Capítulo 25: Impulsos

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Llegué al aula con diez minutos de retraso y poco aire en mis pulmones, para mi suerte la profesora Michaels aún no llegaba; localicé a William en su asiento sonriéndome de una forma cautivadora, le fulminé con la mirada sin poderlo evitar. Tomé asiento junto a Mary justo antes de que la profesora entrara.

La clase transcurrió con pereza, después de la pelea con Alice había apaciguado mi espíritu revolucionario y optado por ignorar los comentarios de la profesora. Mientras hablaba me puse a revisar mi celular, tenía algunos mensajes de Aria y Miguel y dos llamadas perdidas de un número desconocido a eso de las ocho de la noche.

La clase terminó y todos comenzaron a desocupar el aula, Jordan se despidió de nosotras mientras William se me acercaba sonriente.

-¿Dormiste bien?- preguntó burlesco.

-En realidad no- repliqué con molestia, Mary nos miraba confundida y comencé a recoger mis libretas.

-Ah, Vanessa, Colin volvió anoche, habrá una cena familiar y queremos que nos acompañes- me susurró con timidez.

-Seguro, me encantaría- acepté alegre.

Salimos con lentitud del edificio, William me sujetaba la mano, lo que borró todo indicio de molestia en mi interior. Ya en el estacionamiento Mary se paró en seco al vislumbrar el Mustang rojo de su gemelo. Seguí su mirada y encontré a Colin observándonos con cólera, en sus manos sostenía un ramo de rosas.

Alcé la mano que no entrelazaba con William para saludarle, pero me miró con enojo mientras caminaba hacia nosotros.

-No sabía que eras este tipo de mujer- exclamó despectivo.

-¿Disculpa?- me defendí encolerizada, pero el asombro me ganaba.

-¿Por qué no ahorrarme la pena y decirme que estabas con alguien desde el principio?- cuestionó arrojando las flores al piso con violencia. William colocó su brazo frente a mí para protegerme.

-Te recomiendo que te vayas- amenazó con voz seria.

-Ni de broma, ¿acaso no te molesta estar con alguien así?

William se tensó notablemente.

-Es la última advertencia- dijo con voz intimidante.

-Anoche fui a su departamento porque prometió darme una oportunidad, pero jamás respondió... ya veo por qué, tenía a otro hombre con ella, ¿de casualidad eras tú o fue alguien más?- Colin exclamó lleno de desdén.

Eso fue todo lo que William necesitó, en un segundo vi cómo arrojaba un puñetazo directo al labio de Colin y éste se tambaleaba hacia atrás tratando de recuperar el equilibrio. Al instante se enderezó y se abalanzó sobre William, pero él lo recibió con un golpe en el estómago; Colin se dobló de dolor.

-William, para, por favor- gritó Mary, que lloraba interponiéndose entre su hermano y él.

William chasqueó la lengua y se retiró aún colérico, salí detrás de él. Hasta ese momento me percaté de que una rueda de personas se había formado alrededor de nosotros para contemplar el espectáculo, entre ellos Alice reía sin parar.

-William, espera- exclamé sin aliento cuando estábamos muy alejados de la multitud y él se volvió hacia mí con expresión turbada.

-Vanessa, yo...

-Las cosas no sucedieron como dijo Colin, te lo juro. Me llevó a mi departamento después de cenar con Mary y me preguntó si podíamos reunirnos algún día, acepté en son de amigos y no le di nada de importancia, no volví a hablar con él después de eso, yo...- expliqué desesperada.

William se acercó a mí y me abrazó con fuerza, colocó su mano en mi nuca para que descansara mi cabeza en su hombro.

-No necesitas darme explicaciones- susurró en mi oído.

-¿No estás molesto?- pregunté en un hilo de voz.

-Estoy molesto por la libertad de ese idiota en expresarse así sobre ti, lo recuerdo y quiero volver a...-guardó silencio mientras se tensaba, le abracé con más fuerza.

-Gracias por todo lo que haces por mí, William- le dije sinceramente, sus hombros se relajaron y me miró con asombro. -Te debía un agradecimiento, ¿no?

William sonrió ante la excusa que nos sirvió para comenzar a salir, se acercó a mi rostro y me besó. Tomó mi cuello con una mano para acercarme más a él, sus besos eran rápidos, como si quisiera remover hasta el mismo aire entre nosotros, le correspondí colocando mis manos en su rostro. Al cabo de unos momentos nos alejamos lentamente unos centímetros.

-¿Estás mejor?- susurré sonriente.

-Mucho mejor- respondió antes de darme un beso rápido.

Nos encaminamos a su auto, me tensé ligeramente al acercarnos al estacionamiento temerosa de que la escena se repitiera, pero ni Colin ni nuestro público se encontraban ya.

-¿Irás a tu departamento?- preguntó tras el volante.

-Pensé que me habías extrañado- reproché.

-Me refiero a que tal vez estabas cansada- se defendió sonriente.

William me llevó a comer platillos tailandeses, reímos de cosas sin sentido y hablamos de nosotros mismos hasta que atardeció.

-De acuerdo, ¿cumpleaños?- pregunté colocando mis manos en la mesa tal interrogatorio.

-23 de agosto- respondió e imitó mi postura para burlarse de mí. -¿Tú?

-13 de febrero.

William me miró expectante, la sonrisa se le borró de golpe.

-Vanessa, eso es la próxima semana- reprochó.

-Pues discúlpame por nacer tan pronto- repliqué riendo.

-¿Por qué no me dijiste antes?

-No lo habías preguntado- me defendí, él parecía estar haciéndose un lío en la cabeza. -Ya, no es tan importante.

Me fulminó con la mirada antes de rodar los ojos, su expresión daba a entender que para él era muy importante y eso me enterneció.

Salimos del restaurante rumbo a mi departamento, tal vez le haría caso y dormiría un buen rato, ya sentía el cansancio del fin de semana. Cerré los ojos y me recargué en la ventana.

-Vanessa- me llamó despacio, lo que me hizo incorporarme.

-¿Sí?

-Quería preguntarte... bueno, quiero disculparme por lo de la escuela, no debí... debí mantener la compostura frente a esa situación, por lo menos por ti- habló con voz quieta y dubitativa.

-¿De qué hablas? Verte golpear a ese idiota es de mis recuerdos preferidos de Nueva York.

William trató de sonreír, pero se sentía turbado.

-Pobre Mary- concluyó.

-Pobre Mary- secundé.

Cuando aparcó el auto, me despedí de él rápidamente y me encaminé a mi departamento. Cuando subía las escaleras noté que estaban húmedas, me apoyé en la pared al subir a fin de no resbalarme. Llegué a la puerta de mi departamento y me percaté de que los charcos de agua que humedecían la escalera provenían precisamente de uno mucho más grande que emanaba de mi puerta.

Con el corazón en la mano abrí mi departamento, un torrente de agua me mojó el pantalón hasta las pantorrillas, observé mi pequeño lugar: estaba cubierto de agua alrededor de veinte centímetros.

Me abrí paso en la pila de agua para buscar alguna fuga o manguera rota que diera origen al desastre, pero me encontré con que el grifo de la cocina estaba completamente abierto, lo cerré extrañada y escuché sonidos provenientes del baño.

Me encaminé hacia la habitación para encontrarme a la regadera y el grifo del lavamanos en iguales condiciones que el de la cocina, cerré ambos de inmediato.

Salí a mi recámara para observar el desastre: mi ropa flotaba en el agua, mis cajones estaban volteados y los pocos libros que había adquirido desde mi llegada yacían destruidos en la cama... alguien había entrado en mi departamento.

Mi nombre es WilliamTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang