Si algún día vuelves. #Wattys [Romance histórico]

Capítulo 41

Capítulo 41

Era muy tarde, más de las doce de la noche, cuando unos finos nudillos llamaron a su puerta. Rylan se sobresaltó, sentado ante la ventana de sus aposentos, lugar en el que había permanecido durante horas después de conocer la verdad sobre su origen: no era el hijo de su padre, de hecho, no tenía ni siquiera una pista sobre quién podría ser su progenitor... pero, si debía ser completamente sincero consigo mismo, siempre había sabido que no se trataba de Gordon.

Era un hombre malvado, oscuro y cruel. Nunca lo había querido, ni a él ni a Linnea. Porque no era su padre y Gordon Seymour siempre lo había sabido.

Se imaginó a su madre, joven y bella, con sus cabellos pelirrojos y su rostro níveo. Casi pudo verla consumirse junto al déspota de Gordon Seymour, el último de los duques del norte y el más cruel de todos ellos. Siempre la había despreciado por ser escocesa y... la cruel suerte le había traído a los hijos de ella a figurar como suyos.

Rylan no era tonto, era consciente de que Gordon nunca había revelado la verdad porque le traería una gran deshonra, porque no quería asumir ante el resto del mundo y la cruel sociedad inglesa que, efectivamente, los dos muchachos sanos y hermosos que habían surgido de su matrimonio, no tenían ni una sola gota de sangre Seymour en ellos.

—Estoy acostado —gruñó.

Los golpes en la puerta se repitieron.

—¡No quiero ver a nadie!

Y entonces se abrió. Porque ella no iba a darse la vuelta y regresar a sus aposentos. Porque ella sabía que él no la esperaba y que a ella siempre la recibiría.

—Disculpa, es muy tarde —susurró Alyssa.

Él se puso en pie de inmediato para acercarse a ella.

—Pasa, Alyssa. Disculpa... discúlpame. No pretendía ser grosero, no sabía que eras tú.

Se miraron unos instantes, anhelantes del calor que su cuerpo desprendía. Alyssa fue quien se adelantó, acercándose a él y estrechándolo entre sus brazos. Él hizo lo mismo con ella, aspirando el aroma de su cabello.

—Te he extrañado —susurró Rylan.

—Cada minuto.

Él tomó a la joven del mentón gentilmente y la besó con suavidad. No fue un beso largo ni extremadamente pasional, pero pareció devolverle la vida, en cierto modo. El solo hecho de poder besarla, después de los años que habían permanecido separados, parecía la más grande de todas las bendiciones.

—Rylan... —Fue el susurro que escapó de entre los labios de Alyssa.

No podía abandonarla, ya no.

Ella acarició su pecho y las manos del hombre la recorrieron con suavidad, provocando que un suspiro saliera de entre sus labios. Cuando él comenzó a desatar los lazos de su corsé, ella lo miró a los ojos: no como si tuviera miedo ni estuviera insegura, sino más bien como si supiera que hacer eso les iba a conferir una intimidad que ninguno de los dos había tenido con nadie anteriormente.

—Te quiero —susurró Rylan.

Y una pequeña lágrima de felicidad resbaló por la mejilla de Alyssa. Porque creyó que jamás volvería a escuchar eso de los labios de ese hombre. Pero hacerlo le alegraba el alma. Después de tantos años, allí estaban, como si el tiempo jamás hubiera pasado entre ellos.

Rylan la condujo hacia la cama, besándola de nuevo y las ropas de ambos fueron resbalando por sus cuerpos, quedando tendidas sobre el suelo en desorden. Habían esperado tanto tiempo, habían sufrido tanto para llegar allí.

—No quiero perderte, Rylan —susurró Alyssa, mirándolo a los ojos al tiempo que sus pieles se rozaban hasta enloquecerlos.

—No lo harás. Te juro, Alyssa, te juro por todo lo que poseo en esta vida que no me volveré a marchar de tu lado, te lo garantizo.

—¿Y la guerra? —preguntó ella.

—Ninguna guerra va a separarnos de nuevo. Jamás tendrás que esperarme ni un solo día más.

Y por primera vez en años, Alyssa se sintió completamente segura allí, con él. Sabiendo que, a partir de ese momento, ella ya no lucharía sola nunca más. Ahora lucharían juntos.

<3