Capítulo 67.

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'Justin se giró y me miró de arriba abajo algo impaciente. Estaba esperando a que le diera la señal de que podía atacarle, pero de lo nervioso que estaba, no era capaz de quitarle las cuerdas de los brazos a mi chica. No sabía porque lo estaba si ya había desatado a gente con mucha más rapidez en otras ocasiones. Quizás tenía miedo de que le pasara algo más. Una vez que la desaté, ella se agarró fuertemente a mi brazo. Tiré de ella hasta una cama donde estaba Cristina drogada. ¿Habían drogado a mi hija para que se quedara dormida? Definitivamente no tienen corazón. La agarré en mis brazos y la estreché. Aún respiraba lentamente, eso significaba que no estaba mal. Cuando saliera de esta la metería en urgencias para que le lavaran el estómago. Una niña de 4 años no puede tener mierda en el maldito cuerpo ya que le puede afectar a su formación. Y juro que como le afectara a su formación, maldeciría a Rodríguez para que se quemara aun más en el infierno.

Me giré hacia Justin y le grité la palabra clave. Justin rió y sacó su pistola de la cinturilla de sus jeans. Rápidamente bajé las escaleras y le entregué a Chaz a Bea y a Cristina para que se la llevaran al coche y la protegiera. Enseguida volví a subir y me quedé a dos pasos detrás de la puerta donde Justin se encontraba peleando con Rodríguez por si necesitaba mi ayuda. Pero algo me despistó. Un tío me agarró del brazo y me tiró hacia atrás metiéndome en la habitación donde antes había estado desatando a las chicas. Cerró la puerta y me empujó hacia el suelo. ¿Me estaba distrayendo para que no ayudara a Justin? Pues si, lo estaba haciendo. ¿Qué pasó entonces? Empecé a luchar con él. Puñetazos, patadas, mordiscos, algún que otro disparo... Hasta que conseguí matarlo. Escuché un disparo en la otra habitación, así que abrí la puerta deseando encontrarme a Justin de pie sobre el cuerpo de Rodríguez, pero, ¡maldita sea! Fue al revés. Rodríguez había disparado a mi mejor amigo y éste se encontraba inerte en el suelo. Escuché la carcajada de Rodríguez y lleno de rabia y rencor hacia su persona saqué mi pistola de mi cinturilla y disparé. No sé si le di en el corazón, en la cabeza o en la pierna, solo sé que su cuerpo también se desplomó.

Lo primero que hice fue localizar donde había llegado la bala. Justo encima del pecho, pero no era muy profunda. ¿Cómo mierda no había sido profunda? Lo importante es que el corazón de Justin aún latía, lentamente, pero lo hacía. Grité por los chicos y ellos enseguida subieron. Llamaron a una ambulancia y me ayudaron a cargar el cuerpo de mi mejor amigo. Estaba rezando porque no muriera, estaba susurrándole a mi mejor amigo que aún no era el maldito momento de que se fuera y me dejara. Este momento fue demasiado duro para mi. Al fin y al cabo, la persona más fuerte de todas acaba cayendo. Pero no quería que cayera del todo. Él iba a recuperarse, yo lo sabía. Claro, se recuperaría si llegaba la ambulancia a tiempo.

Cuando llegamos abajo lo recostamos en el marco de la puerta de la entrada y le mandé a Chris a que le tapara la herida para que la hemorragia parara. Llamé a Cameron para avisarle de que Justin iba camino al hospital, que se fuera preparando. Me preguntó si debía contarte algo y le dije que iba a llamarte en cuanto le colgara. Así que eso hice, te llamé, hablamos y colgué. Los chicos me dejaron en el almacén mientras que ellos fueron con Bea y mi hija. Bea estaba deseando llegar, aparte de lo de Justin para ingresar a la niña'.

Una vez que Ryan terminó de explicarme las cosas, me dejó salir del coche. Había estado dando vueltas y vueltas al rededor del hospital para explicármelo todo. Estaba que no cabía en mi. Sequé mis lágrimas de mis ojos y salí corriendo hasta recepción. Justin me había jurado que iba a volver sano y salvo a casa y ahora me encontraba a las 5 de la mañana en un hospital de mierda.


-¿¡SABES DÓNDE ESTÁ JUSTIN BIEBER!? -Le grité histérica.


La chica que estaba en recepción me miró como si estuviera loca. Cameron se posicionó a mi lado y suspiró. Agarró mi mano y le dio un leve apretón.


-Perdónale, acaba de enterarse de que su novio ha ingresado hace unas horas.- Comentó Cameron intentando aparentar tranquilidad. ¿O es que estaba tranquilo?

-No se preocupe, joven. -Le sonrió tiernamente.- Hemos visto estas situaciones muchas veces.

-¿Puede decirme dónde mierda está o como está? -Grité golpeando el mostrador.

-¡_______! -Me llamó la atención Cameron.

-¡Cállate! -Le grité y me encaré con la chica.- ¡Por favor! -Sollocé.

-Está en la habitación 230. No sabemos nada de él salvo que tenía una bala incrustada encima del pecho. No muy profunda como para dañarle todo el corazón. Ahora mismo está en quirófano así que no puedo decirle en que estado está ahora.

-¿Va a recuperarse? -Gemí mordiendo mi labio.

-No lo sabemos. -Puso una mueca.- Lo único que sé es que su corazón estaba muy débil cuando llegó. Apenas le bombardeaba lo suficiente como para que llegara el suficiente oxígeno a él.


Solté un sollozo y no pude aguantar más. Me derrumbé. Empecé a llorar como una loca. No podía morir, no podía irse sin mi. No podía perderle. ¿Qué sería de mi sin él?

Me solté de la mano de Cameron y corrí hasta la habitación donde estaba. Bueno, donde estuvo. Supongo que allí estarían los chicos y Bea. Ahora mismo necesitaba a mi mejor amiga más que nunca. Menos mal que ella estaba bien.

No sé como llegué hasta allí pero en cuanto Bea me vio al principio del pasillo, se levantó de golpe. Salí corriendo a sus brazos y la abracé los más fuerte que pude. Lloré en su hombro por más de 10 minutos. Me separé y sus dedos se pasaron por la curva de debajo de mis ojos limpiando así mis lágrimas.


-Tranquila cielo, se va a poner bien. -Susurró.

-¿Y si no? -Jadeé por culpa de tanto llorar.

-Lo hará, es Justin Bieber, él es fuerte. -Acarició mi mejilla y me envolvió en un cálido abrazo.


Me separé acordándome de Cristina. Ryan me había dicho que estaba drogada y que quería hacerle el lavado de estómago.


-¿Cómo está mi pequeña? -Pregunté nerviosa.


Ahora fue ella la que lloró en mis brazos. Acaricié su espalda esperando a que se calmara. Por encima del hombro de mi mejor amiga me encontré con los ojos preocupados de Chris y Chaz. Les sonreí débilmente y me separé de Bea. La agarré de los hombros y le miré a los ojos.


-Tranquila, se va a poner bien. Ryan me ha contado todo. No sé como no pueden tener corazón. Espero que le hayan dado su merecido. -Suspiré.

-Es que no me puedo creer que mi niña haya pasado por eso. -Balbuceó.

-Sabías que el tener con Ry un bebé iba a ser difícil. Que iba a implicar cosas así. No te preocupes. Ella también es fuerte, va a salir de ésta. Además solo es un simple lavado de estómago. -Me encogí de hombros.- ¿Qué puede salir mal?

-Puede afectar a sus órganos, a su crecimiento, a todo. -Gruñó ella.

-Pero ella va a ser preciosa sea como sea. -Susurré acariciando su mejilla.


Nos sentamos. Al poco rato llegó Ryan con el pelo despeinado y las mejillas sonrosadas. Supongo que estuvo corriendo y por eso las tenía así. Se sentó al lado de su chica y le dio un pico. Después pasó uno de sus brazos por sus hombros y la acurrucó en su cuerpo. Suspiré mirándolos con envidia. Me apoyé en el pecho de Cameron y suspiré largamente. Quería salir de este infierno.


~El misterio~ {Justin Bieber & tú}Where stories live. Discover now