Capítulo 8.

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<3 Gracias por leerme.

Capítulo 8

Alyssa miró a Linnea con incredulidad y reparó en que la joven pelirroja tenía la boca abierta por la sorpresa. Después volvió la vista de nuevo hacia esa silla que le había pertenecido desde los últimos seis años y que ahora ocupaba una exótica desconocida.

—¿Qué está haciendo? —Linnea ahogó un gruñido de frustración, sin apartar la mirada de su hermano—. ¿Qué pretende?

Alyssa no dijo nada. No sabía cómo reaccionar, pero una extraña presión atenazaba su pecho. Llevaba tiempo oyendo rumores que le llegaban sobre muchachas que compartían el lecho de Rylan de forma más o menos permanente. Celine, la cocinera del castillo, solía contarle cosas que escuchaba a los soldados del duque. A veces le hablaba sobre gloriosas batallas en las que Rylan había participado, haciendo que su corazón se encogiera y la felicidad la invadiera cuando el final de la historia llegaba y Rylan había sobrevivido. También le contaba cuando él viajaba e incluso cuando se encontraba cerca del castillo de los Seymour... pero nunca había vuelto allí, ni siquiera de visita. Rylan la había olvidado y eso quedaba más que claro al ver a la joven que ahora se encontraba sentada junto a él. Alyssa se recordó a sí misma que no debía sentir nada al ver eso; ella había renunciado a Rylan hacía mucho tiempo y había sabido perfectamente lo que eso significaría.

Durante lo que a ella le parecieron horas, Alyssa asistió a la ceremonia en la que Rylan fue nombrado nuevo duque de Alderman a manos de un mensajero del rey Jorge. Fue un proceso largo y aburrido, no parecía tener fin, especialmente cada vez que Alyssa alzaba la mirada y encontraba a esa extraña sentada en la que, hasta el día anterior, había sido su propia silla en esa sala. Cualquier otra mujer habría sentido la más intensa de las rabias al ver eso, pero Alyssa estaba más que acostumbrada a las decepciones, por lo que aguantó estoicamente con la mirada en alto durante toda la reunión. Sabía que la gente murmuraba a su alrededor, Rylan la había humillado al sentar ahí a esa mujer y ella ni siquiera sabía si lo había hecho a propósito o, directamente, él ni siquiera la recordaba. La había mirado al entrar en esa sala; tan sólo había durado unos segundos, pero ambos habían cruzado sus ojos y Alyssa había sentido su corazón latir rápidamente por primera vez en demasiado tiempo.

Mientras Alyssa seguía perdida en sus pensamientos, escuchó repentinamente el inconfundible sonido de los aplausos de todas las personas que la rodeaban y se percató de que el emisario del rey estaba abandonando la concurrida sala. Se suponía que deberían celebrarse un baile o un banquete en honor a Rylan, pero éste se había negado categóricamente; al parecer no quería verse envuelto más de la cuenta en nada que tuviera que ver con la sociedad. Las malas lenguas del castillo ya habían comenzado a susurrar que el problema de Rylan no era simplemente con la sociedad, sino con la sociedad inglesa, y la presencia de ese hombre evidentemente escocés siguiéndolo como una sombra y vestido con ese kilt, no ayudaban para nada a desmentir los rumores.

Rylan se levantó de su elegante silla; su rostro era bastante inexpresivo. Ni siquiera parecía complacido por ser un duque, tan sólo daba la impresión de estar cansado. Alyssa tomó aire al comprobar cómo el hombre alto y fuerte dejaba a su compañera con una disculpa, y después se giraba hacia el lugar en el que Linnea y ella se encontraban. Supuso que querría hablar con su hermana, pero aun así, Alyssa lo observó disimuladamente mientras se acercaba. Su rostro había cambiado realmente, ya no era un muchacho casi imberbe, sino que su cabello negro era del mismo color en su barba y, en ese rostro de rasgos sensuales y poderosos, unos ojos azules resaltaban de un modo distinto a como lo habían hecho años antes. Ahora había algo en su mirada que transmitía que ya no era la misma persona, que había cambiado.

Alyssa contuvo el aliento al sentir que él estaba más cerca cada vez, todo el mundo se abría paso entre ellos dos para que Rylan se aproximara y de pronto, la idea de que él quisiera hablar con Linnea, quedó completamente desechada. Se acercaba a ella y a nadie más. Esto la hizo sentir tremendamente insegura durante un instante, especialmente cuando vio su rostro particularmente serio.

—Lady Russell —dijo al acercarse, omitiendo que durante los últimos seis años ella había sido Lady Seymour al ser la esposa de su padre—. Me honra que haya acudido a esta ceremonia, me facilita mucho el no tener que buscarla por mi castillo.

Hizo especial énfasis en ese «mi», su voz era fría, carente de ninguna emoción. Parecía haber planeado cada una de las palabras que salían de sus labios. Alyssa se descubrió a sí misma recordando que debía respirar y después se aclaró la garganta, fijando de nuevo la vista en los ojos de ese hombre que había sido su único amor, pero al que había tenido que renunciar por una causa mayor.

—¿En qué puedo servirle? —dijo, consciente de que esas eran las primeras palabras que le dirigía en demasiado tiempo.

Él hizo una mueca que pudo asemejarse en cierto grado a una sonrisa. Levantó la mirada y observó cómo toda esa corte de curiosos estaba pendiente de él en ese momento. Durante los meses que habían estado juntos, por suerte habían sido capaces de ocultarse de la mayoría de personas de su alrededor y tan sólo unos pocos sabían del amor existente entre los dos jóvenes, pero cuando Rylan había sido expulsado por su padre y Alyssa había tenido que casarse con ese lúgubre hombre, no habían tardado en salir a la luz mil y un rumores de lo que podría haber sucedido. Y en ese momento estaban allí y todo el mundo sabía que la situación había cambiado completamente; Rylan había sentado a otra mujer junto a él en su silla y ella había permanecido seis años bajo el yugo de un mal hombre.

—En nada, por fortuna —respondió Rylan y Alyssa sintió un pellizco en su corazón—. Tan sólo quería comunicarle que, ahora que mi padre ha muerto y yo soy el nuevo duque, nada la ata a estas tierras. Puede volver con su familia.

 Puede volver con su familia

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Si algún día vuelves. #Wattys [Romance histórico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora