Capítulo 38

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Capítulo 38

El nuevo rechazo de Rylan esa noche fue como una flecha clavándose en el corazón de Khadira. Hacía semanas que no compartía su lecho con ella, de hecho incluso parecía evitarla y la mujer habría asegurado que ya no se dirigía a ella del mismo modo que antes.

Esa madrugada, cuando Rylan negó con la cabeza ante sus atenciones y le pidió con un extraño deje de culpabilidad que lo dejara solo, Khadira supo que el momento había llegado: su presencia allí ya no tenía sentido.
Se había acercado a Rylan con suavidad y había posado un suave beso en su mejilla, sonriendo suavemente y susurrando: «lo dejaré descansar, señor». Después, le había regalado su sonrisa más dulce, escondiendo magistralmente la tristeza que en realidad sentía.

Khadira lo amaba, lo había hecho desde el primer momento en el que Rylan Seymour había aparecido en su vida y la había salvado de unos hombres que habían intentado matarla. La simple visión de ese hombre, cuando ella estaba agonizando, la había tranquilizado. Ella le debía su vida y entre su gente, esa deuda era sagrada. Esa era la única razón por la que Khadira se iba.

En sus enormes aposentos, la joven se vistió con un vestido sencillo y de colores apagados y recogió su cabello negro como el ébano, ocultándolo bajo un pañuelo de seda: esa sería la única prenda que conservaría de su estancia junto a Rylan. Su rostro permaneció absolutamente indescifrable mientras la mujer se dedicaba a guardar en un baúl todos los vestidos y telas preciosas que Rylan le había regalado; no necesitaba nada de eso, su regalo para él era desaparecer completamente.

En su mente, ella siempre había sabido que ese momento llegaría tarde o temprano: el brillo en los ojos de Rylan había sido evidente desde que lo había conocido, no había equivocación posible al asegurar que el corazón de ese hombre estaba en manos de una mujer. Por eso Khadira se había mostrado tan sorprendida cuando él le había asegurado que no estaba casado ni prometido. Finalmente, ella había asumido que la mujer que poseía el corazón de Rylan había muerto y eso le provocó una extraña culpabilidad al pensar que ella estaba tomando el cuerpo de un hombre ajeno… aun así, ella siempre deseó que algún día él pudiera amarla.

Todo había cambiado al llegar al castillo de Alderman, por supuesto. La sorpresa de Khadira había sido mayúscula al descubrir que los ojos de Rylan brillaban de nuevo; que la misteriosa mujer había regresado. Lo había descubierto por primera vez la mañana del nombramiento oficial de Rylan como duque. Khadira había sentido de forma muy intensa el instante en el que Rylan había unido su mirada con la de Alyssa Russell y no tardó en entenderlo todo al enterarse de que ella era la viuda de su padre. Era evidente lo que había sucedido entre ellos.
Al principio dudó de la bondad de Alyssa, trató de convencerse a sí misma de que ella era una mala mujer que había dañado a Rylan, pero no le había hecho falta ser muy observadora para descubrir entre los rumores del castillo y lo que ella misma veía, lo que en realidad sucedía. Fue entonces cuando descubrió que no había nada más que pudiera hacer.

Rylan había puesto en marcha ese absurdo baile para fingir que deseaba ver a Alyssa desposada con otro hombre, ¡como si pudiera negar que eso lo mataba por dentro! Él iba a seguir sufriendo por ella, no había ninguna duda de eso, y también la dama lo haría; ya que era evidente que ella aún lo amaba.
La decisión para Khadira era más que obvia; uno más uno nunca habían sido tres y ella se habría puesto en pie para luchar en cualquier otra ocasión, pero sabía que en esa batalla no tenía ni una sola oportunidad de ganar la batalla.

Cerró la puerta de las que habían sido sus habitaciones desde que había llegado al castillo, no sin antes asegurarse que todo en ese lugar lucía como si nunca hubiera estado allí. «Como si no hubiera existido para él», pensó.

No llevaba absolutamente nada aparte de ese sencillo vestido que había conseguido por sus propios medios y una ligera capa que la protegería del frío clima allí, aunque tendría que asegurarse de huir de la lluvia con ella, puesto que se calaría enseguida.
Caminó por los pasillos del castillo mientras sostenía entre sus dedos una gran vela blanca y no se detuvo al llegar a la puerta del servicio, por la que pretendía salir, sino que siguió caminando directamente hasta una de las torres del castillo, subiendo todas sus escaleras sin pausarse un segundo. Las llamas de la vela reflejaban sombras en sus hermosas facciones y la joven muchacha evocó en su mente imágenes felices de sus primeros tiempos con Rylan; cuando él la besaba en silencio y escondía a cada momento el dolor en sus ojos. Se había preguntado mil veces si, cuando él la besaba, en realidad estaba deseando que su cuerpo fuera el de la otra mujer… ahora sabía que no cabía ninguna duda ante eso.

Subió el último de los escalones caminando en silencio y con presura, como si se tratara de un alma solitaria vagando por el castillo, y sólo se detuvo cuando se encontró en el lugar al que quería llegar. No llamó a la puerta, pues sabía que nadie la oiría. Después, con manos firmes, asió el pomo de la puerta y tomó un último respiro de aire puro, unos instantes después entró en los aposentos de Alyssa.

¡Hola! Prontito tendréis la continuación. ¿Qué va a hacer Khadira ahora?
Además, estoy super ilusionada porque pronto voy a comenzar a subir una nueva historia New Adult/ juvenil y llevo escribiéndola y planeándola muchos meses :) En estos días os cuento más al respecto <3

Si algún día vuelves. #Wattys [Romance histórico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora