Capítulo 5.

17.4K 1.5K 35
                                    


Capítulo 5

Pese a que la pregunta fue muy seria, Rylan respondió con una nueva carcajada.

—Ni loco —respondió—, por supuesto que no. —Después bajó su tono de voz y miró a su hermana a los ojos—. Linnea... yo... no voy a quedarme. Quiero que lo sepas cuanto antes; no pretendo ilusionarte, pero mi estancia aquí será corta.

El rostro de su hermana se desencajó en tan sólo un instante.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Voy a volver a Escocia tan pronto como pueda hacerlo... y será allí donde me establezca; formaré una familia, encontraré una esposa y compraré algunas tierras. La situación es complicada allí, me gustaría poder ayudar.

De pronto parecía tan serio que Linnea pudo ver que, en efecto, se había convertido en otra persona. Durante esos años había oído muchas cosas, pero nunca había creído que de verdad su hermano hubiera podido cambiar de bando. ¿Era eso posible?

—Rylan eres duque. Un duque inglés, ¿entiendes eso?

El joven se llevó una de sus fuertes manos a la cabeza, acariciando distraídamente su cabello negro y brillante.

—¿Por qué todo el mundo parece creer que no lo sé? —musitó—. Soy inglés, sí. Y mi padre también lo fue, pero mi madre fue escocesa y también era la tuya. Nuestra sangre está mezclada, Linnea... Un hombre no puede decidir de dónde viene, pero sí a dónde va.

Su hermana chasqueó la lengua y colocó sus brazos en jarras. Llevaba un vestido oscuro aún, tras el entierro de su padre. Era curioso que no hubieran comentado el suceso en absoluto; quizás porque ese hombre no había sido un padre en realidad para ninguno de los dos.

—Estás buscando tu propia ruina, Rylan —dijo ella y algo brilló en su mirada al pronunciar esas palabras. Nunca se habría esperado de una mujer hablar tan duramente a un hombre, mucho más a un duque, pero Linnea tenía un carácter fuerte y no le importaba mostrarlo con quien fuera si esa era su decisión.

Durante un momento, Rylan sintió lástima de Lord Taylor, que tendría que aguantarla toda su vida. Acto seguido se sintió culpable por un pensamiento tan cruel hacia su propia hermana. Incluso él mismo prefería a las mujeres con carácter; no se imaginaba casado con una dama silenciosa y apagada que jamás quisiera mostrar su opinión por miedo a lo que él pensara. Esa era una de las cosas que le hacían sentir que Khadira jamás podría ser algo realmente indispensable para él, que nunca podría quererla de algún modo especial... Rylan necesitaba fuego y estaba convencido de que lo encontraría en algún lugar de las highlands escocesas; probablemente conociera allí a alguna muchacha sencilla y hermosa con la que poder compartir una casa, una familia...

—Te conviene saber que sería mejor no decirme lo que tengo que hacer —replicó y un segundo después se dio cuenta de la dureza que radicaba en sus palabras, así que suspiró y observó a su hermana con renovada dulzura—. No quiero que discutamos, Linnea. Acabo de llegar aquí y hace años que no veo a mi hermana pequeña... me gustaría poder disfrutar de eso durante un tiempo. ¿De acuerdo?

Linnea resopló, aún molesta, y caminó hacia la puerta de la habitación.

—Espero que mañana hayan madurado un poco tus ideas —le aconsejó—, porque tendrás que sentarte en tu silla por primera vez y un centenar de personas van a acudir a la ceremonia. Hace años que no tenemos un verdadero duque de Alderman.

Rylan asintió con la cabeza, entendiendo lo que su hermana quería decir; el día siguiente sería duro y estaba sometido a una importante presión. De pronto, la joven se giró un instante antes de salir por la puerta, como si olvidara decir algo poco importante... pero algo en su mirada le dijo a Rylan que dejarlo para el final había sido una decisión muy premeditada.

—Por cierto... me veo en la obligación de preguntar, ¿qué va a ser ahora de Alyssa?

No importaba cuánto intentara evitarlo, su rostro se ponía rígido con tan sólo escuchar el nombre de la joven que una vez había sido su amada. Una tenue sonrisa se extendió por el rostro de Rylan, aunque no expresó ningún tipo de felicidad. En su anguloso rostro se reflejaba una extraña tirantez.

—Será mejor que te vayas —respondió al cabo de unos momentos—. Creo haber dicho que no quiero discutir.

Linnea pareció dispuesta a contestar, pero era un tema delicado. Hasta ella misma sabía que tenía que esperar para abordarlo si no quería salir perdiendo. Realmente no sabía qué era lo que su hermano sentía por Alyssa en esos momentos. La había amado como nunca antes había visto a un hombre queriendo a una mujer, pero habían sido sólo niños... y todo había quedado tan truncado como sus propias vidas después de eso.

—Te veré mañana en la ceremonia, señor. —Linnea le dedicó a su hermano una pequeña venia—. Descansa.

—Lo voy a necesitar —respondió Rylan.

Cuando cerró la puerta, aún seguía confuso. No tenía realmente claro si ahora podía confiar en su hermana.

 No tenía realmente claro si ahora podía confiar en su hermana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si algún día vuelves. #Wattys [Romance histórico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora