Capítulo 50.

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4 años después...

 

Corrí por las calles de New York con el paraguas abierto. No sé para que mierda tenía paraguas si me estaba empapando de todas maneras. El viento que hacía casi me lo rompe. Entré en el portal del edificio de Bea empapada. La próxima vez me llevo el gel de baño y me ducho en medio de la calle.

Caminé hasta el ascensor y pulsé el número 5 una vez dentro. Salí del ascensor y giré al pasillo derecho. Saqué las llaves de mi bolso y metí la llave en la cerradura. Cuando acabamos con la carrera, Bea y Ryan se compraron un apartamento cerca de sus trabajos. Y yo me acoplé. Más bien insistieron en que me quedara con ellos ya que yo quería buscarme un apartamento para mi sola. Los dos estaban felices de tenerme con ellos y más cuando trabajan los dos a la vez, porque así tenía que hacer de niñera. Pobre bebita, que tenía que aguantarme quejándome por todo. No tenía ni idea de bebés y siempre se me olvidaba que era lo que Bea me había dicho que le hiciera de comer. Al final, acababa dándole de mi cena en secreto, porque si no me matarían los dos.

Entré en el apartamento dando saltitos de alegría. En el trabajo me habían dado muy buenas noticias y tenía que compartirlo con ellos.


-¡RYAN! -Grité desde la entrada. Solté las llaves en el mueble que había en ella, lleno de llaves y más cosas, y corrí hasta el salón por el pasillo enorme.- ¡RYAN TENGO QUE CONTARTE ALGO! ¡RY! -Grité más fuerte.


Me paré de golpe cuando estaba entrando por el salón. Mi corazón se detuvo y mis labios se abrieron dejando escapar todo el aire que contenía mis pulmones. Un Justin con el pelo revuelto giró su cabeza hacia mi. Sus ojos se oscurecieron, haciéndome sufrir. Estaba sin camiseta asi que pude ver que sus músculos estaban más trabajados y estaban cubierto de nuevos tatuajes. En sus manos sostenía a Cristina, la hija de Ry y Bea, la cuál sonreía como una loca tirando del colgando que caía sobre el cuello de Justin. Sus labios se fruncieron en una línea delgada y su mandíbula se tensó. Lo que estaba viendo no era cierto, ¿verdad?


-¿Qué pasa, mocosa? -Me preguntó. Todavía me llamaba así a pesar de tener ya una edad en la que no me podía calificar como 'mocosa'.- Venías dando gritos y ahora te has quedado como si te hubieran dado un susto.


Mis ojos empezaron a picar por no pestañear. No quería que si pestañeaba esto se tratara de un sueño y Justin realmente no estuviera aquí. Aunque sinceramente, no quería que estuviera aquí si se iba a comportar de la misma manera que se comportó conmigo la última vez.


Según Ryan, había ido ha hablar con él al día siguiente del juicio y Justin le dijo que lo hacia por nuestro bien. Pero yo ya estaba harta de que él decidiera por mi y ese día, decidí por mi misma. Quería olvidarle, superarle y vivir mi vida sin tíos.


-En.. El tra...Bajo... Me ha... Han nombrado la.. Empl... Empleada del mes. -Tartamudeé como una idiota. Ahora me sentía avergonzada.


No quería sentirme avergonzada, ni gilipollas ni quería mostrar como él aún afectaba a todo mi ser. Y mucho menos delante de él. Seguramente que había venido con un ego enorme y no quería aguantarlo.

Ryan dejó de secarse las manos con un paño y lo dejó caer en una silla. Sus brazos me rodearon con fuerza cubriendo de mi campo de visión a Justin. Suspiré contra su hombro y le seguí con fuerza el abrazo. Tenía ganas de llorar, pero no lo haría. Porque soy fuerte y estoy cansada de ser débil.

~El misterio~ {Justin Bieber & tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora