Capítulo 50: Sueños

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Cuando logré abrir mis ojos no podía ver nada, la oscuridad adornaba todo y no sabía dónde me encontraba, a lo lejos logré ver una pequeña luz por lo que me encamino a ella ¿qué había pasado? ¿Dónde me encontraba? ¿Qué había hecho Elise para que yo me encuentre en este lugar tan feo y qué era eso de que no la dejara cruzar? ¿Cruzar a dónde?

Cuando por fin llegue una luz segadora me hizo que cerrará los ojos hasta que me acostumbre al segador brillo logré ver pequeñas casas, jardines enormes y árboles frondosos pero todo sin excepción era blanco lo cual me resultaba extraño ¿en dónde me encontraba?

Camine mucho parecía que aquel mundo no tenía fin y eso que sólo llevaba unos minutos allí, a lo lejos logré ver dos siluetas que hablaban al lado de una esfera enorme de energía o lo que fuera. Me apresuró para pteguntarles donde me encontraba a medida que me acercaba vi que eran dos mujeres ambas llebaban dos vestidos blancos; una de piel morena y cabello rizado hablaba seriamente con la otra joven que se parecía a...

--AN-- la sangre se me fue hasta los pies y rápido corrí hasta ella para abrazarla y no dejará que cruzará ese portal, tal y como había dicho Elise ¿como esa niña sabía es? sí estábamos yo que se, ¿en el Reino de los espíritus?

Rápido ella volteo a verme con esos encantadores ojos verdes y ambos derramaban lágrimas de la carrera no pude frenar y ambos caímos al piso, su espalda chocó contra la fría superficie de suelo y yo me encontraba encerrado su delicado cuerpo con el mío, puse mis manos al lado de su cabeza y empecé a gritarle.

--¡Estas loca!, ¿por qué hiciste algo tan estúpido?-- le grite.Ella sólo me miraba fijamente preguntándose quien era yo-- que, ¿no me responderas?

--¿Leo?-- susurro confundida-- ¡Leonard!-- grito y me abrazo lo cual yo correspondí.

--No sabes cuanto de extrañe preciosa-- le dije.

--¿Qué haces aquí? No deberías estar en este lugar-- me reprendió.

--Tu cres que voy a dejar ir a mi presa tan fácilmente-- le dije con una mirada salvaje.

--Hablas como si fuera un pedazo de carne.

--Mi luna, sabes que eso no es verdad, tu eres todo para mi...mi vida Aneu-- no resisti en besarla.

--Bueno mi reina ya puedes irte. Esta vez a tu verdadero hogar-- aquella chica a la que desconocía hablo-- no te preocupes por el portal, e cambiado el curso.

--¿Volveré a verte?-- preguntó mi mate.

---No en mucho tiempo-- le contestó. Sabia a que se refería por lo que hable.

--No quiero ser grosero pero ella no volver a a verte-- le dije. Y ella me sonrio.

--Tu primero, alpha, ella te segura en seguida-- no muy convencido acepté y me metí a aquel portal de color rojo antes de perderme en el logré escuchar como aquella chica le decía algo a mi mate.

--No dejes que el pasado afecte tu futuro... No dejes que la verdad afecte quien eres-- fue lo único que escuche.

Desperté de golpe y ahora me encontraba en aquella habitación de hospital, rápido me levanté sintiendo como mi cabeza dolía.

--Estábamos preocupados hijo-- mi padre se acercó a verme-- caiste al suelo de la nada.

No les tome importancia y fui hasta la cama de hospital donde se encontraba An. Su respiración era lenta y podían escucharse sus latidos, los doctores lograron traer a de vuelta y ellos todavía se encontraban aquí.

--Señor debemos revisa...-- no pudo seguir porque un suspiro proveniente de la cama no lo dejo.

Ella abrió los ojos y se levantó de repente sujetaba su cabeza y vi unas lágrimas, corrí para abrazarla y todos hicieron lo mismo. Empezaron a bombardearla con preguntas, alagos reprimiendas y todo clase de cosa pero ella ni se inmutaba solamente escuchaba y dejaba que la abrazaran y regañaran.

--Pueden dejarme ya en paz-- al parecer ya se había artado-- quiero estar sola.

--Eso sí que no jovencita-- dijo Damián.

Durante las próximas horas se la paso descansando con Elise en brazos mientras que yo cargaba a mi hermosa bebé. Los doctores habían estado tan sorprendidos que despertará de la nada por lo que la hora previa de su despertar se la pasaron revisandola y haciéndole análisis para saber si estaba bien mientras que Javier, Victoria, mi padre, su padre y aquel vampiro llamado Santiago se la pasaban arreglando asuntos en la manada que estaban pendientes desde que ella se volvió la nueva alpha, y todas las demás personas se la pasaron junto a nosotros sin separarse ni un solo segundo, parecían chinches.

Después de un rato todos estaban plácidamente dormidos mientras que yo observaba a mi mate con la mirada perdida y muy pensativa mientras sobaba la espalda de la niña.

--¿A qué se refería aquella chica cuando dijo que no dejaras que la verdad afectará tú futuro?-- le pregunté.

--A nada-- fue lo único que respondió.

--Sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad? Yo siempre voy a estar a tu lado-- me acerque.

--Por supuesto Leo-- me volteo a ver-- no es nada importante, no te preocupes-- pero muy en el fondo sabía que era algo importante como para que ella llorara.

Aneu

Ahora me encontraba vagando por la manada observando como lucia y como eran las personas, para mi asombro no había ni una alma vagando por aquí a excepción de todos los guardias que debió de haber traído Leonard y Javier. Mientras ellos hacían su trabajo yo hacía el mío evitando que me miraran o sino tendría problemas, no basta con haberme escapado del hospital.

Así soy yo era momento de regresar a mis andadas y eso implicaba ser la fugitiva que todo mundo busca, logré llegar a una parte del bosque demasiado sospechosa.

--Creo que me he perdido-- le susurre a la nada. De pronto vi como una chica iba corriendo hacia algún lugar así que decidí seguirla, logre escabullirme con ella durante cinco minutos hasta que frenó y veía a lo lejos el lugar donde me tuvo cautiva durante días.

--A quien vamos a secuestrar-- decidí decir después de un largo silencio, ella volteo a verme e iba a gritar pero yo tape su boca para que no alertara a los guardias-- es mejor que no grites, solo si quieres que ellos nos escuchen.

--¿Quién eres tú?-- se alejó de mi.

--Nadie especial-- le contesté-- me vas a decir que haces sola por aquí.

--Vengo a sacar a mi papá

--¿A tu papá, de donde?-- pregunté. Me contó la historia de quien era su papá, un señor que trabajaba para el antiguo alpha hasta que la cruel de la reina vampiro llegó y lo encerró injustamente llevándolo hasta la muerte, no es que me importará lo que la gente pensara de mi pero el como esta niña se expresa no me agarda nada.

--Yo puedo ayudarte-- ella me pregunto como-- puedo hablar con la reina para que deja a tu papá en libertad-- sus ojos se iluminaron-- claro está que el no tenga ningún crimen que vaya en contra de ella.

--¡Te lo juro!, mi papá no haría algo así--me juro.

--Entonces vamos para que lo veas, yo me encargo de que nos dejen entrar-- salimos al camino principal rumbo a la entrada de aquel horrible lugar.
Yo se lo que es estar en un lugar de esos sin haber cometido ningún delito y por obvias razones no iba a dejar que se cometiera una injusticia.

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Besos enormes

❤❤

Sol🌞

¿Vampiros? Mi Mate (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora