Capítulo 53: Renunciar

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Abria y cerraba mi boca, la verdad no sabía que decir me sorprendí de que le quisiera poner así no es que no me guste ni nada es sólo que me trae viejos recuerdos que para ser honesta eran muy dolorosos después de lo que vi no iba a ser fácil nombrar así a mi hija... A quien engañó; me gusta.

--¿No te gusta amor?-- me dijo-- no se lo ponemos si no quieres.

--Me encanta--sonreí entusiasmada.

Amaba a ese hombre más de lo que podía imaginar tal vez sonaba cursi y así pero era verdad me hacía tanta falta, no tenerlo cerca me hacía sentir como si me faltara algo.

****

Me moví por el ligero sonido que escuchaba trate de acomodarme en otra posición cómoda. Mi oído se agudizó más y escuche como si alguien llorara... como si un bebé llorara... mi bebé.

Rápido me levanté asustada viendo que pasaba Elise estaba colgando de cabeza llorando, se sostenía del edredón pero este ya estaba casi en el suelo y en cuanto a Alexa iba para donde mismo. Corrí a socorrerla y la cargue rápido antes de que cayera y se golpeara la cabeza.

--Ya paso-- ella seguía llorando en mi pecho. Fui hasta Alexa y la quite de la orilla de la cama.

Voltee hasta Leo y este estaba muy campante dormido en el sillón donde nos habíamos quedado abrazados. Podía pasar un terremoto y él ni en cuenta, que buen padre tiene mis hijas.

Estuve un rato tranquilizado a las dos pero por más que lo intentará ellas no dejaban de llorar. Cargue a la bebé y salí de la habitación las dos niñas seguían llorando y yo las mesia una y otra vez pero sus lloridos no sedian.

Entre a la cocina para darles el desayuno a las dos bueno un desayuno, a la bebé le daría leche.

--¿Quieres comer algo mi amor?-- una vez que pregunte eso dejaron de llorar sólo esperaba que no me volvieran loca.

De la nada apareció una persona que no conocía.

--¿Señora que hace aquí?-- algo en ella me parecía familiar, estoy segura de que no la conocía pero su rostro me hace recordar a alguien.

--Lamento la intromisión, mis hijas no han dejado de llorar y las traje aquí para que no incomodaran, se que todos están cansados y merecen dormir un poco.

--Esta es su casa, usted no está importunando a nadie-- empezó a decir y me ayudó con Elise y se ofreció a prepararnos el desayuno a las dos y se lo agradecía. Mientras ella preparaba todo la niña sacó todos los trastes de la gaveta y se puso a jugar con ellos mientras que yo alimentaba a la pequeña fiera que tenía mucha hambre.
Note como aquella señora me miraba mucho y me desconserte por aquello.

--Si tiene algo que decirme hágalo, lamentó mucho el desorden que mi hija está haciendo pero no se preocupe, lo limpiare. Dejaré su cocina impecable.

--No es eso-- titubeo-- sus hijas son muy hermosas igual que usted-- yo le agradecí por decir eso-- es sólo que le debo una disculpa-- parecía como su fuera a llorar-- mi hija fue muy grosera con usted, lamentó mucho lo que pasó-- ahora si estallaron sus lágrimas.

--¿Su hija?-- ok no entendía a quien se refería-- no se de que me habla señora.

--Mi hija Karla fue muy grosera con usted a pesar de que sólo nos ayudó dejo a mi marido en libertad, le perdono la vida-- ya entendía a lo que se refería-- la verdad tenía un poco de miedo en venir aquí, lo lamento mucho mi reina-- se arrodilló, no, no no este comportamiento no.

¿Vampiros? Mi Mate (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora