33. We're all in this together.

4 0 0
                                    

Después de casi quedarme afónica gritando como idiota en los jardines del instituto, Cameron decidió —y yo no me negué— ir a celebrar mi nueva situación amorosa a una heladería vegana cercana.

Es ahora, cuando estoy pidiendo los sabores de mi tarrina, que me percato de la presencia de los jugadores de baloncesto detrás mío. Sorprendida, les pregunto si han venido aquí para celebrar la victoria o porque sí, pero su respuesta me deja más perpleja de lo que ya estoy.

– Lo cierto es que los chicos quieren decirte algo. —Dice Paul, cruzándose de brazos.

– Nos hemos dado cuenta de que tienes razón Katia... —Comienza a decir James, cabizbajo— Dylan estuvo ahí para nosotros cuando estábamos mal. Pero, al ver lo que hizo en las pruebas, echar a gente tan buena del equipo solamente por reírse un poco de Nate. Que estuvo mal, pero... Esa decisión nos costó jugadores muy buenos.

– Y luego está el hecho de que, para muchos, este es el último año. Y los ojeadores iban a venir a vernos jugar. Es una oportunidad increíble para jugar a nivel universitario y, quien sabe si profesional... Pero con los últimos partidos y los errores de Dylan, nuestra situación actual nos hace ser poco interesantes para los ojeadores.

– Es por eso que pensamos que estábamos mejor sin él. Pero nos hemos dado cuenta de que sin él, muchos de nosotros no estaríamos en el equipo hoy. Por eso...

– Por eso queremos disculparnos con él y pedirle que vuelva al equipo. Y, como estás... ¿Saliendo con él? Pues queríamos preguntarte si sabes dónde puede estar.

– ¿Cómo sabéis que...?

– Llevamos siguiéndote un buen rato, perdón. —Me interrumpe Nate, mirándome con ternura— Te hemos oído gritar con Cameron antes de venir para acá. Pero, ibais tan rápido, que no nos dio tiempo a deciros nada antes.

Aunque no crea que sea posible, estoy tan roja y ardiente que voy a explotar. No sé que me avergüenza más: que los chicos me hayan oído gritar como idiota o que se hayan enterado de que estaba gritando que Dylan y yo estamos saliendo. En cualquier caso, me pongo a pensar mientras intento esconder mis colores con cucharadas de mi helado que he recibido mientras los chicos hablaban.

– Cuando Dylan está triste o agobiado, suele ir a Beacon Park, para tumbarse en la hierba junto al gazebo. Allí fue donde me di cuenta de que nuestra relación había cambiado.

Y a pesar de que los jugadores de baloncesto hablan conmigo y entre ellos sobre qué hacer a continuación, mi mente viaja a ese día. Lo recuerdo con tanta nitidez que parece como si hubiese sido ayer. Cualquiera diría que han pasado ya cuatro años.

– ¡Katie! ¡Vamos a llegar tarde! —Grita mi padre, desde la planta de abajo.

– ¡Ya casi estoy! ¡Dame un segundo!

Una vez termino la trenza, salgo de mi habitación y salto todas las escaleras de un brinco, ganándome una pequeña recriminación por parte de mi padre. No quiere que use mis poderes y a mí me encanta usarlos para sacarle de quicio. Desde que nos contaron que yo era una Divinal y Dylan convive con Auseklis, los dos hemos sido mucho más traviesos de lo que deberíamos.

Cuando subo al coche, mi madre me elogia el peinado y mi padre le cuenta lo que acabo de hacer. Lo hace para que también me diga que no use mis poderes y así mostrar un frente unido, pero mi madre se limita a reír, haciendo que mi padre eche un puchero como el de un niño pequeño.

Conducimos hasta Bridgewater para reunirnos con tía Harper, tío Jayden, tía Mary, tío Jules y Dylan, para celebrar un aniversario más del fallecimiento de tío Brandon. Aunque ya han pasado doce años, los adultos continúan sufriendo su falta.

Come Back To Me (DLMG #4)Where stories live. Discover now