Cap. 2

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Diana Cavendish Pov

Había convencido a mi madre a dejarme salir con mi amiga. Ella sabía que era mi única amistad e iba a su casa a jugar y mi propia madre me llevaba. Sin embargo, después que abandonaba la residencia me dirigía al bosque más cercano y practicaba. Mi amiga, sólo me veía desde lejos mientras comía algo que le preparaba su progenitora.

—Uno, dos, tres, cuatro, cinco, paso adelante, paso hacia atrás, una mano en la espalda y otra sosteniendo mi espada firmemente. —Sonreí a mis adentros.

Lo primero que tenía que aprender eran las posturas. Luego sería mis contrataques y después practicaría mis ofensivas principales. «Debo ponerme en forma. Un caballero noble y respetado necesita de un buen físico para moverse mejor, y con facilidad ante una pelea o conflictos de guerras».

Lo otro que había leído era acerca de los reflejos. Era necesario ponerlos en práctica y, para eso, le pedí ayuda a Amanda para colocar unas trampas escondidas en el bosque. Ella debía estar practicando conmigo, pero no quiso. Decía que era mejor esperar a tener sus diez años para un entrenamiento verdadero. Al menos, había accedido a apoyarme en todo lo que quisiera.

La madre de Amanda era muy amable al esconder mi secreto y darme comida cada vez que me dejaban venir. Cuando estaba en el orfanato me iba a mi lugar escondido para repasar lo aprendido, pero corría el riesgo de ser descubierta. Practicaba también mi forma de hablar y de tratar a las personas.

El orgullo era igualmente una parte importante. Nunca debías olvidar que eras caballero, y no permitirías que alguien inferior intentara hacerte menos, porque la estima haría que otros se sintieran más cómodos. Había que mostrar respeto a otros, para así, darnos a entender que estábamos entregando lo mejor de nosotros mismos.

—¿Terminaste, Diana? —dijo aburrida Amanda.

—Aún no, ¿Quieres escuchar lo que leo? —ofrecí y la miré de reojo.

—Está bien. —Tomó asiento a mi lado.

La amistad, la calidad de vida dependerá, en gran medida, de con quién hayas decidido pasar tu tiempo. El perdón, aquellos que no pueden perdonar fácilmente no disfrutaran de muchos amigos. Trata de ser mejor que los demás. Hones-–

—Para, para, ¿Esto es lo que debe hacer un caballero? ¿verdad?

—Es lo que debe saber y hacer —corregí tranquila.

—Yo digo que uno debe ser lo que quiera–

—Podrías hacerlo ahora mismo, porque no eres un caballero. —Cerré mi libro—. Hay que cumplir reglas y ordenes, recuerda eso.

—Para sólo tener seis años sabes mucho. —Sonrió.

—Tenemos la misma edad, pero con diferente mentalidad —dije y la miré con burla. Ella me devolvió la mirada.

—Eres el cerebrito y pronto serás... ¡El mejor caballero de todos los reinos!

No pude contener la risa.

—¡Ja, ja, ja! Por fin tienes razón en algo, Amanda.

—Ja, ja, ja. —Cruzó los brazos—. Oye, te admitiré algo, tu madre me da miedo.

—No eres la única que le tiene miedo.

—¿Los niños de la guardería también?

—Sí. —Abandoné mi libro en un tronco y caminé hacia el bosque—. Pero ellos tienen que ver el lado positivo de las cosas.

—¿Y cuál es lo positivo de estar con una señora amargada? —consultó y me siguió el paso.

—Es obvio, Amanda. Tienen comida, cama, un techo que los cubre y pueden esperar a ser adoptados.

Había una vez... (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora