Capítulo seis

14.8K 855 217
                                    

Cuando reconozco su voz, salto a sus brazos, que me envuelven al instante y me sujetan con fuerza. Es la mejor sensación del mundo y río de pura felicidad.

—¡¿Qué haces aquí?! —pregunto cuando nos separamos—. No me dijiste que venías cuando hablamos por mensaje a la mañana.

Christian sonríe y me guiña el ojo.

—Tenía que comprobar que mi hermanita estuviera enamorada —ríe mi hermano, con esa risa que me alegra el corazón—. Mamá está completamente segura de eso.

Muchos hermanos morirían antes de admitir que se quieren, pero Chris y yo no somos así. Después del escándalo que procedió a la muerte de nuestro padre, mi familia se redujo notablemente. En mi núcleo familiar sólo quedamos mi madre, mi hermano y yo, a pesar de la cantidad de tíos y primos que solían ser cercanos. Estar los tres solos nos ha unido muchísimo, si bien mi padre se esforzó toda su vida en ponernos a todos contra todos con mentiras y patrañas de lo más sucias.

Puedo decir sin lugar a dudas que las únicas personas que me importan en el mundo son mi madre y mi hermano, quienes han dado tanto por mí que no toleraría defraudarlos.

Pongo los ojos en blanco como respuesta a su comentario.

—No es cierto, y lo sabes. Mamá piensa que una pequeña nota desafinada al hablar significa enamoramiento. Simplemente estaba cansada cuando me llamó y ella sacó conclusiones.

—Sí, lo sé —de repente entrecierra los ojos y mira fijamente mi cuello—. Pero eso no explica por qué tienes unos seis chupones en el cuello y varios parecen tener un día o dos. Has tenido sexo hace muy poco, Melody. Mamá tiene razón, ¿cierto?

Ups, estoy en problemas.

—Bueno, has llegado a una conclusión interesante, Sherlock —digo sarcásticamente—, pero ni tú eres tan virgo como para creer que para tener sexo hay que estar enamorado.

—No, Melody —Chris está empezando a enojarse—, pero uno de mis mejores amigos está pensando en pedirte matrimonio cuando cumplas los dieciocho creyendo que estás enamorada de él, y lo sabes muy bien.

Mi hermano y sus putos códigos.

—Nunca dije que estaba enamorada de Blake ni nada remotamente parecido, Chris —trato de ser razonable por los dos—. De hecho, le aclaré que no sentía nada por él aparte de deseo y él lo aceptó.

—Porque Blake confiaba en poder enamorarte después. Te acostaste con él sabiendo que no sólo quería sexo, Melody.

Suspiro. Mi muro intocable es mi autoestima. El muro intocable de Chris son sus amigos.

—Tengo hambre —anuncio. Es mejor cortar esta discusión antes de que pase a mayores. Además, el cansancio se me ha ido y realmente tengo mucha hambre—. ¿Quieres un poco de pizza?

Él parece querer seguir la discusión, pero recuerda que no he comido y se muerde la lengua.

—Sólo dime que no es pizza comprada para calentar en el microondas —dice dramáticamente y yo sonrío con inocencia—. Por Dios, Melody; saber cocinar no mata a nadie.

—Soy capaz de incendiar la casa si uso eso —señalo la cocina que nunca he utilizado en un año y medio—. Prefiero el microondas.

—No puedes cocinar un guiso usando el microondas.

—Por eso.

Él sacude la cabeza.

—Entonces ve y duerme un rato. Yo cocinaré algo decente con lo que encuentre en la heladera.

Los Secretos Y Mentiras De Melody Vecchio (+18) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora