Capítulo 15.

8.1K 387 3
                                    

El despertador de Lorena resonó por toda la habitación. Ella misma me obligó a quedarme a dormir en su casa para no tener que irme sola a la mía. Había estado toda la noche abrazada a la camiseta de Justin porque su aroma varonil me había echo dormir del tirón, sin despertarme ni una sola vez. Pero a las 6 de la mañana ya estaba en pie, y como que ya faltaba una hora para que Lorena se despertara pues no me molesté en dormir. Me vestí y me senté en la cama esperando a que pasara una hora.

Mi amiga se estiró y bostezó moviéndose por toda la cama. Se sentó y restregó sus ojos con las manos. Me miró sorprendida al verme despierta, ella sabía que yo era una auténtica dormilona.


-Dios mio de mi vida, ¿se va a acabar el mundo? ¿Viene ya la apocalipsis? ¿Un meteorito va a caer en la Tierra? -Dijo muy rápido.

-Em no.

-¿Qué haces despierta?

-Pues no pude dormir y me desperté.

-Dios mio, que raro es esto. Debes de tener fiebre. -Se levantó de la cama y se acercó ami. Puso una de sus manos congeladas en mi frente y gimió.- Estás bien.

-Claro que lo estoy.- Le miré mal. -Y he estado pensando.

-Debo ponerme alerta. Te has despertado temprano, has estado pensando... Ya son muchas emociones y me acabo de despertar.

-¿Me quieres escuchar y dejar tu drama de lado por cinco minutos? -Le miré enfadandome.

-Vale, tranquila. Que solo me preocupo por ti.- Levantó los brazos en forma de paz.


Bufé y abracé mis piernas.


-He pensado en cambiarme. No soy feliz siendo yo. Puede que empiece por un cambio de look y después un cambio con mi forma de ser.

-¿Otra vez con eso? -Puso los brazos en jarra.

-Si, otra vez con esto.

-Te lo dije cuando Justin se fue y te lo digo ahora que está de nuevo. No tienes que cambiar tu forma de ser o de vestir porque un estúpido chico te haya echo daño, ¿entendido?


Me encogí de hombros sin entenderla. La verdad es que si que quería cambiar, pero lo haría poco a poco para que Doña Lorenita no me tocara los cojones con sus regañinas. No era mi madre para que me dijera que hacer o que no. Pero por otro lado ella tenía razón, me conocía mejor que nadie hasta mejor que yo misma, ella sabe lo que dice o al menos lo intenta.

Esperé a que se diera una ducha y se vistiera para bajar a desayunar. Una vez alimentadas hasta la garganta con toda la comida que preparó la madre de Lorena, nos fuimos a clase. No fuimos en el coche de mi amiga que vivía a tan solo 20 minutos del instituto y hasta las 8 no empezábamos las clases, pero ella siempre era de llegar temprano y tomarse las cosas con calma.

Una vez que llegamos vimos en la entrada una familiar moto negra y roja. Miré a Lorena tragando saliva duramente. ¿Desde cuando el dueño de la moto llegaba tempranamente temprano? Ella se encogió de hombros y movió la mano con desdén. Subimos las escaleras del edificio para entrar al pasillo e ir a nuestras taquillas. Por suerte estaban al lado. Abrimos las taquillas casi a la vez y buscamos los libros de las asignaturas que teníamos a las tres primeras horas. No había mucha gente por los pasillos a esa hora, como mucho 6 o 7 estudiantes que caminaban por el instituto disfrutando de la tranquilidad que había.

Cerré la taquilla y esperé que Lorena acabara de maquillarse en el espejito que tenía en la taquilla. Que manía tenía con maquillarse en el instituto. Pero es que el baño de su casa por la mañana siempre estaba muy ocupado por culpa de su padre.

~El misterio~ {Justin Bieber & tú}Where stories live. Discover now