Capítulo 11.

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Dí unos pasos hacia atrás hasta chocarme con la pared. Gemí por el dolor que me había causado el golpe. A medida que la sombra avanzaba, más aterrorizada me sentía. Pero cuando vi quien era la persona que estaba allí, me sentí enfadada y avergonzada. No lo podía creer. Su torso desnudo se perfilaba un poco por culpa de la poca luz de la habitación. Su rostro lo veía perfectamente. Estaba serio.


-¿Qué haces aquí?- Murmuré sin hacer ruido para no despertar a nadie.

-Hola. -Se acercó más ami hasta que nuestros cuerpos casi se chocaron. Si daba un paso hacia delante, se chocarían. Y no quería eso.

-¿Qué haces aquí?- Volví a repetir, enfadada.

-¿Porqué no me saludaste antes?

-Justin, vete por favor.-Aparté la mirada de sus ojos.

-Nena.- Sus manos se posaron en mi cintura haciéndome estremecer. Le miré. Su pelo estaba como antes. Perfectamente peinado hacia arriba. -¿Porqué pasas de mi? -Susurró acercando su rostro ami.

-Justin, ¿cómo has entrado? -Murmuré ahogándome con las lágrimas que querían salir de mis ojos.


Agarró con una de sus manos mi mentón e hizo que le mirara. Sus ojos color mieles me atraparon hipnotizandome. Lamió sus labios y suspiró. Entonces fue cuando me dí cuenta porque estaba aquí. Su aliento mentolado olía a alcohol. Puse mis manos en su pecho y lo separé de mi haciendo que se tambaleara. Estaba borracho el muy hijo de puta.


-Vete de mi casa ahora mismo.

-Pero...¿Porqué? Necesito hablar contigo.

-Estás borracho Justin.

-Pero sé que es lo que quiero decirte.


Respiré hondo pensando en que decirle. Él hizo el amago de acercarse de nuevo pero lo esquivé y se tuvo que agarrar a la pared para no caerse.


-Mira, si quieres hablar, hablamos mañana en el instituto. Ahora vete, no te quiero ver más así.


Él no dijo nada. Se agarró bien a la ventana y saltó cayendo de pie en el suelo. Menos mal que no era muy alto que sino se torcía un tobillo como mucho.



El despertador sonó despertándome. Perezosamente me levanté. No había dormido mucho en toda la noche por culpa de la visita de Justin. Todo lo que había pasado con él, lo que había sentido al irse. Me había empezado a gustar en muy poco tiempo y me di cuenta cuando se fue. Y no podía solo desaparecer durante dos años y después venir como si nada.

Al llegar al instituto me encontré con Lorena que me dio un abrazo cuando me vio. Ya le había contado todo por la noche.


-¿Estás bien? -Preguntó mientras caminábamos hacia las taquillas.

-No, si, yo que sé. Estoy muy nerviosa. Seguramente vendrá a hablar conmigo. Y no sé que tiene para decirme.

-Tranquilízate.


Y es que no podía. Me estaba poniendo histérica.

Nos fuimos a clase. Las clases se pasaron muy lentas. Lorena se había ido a casa porque se encontraba mal. Me había dejado solísima.

Llegué a mi taquilla y deposité en ella todos los libros que tenía en la mano. Apoyé la frente en el filo de ella y suspiré pesadamente. Quería llegar a casa y respirar de una vez porque sentía que me estaba ahogando.


-¿Estás cansada? -Susurró alguien a mi lado


Me separé de la taquilla y le miré neutro. Estaba apoyado en la taquilla de al lado con una sonrisilla. Estaba mucho más guapo que cuando se fue. Ese corte de pelo le hacia tan duro.


-¿Podemos hablar ahora?

-No.

-Ayer dijiste que si.

-Hoy digo que no.

- Mira, ya que no quieres hacerlo por las buenas, vas ha hacerlo por las malas.


Me cogió de la cintura elevándome y subiéndome a su hombro. Por más que pataleara o gritara él no me bajaba. Bajó las escaleras de la entrada con los ojos de los demás encima de nosotros. Putos ojos curiosos. Abrió el coche y me tiro en la parte trasera haciéndome daño. Sin que me diera tiempo a reaccionar, se metió en el coche saliendo del aparcamiento del instituto.

~El misterio~ {Justin Bieber & tú}Where stories live. Discover now