45. Not the first date, but watever.

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Los días han pasado y el cumpleaños de Katia llega al fin. Tras el reencuentro con mi padre, estuve horas hablando con él sobre los motivos por los que ha dejado Madrid y ha vuelto a casa. ¿En cuatro palabras? «Su familia lo necesita.».

Al enterarse del regreso de Brandon y lo que había sucedido en el partido, le pidió a Thomas que lo trajera a casa de inmediato. Alegó una emergencia familiar y dejó la oportunidad que le habían ofrecido en España para volver junto a su mujer y su hijo.

Y, hablando de Brandon, la Ciudad de Plata está dividida. Nadie entiende cómo es posible que nadie supiera sobre la existencia de ese Brandon en el Tártaro y, lo más sorprendente es que ni el Orbe Empíreo parece haber arrojado algo de luz al asunto. Lo último que se ve de él es como accede a las puertas para entrar en la ciudad completamente poseído por la Oscuridad de su interior tras haber destruido varias ciudades de su dimensión. Pero, en cuanto las puertas se abren, la figura de Brandon se desvanece y el orbe muestra horas y horas de un pasillo vacío.

Todavía no hemos votado. Gabriel ha conseguido aplazarlo hasta después del cumpleaños de Katia —no sé si era consciente de su cercanía— e imagino que anda convenciendo a quién puede para permitir que Brandon se quede en esta realidad aunque sea con otra apariencia.

En relación al cumpleaños de Katia y Cameron... Este año nos hemos pasado demasiado. Por un lado, Katia ha estado planeando el cumpleaños de Cameron. Por el otro, Cameron ha estado planeando el de Katia. Así que ahora nos encontramos con el doble de bebida, el doble de aperitivos y el doble de invitados. En definitiva, hemos invitado a casi todo el instituto con la tontería.

Aunque, lo peor sin duda, ha sido adaptar nuestra cita a los "requisitos" de Cameron. Para que lo entendáis, dejadme deciros que vino un día a mi casa y, de la nada, me entregó una carta que recitó de memoria con las actividades que podía y no podía realizar el día nueve de noviembre, que por caer en sábado, era el día que celebramos el cumpleaños de Katia aunque fuera el diez y el de Cameron aunque fuera el catorce.

Porque claro, con la macrofiesta que habíamos preparado, es imposible que el domingo nos levantemos de la cama, incluso siendo dioses. Por suerte —o desgracia para Cassandra— habíamos invitado a todos sus hermanos con la condición de que Arato y Telesforo vinieran con la apariencia de adolescentes como mínimo, pues sería muy raro ver a un niño que no aparenta ni tener diez años beber alcohol casi inyectándosela en vena. Cantidades habían de sobra para hacerlo, sin duda.

– Nuestros padres van a matarnos. —Le digo a mi novia, caminando hacia el lugar en el que tendremos nuestra cita— O vamos a intoxicar etilicamente a media ciudad, así que no sé que es peor...

– No te preocupes... Los Epoúlosi se beberán la mitad y nosotros reduciremos un cuarto de lo que sobre... —La rubia ríe, mirándome con un brillo especial en los ojos— ¿Sabes? Estoy deseando que sea ya de noche.

– ¿Tanto asco te da que tengamos nuestra primera cita?

– ¡Claro que no! —Grita de repente, sin darse cuenta de que se lo digo de broma— ¡Me encanta que me hayas invitado a salir y que seas un caballero dejándome decidir qué hacer! ¡Pero me refiero a que este será mi primer cumpleaños siendo tu novia!

– Y el mío siendo tu novio. —Le respondo, besándola en los labios— Bueno, ya sabes que Ceniciento nos quiere antes de las ocho en casa para cenar los tres juntos.

– Uy, qué no te oiga llamarlo así, haber si se va a enfadar. Ya sabes que Cameron es de los que pone motes... No de los que los recibe.

– Qué se aguante. Por darme una lista de actividades y posturas prohibidas para este día.

Come Back To Me (DLMG #4)Where stories live. Discover now