Capítulo 12.

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El camino estaba siendo demasiado largo. Ninguno de los dos hablaba. Justin de vez en cuando me miraba por el retrovisor pero yo me hacía la tonta para que no me pillara que estaba pendiente de todos sus movimientos. Estaba pensando en si abrir la puerta para tirarme a la carretera. Me daba igual hacerme daño, pero sabía que Justin pararía y vendría en mi busca. Porque nadie escapa de Justin Bieber. Y para que Justin Bieber te deje escapar es muy complicado. Porque cuando se aferra a una cosa no la suelta nunca. Yo simplemente sabía eso por todos los rumores que había por todos lados. Ahora más o menos lo conocía, porque no lo conocía perfectamente ya que tampoco estuvimos tanto tiempo uno detrás del otro para conocernos completamente.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta de que el coche se había parado. Miré por la ventana y sabia perfectamente donde estabamos. Y como para no saberlo, estuve encerrada allí unas cuantas veces. Justin se bajó del coche y abrió la puerta de atrás cogiendome del brazo con fuerza y sacandome del coche. Casí mi caí de la fuerza en la que Justin me sacó, por suerte estaba él allí para sujetarme. A rastras, subimos por las escaleras ya que el maldito ascensor le dio la gana en no funcionar hoy. Cuando llegamos a la puerta de su apartamento, la abrió sin soltarme de su agarre y me metió dentro cerrando con llave la puerta. Si cuidado Justin, no me voy a escapar.

De un tirón me llevó hasta su habitación y  me tiró en la cama de un empujón. ¿Qué mierda estaba haciendo? Se colocó encima mía y empezó a lamer mi cuello con su larga y húmeda lengua. Un escalofrío recorrió mi cuerpo haciendome temblar. Sus manos agarraron mis muñecas y obligaron a mis brazos echarlos hacia arriba. Con su pelvis, inmovilizó mi cintura y con sus rodillas juntó mis piernas haciendo fuerza para no moverlas. Me tenía totalmente atrapada. Sus labios besaron mi mandíbula y bajaron hasta mi clavícula, la cual besó haciendo que mi cuerpo volviera a temblar.

Estaba muy aturdida. ¿Se pensaba acaso que yo iba a ser su muñeca de sexo? Pues estaba muy equivocado. Tenía miedo de este Justin. Ya le tenía al otro que era un poco más suave que éste. Éste, en cambio era mucho más duro. Su boca avanzó hasta mi escote y lo lamió. Gruñí sin querer. Puede que me gustara que me tocara y todo lo que él quisiera, pero no pensaba caer. No sabía ni como ni cuando iba a dejarme libre, pero tenía que pensar algo para que él me soltara. Tenía que distraerlo pero el maldito hijo de puta estaba demasiado concentrado en mi cuerpo.

Una de sus manos soltó mi muñeca y acarició mi figura. Sus manos eran suaves y cada trozo de mi piel que tocaba, me hacía estremecer. Y a él le encantaba el efecto que causaba en mi, aunque no lo dijéramos. Su mano se metió dentro de mi camiseta y acarició mi vientre mientras que sus labios mordisqueaban el lóbulo de mi oreja. Mordí mi labio tan fuerte evitando gemir. No podía seguir dándole el gusto. Levantó mi camiseta lentamente y gruñó al pegarse más ami. Me fijé en que en ningún momento cerró los ojos, ni para suspirar ni para gemir. Él observaba todo mientras hacia su magia con mi cuerpo. Más bien hacia lo que le daba la gana sin que yo pudiera hacer nada. Porque maldita sea, él tenía mucha más fuerza que yo.

Sus labios besaron mi tripa. Mi espalda se arqueó y mi vientre chocó con el borde de sus pantalones. Agarró mi espalda y apegó más a él. Sentí en mi pierna su erección por dentro del pantalón. Había crecido un montón. Acabo de aprender como de rápido se calienta un chico.

Se humedeció los labios y su lengua subió a toda velocidad hasta mi sujetador. Cuando me di cuenta su cabeza estaba dentro de mi camiseta y sus labios estaban besando uno de mis pechos. ¿En qué momento había desabrochado el maldito sujetador? Seguramente cuando estaba metida en mis pensamientos de como a un chico se le revolucionan las hormonas tan rápido. Solté un jadeo inesperado para mi cuando sus dientes mordieron el pezón del otro pecho. Su lengua besó cada parte de ellos haciendo que se pusieran erectos. Elevé mi espalda intentando que se diera cuenta de que no quería esto, pero él no pareció darse cuenta porque siguió lamiéndolos.

Sus manos acariciaron mis piernas y se las arregló para que se enrollaran en su cintura. Ahora sentía más cerca su erección de mi intimidad. Abrí los ojos alarmada. Tenía que pararlo.


-Justin, por favor, para. -Susurré temblorosa.


Él no respondió. Tiré de su camiseta pero él tenía todo su cuerpo sobre mi con fuerza y no podía simplemente con una mano separarlo de mi.


-Justin, no sigas. -Susurré ahogándome con las lágrimas que se empañaron en mis ojos.


Pero era como si se hubiera quedado sordo. Volví a tirar de su camiseta pero él solo gruñó y bajó su boca hasta mi pantalón. Tragué saliva forzadamente.  Me revolví debajo suya desesperadamente, pero no había manera de que reaccionara.

Cuando lo dí por perdido y que él mismo me iba a violar, golpes en la puerta de la entrada resonaron por toda la casa, y por los oídos de Bieber porque se incorporó de repente, sintiendo un gran alivio sobre mi. Ni me miró cuando salió corriendo hacia al entrada.


-¡Justin ábreme ya! ¡Tenemos problemas y eso que acabas de salir de la cárcel! -Gritó alguien detrás de la puerta. Por su voz supe que era un chico.

-¿Qué pasa? -Dijo Justin entrecortado al abrir la puerta.

-Estamos metidos en graves problemas.


Era mi hora de escapar de allí.

~El misterio~ {Justin Bieber & tú}Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora