Capítulo 46

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Capítulo 46

Una criada pecosa se deslizó por los pasillos del castillo. Había escuchado que en la cocina, solamente un par de mujeres habían sido elegidas por Rylan en persona para elaborar unos dulces de forma muy discreta. Ella, como siempre hacía, se había enterado y se olía que algo estaba sucediendo.

Confirmó sus sospechas minutos después cuando pudo escuchar a través de la puerta que se estaba realizando en el interior de la sala una ceremonia de matrimonio. Sabía cuánto valoraría Aaron esa información y se dispuso a esperarlo en sus aposentos, esperando a que él regresara de su día de caza. Pero no le fue posible, pues justo en el momento en el que ella se apartaba de la puerta de madera oscura, alguien salió de la sala, colisionando con ella.

—Disculpe, señor. –Se apresuró a decir ella, apartándose de Rylan Seymour como si este tuviera la tiña.

Por si fuera poco, justo tras él caminaba Alyssa, que parecía tan feliz... pero que de un momento a otro sustituyó su hermosa sonrisa por una mueca asqueada. Grace siempre había odiado a Alyssa con todas sus fuerzas. Desde el instante en que la viera por primera vez. Aunque tenía que disimularlo, era cuestión de supervivencia.

—¿Qué hacías aquí? —cuestionó Rylan, frunciendo las cejas.

Ella tomó un paño roñoso de su delantal y lo mostró.

—Desempolvando las puertas, señor. ¡Cuánta suciedad se acumula con los meses en esta ala tan olvidada del castillo!

Esta vez fue la propia Alyssa quien intervino.

—¿Limpiabas justo aquí? —preguntó retóricamente con voz orgullosa—. Más bien parece que nos estabas espiando.

La mueca que Grace le dedicó a Alyssa no dejó ninguna duda respecto a su desprecio por ella. Para Grace, Alyssa solo se sentía con agallas de hablarle así ahora que se había metido en los pantalones de Rylan, antes de eso, mientras permanecía casada con Gordon, tan solo había sido una mosquita muerta de miedo y llorona. Y la envidia la carcomía por dentro.

—¿Espiando? Señora, yo jamás haría eso...

Su tono de voz era tan irritante para Alyssa que sintió ganas de alejarse de ella. Conocía a Grace perfectamente, era una serpiente y la única razón por la que jamás había hecho algo al respecto era porque se había sentido profundamente indefensa y sin poder en ese castillo. Pero ahora, ahora era muy distinto, por fin.

Alyssa se adelantó un paso, encarándose con Grace. Alyssa estaba hermosa, con su vestido rojo de pedrería contrastando profundamente con la falda sucia y sencilla de Grace. La dama, además, era bastante más alta y su altura, por primera vez, intimidaba.

—No sé qué estabas haciendo aquí, Grace, pero puedo imaginarlo. Porque eres como un fantasma, siempre espiando detrás de las paredes, escuchando conversaciones ajenas y moviendo tus hilos para entrometerte en la vida de la gente.

Grace permaneció frente a ella, mirándola pasivamente con los ojos entrecerrados.

—No estaba escuchando nada —repitió.

—¡Claro que sí! Para luego ir a contarle todos tus chismes a Aaron. Eres una peste para este castillo.

Rylan observaba la escena a unos pasos de las mujeres, con mudo orgullo al contemplar a Alyssa, por fin enfrentándose a los demonios que habían hecho su vida más dura en esos años.

Grace rechinó los dientes.

—Señora, usted... no es la duquesa ya.

Rylan guardó silencio ante la ofensa, sabiendo que Alyssa manejaría esa situación.

—Lo he sido durante todos estos años y aún lo soy. Y créeme, Grace, sé todos tus secretitos y confesiones a lo largo de estos años. Sé que antes de ser la delatora de Aaron, lo fuiste de Gordon... y voy a contarte un nuevo secreto: esta será mi última noche como duquesa, pero no voy a dejar ese título sin asegurarme de que tus pies están muy lejos del Castillo de Alderman. Y de que no volverás aquí jamás.

Grace tragó saliva y acto seguido dio un paso hacia Rylan, mirándolo con las mejillas temblando perceptiblemente.

—Mi señor... —comenzó—, trabajo para su familia desde hace tanto...

Alyssa la interrumpió de inmediato.

—Me he tomado la libertad de informar al señor duque de que fuiste tú quien delató nuestra relación a Gordon Seymour. Nada más y nada menos que hace siete años, Grace. Tengo buena memoria y nunca pude hacer nada al respecto, pero ahora...

Rylan observó a Grace con frialdad.

—Ya has escuchado a la duquesa. Dale las gracias por ser lo suficientemente bondadosa como para tener compasión y no castigarte por lo que le hiciste, por lo que nos hiciste. Ni tampoco por intentar seducir a su marido en su propia alcoba. Ahora márchate.

Los ojos de Grace se habían aguado. Si algo había creído siempre es que, acostándose con quien lo hacía, ese día nunca llegaría. Pero no todo estaba perdido. Quizás Aaron...

Alyssa pareció leer su mente.

—Aaron no podrá ayudarte. Antes del anochecer también él estará fuera de aquí, quizás puedas calentarle las sábanas en una posada de Carlisle. Pero no os queremos cerca de Alderman, nunca más.

La rabia bullía en Grace, que se dio la vuelta y salió corriendo por ese estrecho pasillo. Rylan echó a una ojeada al interior de la habitación y se mostró complacido al ver que ni Linnea ni Duncan se habían percatado de lo sucedido. Lo último que quería era empañar su felicidad con los demonios que habían destrozado su historia de amor con Alyssa.

—Los duques siguen de luna de miel —susurró, cerrando la puerta.

Ambos caminaron por el pasillo con lentitud. Las manos de Alyssa aún temblaban de rabia.

—La odio... —susurró—. Y tengo miedo de que aún intente algo contra nosotros.

—No lo hará, vida mía. Ella tiene más miedo de nosotros, y sabe que ya nada va a separarnos.

Rylan pasó su brazo por la cintura de su mujer.

—Así que no se preocupe, señora Seymour. Todo está arreglándose.

Alyssa frunció los labios y se detuvo, mirando a Rylan a los ojos.

—Aún falta Aaron.

—Yo me encargo de él. No volverás a verlos, a ninguno de los dos. Te lo prometo.

Y la besó suavemente, cerrando su promesa y uniéndose una vez más a esos labios que lo enloquecían y lo hacían tan feliz como un hombre podía serlo. Por fin tenían esa oportunidad y Rylan se juró que no la desaprovecharía.


¡Mil besos <3!
Ya os conté que he comenzado una nueva historia de romance New Adult, se llama "Las 10 citas de Anne" y me haría muchísima ilusión que le deis una oportunidad, está en mi perfil :)

¡Nos leemos!

¡Nos leemos!

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Si algún día vuelves. #Wattys [Romance histórico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora