Capítulo 23: Jake

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-¿Y bien?- cuestioné con una sonrisa.

Estábamos ayudando a nuestro amigo a decorar su casa, sus hermanos limpiaban mientras Mary y yo colgábamos adornos y globos en el techo.

-¿Bien qué?- respondió mi amigo.

-¿Quién es el chico?- secundó Mary en voz baja.

-No tiene importancia- declaró Jordan rodando los ojos.

-Jordan, se ve que se derrite por ti- acusé, él guardó silencio.

-Conozco a Jake desde que se mudó aquí a los diez años, siempre me seguía a todos lados, cuando me fui a estudiar a Nueva York me abordó una noche antes para confesarme sus sentimientos, le dije que no podía corresponderle, pero aún no se rinde- reveló en voz baja.

-Eres un tonto, Jordan- sentencié. -Tienes a un chico bueno y noble al que le gustas desde hace tanto tiempo y lo tratas así.

-Si es por ello que lo trato así, no conozco a alguien más noble que él, ni siquiera Mary- comentó mirando a la chica con cara de disculpa, pero ella le sonrió. -Está mejor sin mí.

Mary y yo intercambiamos una mirada con disimulo, seguimos decorando en silencio. La tarde pasó, subimos a prepararnos para la fiesta, Mary optó por un pantalón negro y una blusa corta tinta que dejaba ver su ombligo; yo me vestí con el mismo vestido violeta que usé en la fiesta pasada de Miguel y unos tacones blancos de punta de aguja.

Cuando bajamos la sala estaba llena de chicos y chicas que ya habían encontrado las reservas de alcohol, la música sonaba fuerte a través de unas bocinas; encontramos a nuestro amigo rodeado de personas que le hablaban con entusiasmo y cariño, supuse que serían sus amigos de California. Alcé la mano para llamarlo, nos localizó y se disculpó con sus amigos.

-Se ven genial, chicas- gritó para escucharse sobre la música.

-Feliz cumpleaños- le abracé tras extenderle mi regalo, le había comprado una camisa de botones blanca que sabía que le encantaría. Mary me imitó y buscamos un sillón vacío. Nos sentamos junto a Jake, que observaba la situación con timidez entrelazando sus manos a la altura de sus rodillas.

-Qué bien que hayas venido- dije a su oído, él me sonrió agradecido.

-Gracias, pero para Jordan es que como si no lo hubiera hecho- declaró. Mary se le acercó con mirada perspicaz.

-Te contaré un secreto: Jordan se embriagará a eso de las doce, entonces deja de fingir y puedes hablar con él de manera sincera- le susurró, pero como estaba entre ambos pude escuchar con claridad.

Jake le miró con extrañeza, pero acto seguido sonrió. Miré a Mary asombrada, a lo que me respondió encogiéndose de hombros. Las horas pasaron con rapidez, todos bailaban y bebían, Mary estaba hablando muy amistosa con un chico alto y moreno, había perdido de vista a Jake y pensé en William.

Tomé mi celular, no había ni un mensaje de su parte, eso me entristeció. Cuando abrí su chat para conversar con él, un chico de alrededor de veinticinco años se me acercó. Olía a cerveza y eso me desagradó, era alto, de complexión musculosa y ojos negros como los míos.

-Hola, ¿eres de las amigas neoyorquinas de Jordan?- preguntó posándome un brazo alrededor del hombro, me zafé de su agarre de inmediato.

-No, con permiso- anuncié al ponerme de pie, el chico me tomó del brazo con fuerza y tiró de mí, caí de sentón en el sofá.

-¿Adónde vas? Apenas nos estamos conociendo- susurró con aliento a alcohol, unas náuseas me abordaron.

-No quiero conocerte, suéltame- ordené con fiereza, pero eso sólo le hizo sonreír; busqué a Jordan o a su hermano con la mirada, pero no encontré a ninguno.

Mi nombre es WilliamWhere stories live. Discover now