Con esto no quiero decir que no luches por tus sueños, pero si no lo ves claro, quiero que sepas que puedes tener un plan B.

– ¿¡Mi padre ha abierto un club de natación!? —Exclama, al leer los folletos que llevaba en la mano— ¡No es posible!

– Al parecer han hecho un patrocinio con la piscina a la que sueles ir todas las mañanas... Estoy seguro de que Thomas, digo, el señor Reed llevaba tiempo queriendo darte ese club.

– Lo admito, estoy celoso. —Dice Cameron, fingiendo estar ofendido— No tengo todavía esa telepatía divina que tenéis entre vosotros... Pero, Katia, hoy, es mía. Así que solo estás aquí porque ella quiere, guapo. ¿Entendido?

– Alto y claro, Cam. —Le respondo, con una ancha sonrisa.

– ¡No me mires así, maldito seductor idiota! ¿Cómo puedes aguantar esas sonrisas, chica? ¡Tiene a todo el maldito instituto a sus pies por esos dientes... Perfectos!

– Oh, gracias, Cameron... Me halagas.

Cameron grita irritado y se levanta del banco para alejarse de mí mientras que yo río a carcajadas y Katia me mira con una ceja levantada. Al encogerme de hombros, la rubia se echa a reír.

– Sí... Yo lo veo... #Camlan, la nueva pareja 'it' del Applewood High School. A lo mejor hablo sobre ello en mi blog.

– Eso sí que sería de nivel divino, reina. —Comenta el rubio, sentándose al lado de su amiga— Hasta la gente de la Ciudad de Plata estaría celosa de nosotros. Pero no puede ser. No eres tú, Dylan. Sin duda... Porque, madre mía... Pero mi corazón ya es de otro.

– ¿Ah, sí?

– Oh, es verdad... Cameron acaba de conocer a un chico de primero que le ha pillado a la primera y le ha pedido ayuda "con sus nuevas asignaturas" para cuando comencemos el curso.

– Vaya, que rápido son algunos... Yo solo he conocido a un chico nervioso con potencial ser humillado por nuestra simpática capitana de las animadoras. —Ambos muchachos ríen a carcajadas— No he tenido el placer de conocer a nadie interesante por el momento. Aunque claro, nadie tan interesante como nuestra Divinal, ¿verdad, Cameron?

Katia calla de repente, sonrojándose. Cameron me mira fijamente, siguiendo mi broma, abochornando más y más a la rubia, quien al final se levanta y sale huyendo de nosotros, mientras que Cameron corre detrás suyo, dejándome solo una vez más. Nunca entenderé a este par, pero sin duda me ofrecen las mejores carcajadas cada vez que me uno a ellos.

Miro la hora de mi reloj y sé que es hora de pasar a la otra pista de baloncesto, donde Thomas dará el discurso de bienvenida. Al llegar, me encuentro a la gente ya reunida. Así pues, me siento con las animadoras y el equipo de baloncesto, esperando a que comience. Poco después, aparece Thomas, siendo vitoreado por los alumnos. Tras darnos las gracias y saludar, nos pide que guardemos silencio y, poco a poco, lo vamos haciendo.

– Buenos días y bienvenidos todos a un año más en el Applewood High School. Sois muchos los que comenzáis esta nueva travesía de instituto y muchos otros quienes la termináis. Sé que ahora mismo no podéis estar seguros de lo que os espera al otro lado a ambos grupos, pero os aseguro que si os esforzais y lo intentéis con todas vuestras fuerzas, podréis llegar a tocar el cielo con vuestras propias manos.

Siento que esas palabras van dirigidas a Katia y a mí, por lo que no podemos evitar intercambiar una mirada. En cuanto mis ojos se cruzan con los ojos azules de Katia, no puedo evitar sonrojarme, desviando mi mirada. Antes, pero, veo como ella hace lo mismo, plantando una semilla de dudas que rápidamente germina. «¿Sentirá ella lo mismo que siento yo?» me pregunto una y otra vez, mientras intento volver a prestar atención.

– No quiero hacer de este discurso algo largo y tedioso, pues sé que muchos no podéis esperar para salir corriendo de aquí... —Los alumnos comienzan a reír, forjando una gran sonrisa en el rostro de mi tío— Pero quiero que sepáis, sobre todo los que acabáis de llegar, que aquí forjaréis muchas experiencias nuevas, muchos aprendizajes y, sobre todo, amistades que pueden durar toda la vida. Y que, los profesores y yo mismo, también seremos vuestros amigos y os ayudaremos en todo lo que podamos. Porque sí, seremos la autoridad, pero no temáis preguntar, preocuparos, temer... Porque os trataremos de la mejor forma que sabemos. Dicho esto, os doy la bienvenida de vuelta al Applewood High School. Ya podéis marcharos.

Los alumnos comienzan a levantarse de las gradas, comenzando a marcharse a sus respectivos lugares. Mientras algunos vuelven al gimnasio para comenzar a desmontar, otros son vistos en la lejanía, saliendo del recinto escolar. Yo me levanto para acercarme a mi tío, quien conversa con algunos de los profesores. Al verme, se disculpa y camina a mi lado, reuniéndose con su hija y con Cameron.

– No puedo creer que esta sea la última vez que escuche uno de tus discursos de bienvenida, tío Thomas. —Le digo, haciéndolo sonreír— Ha sido maravilloso, como siempre. Aunque me hubiera gustado oírte cantar «¡Callaos!», como aquella vez con mis padres, tío Brandon, tía Harper, tío Kyle, tío Michael y tía Leire.

– Oh, calla. Nunca volveré a hacer algo como aquello. Qué vergüenza pasé, por dios...

– ¿Está bien que usen el nombre de tu padre en vano? —Pregunta Cameron, haciéndonos reír— ¿¡Qué!?

– Nada, Cam... —Dice Katia, abrazándose a su mejor amigo— No pasa nada. ¿Qué? ¿Vamos? Tengo que escribir sobre el primer día de clase.

– Venga, te invito a un batido en nuestra heladería preferida. Tú no estás invitado, Dylan. Katia necesita concentración y a su mejor mejor amigo.

– Aunque me encantaría competir por ese puesto, tengo que quedarme a desmontar el stand del equipo. ¡Hasta luego!

Camino hacia el gimnasio, percatándome de que hay todavía un alumno en la pista exterior de baloncesto. Al fijarme en él, me doy cuenta de que se trata de Nate. Verlo jugar completamente solo me saca una sonrisa. Es bueno, muy bueno, y seguramente pueda ser mejor jugando en equipo. Y estoy dispuesto a todo por hacérselo ver a mis compañeros. Finalmente, entro en el gimnasio, ayudando a desmontar todo lo que hemos montado el día de hoy.

Come Back To Me (DLMG #4)Where stories live. Discover now