30. Las obras de una escritora (1/2)

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Esta noche Ada está callada durante la cena, pensando en los sucesos del día. Apenas toca su comida y eso no es bueno, porque el cerebro es el órgano del cuerpo humano que más energía necesita. Tienes que comer bien y beber mejor. Pero no tiene interés ni en la botella de licor de limón. Tengo que hacer todo este trabajo sola y además encontrar un tesoro. La vida es dura cuando tienes una hermana tan perezosa como la mía.

"¿Cómo va tu novela?", me pregunta de repente.

"¿Tanto tiempo pensando en una pregunta tan corta?"

"No. Por supuesto que no. Estaba pensando en el código del tesoro, pero no importa por dónde lo mire: no veo solución. Tengo que intentar concentrarme en otras cosas o no seré capaz de dormir esta noche."

"Pues, concéntrate en este licor de plátano. ¡Está de bueno...!"

"Es de limón, no de plátano."

"Sí. Lo sé. Solo ha sido un truco mío para atraer tu atención en otra cosa. Mira lo que he escrito en el informe para Sandalio: 'Beber este licor es como si un angelito estuviera meando en mi lengua.' Mejor no lo puedo explicar."

"Pues, de verdad no es una explicación muy clara. Yo no tengo ni idea del sabor del pis de un ángel, pero me parece asqueroso."

"Oye, Ada, todo lo que viene del cielo es celestial, hasta la lluvia amarilla. Es un piropo muy grande para el licor."

"Lo siento, amor mío, pero si tú escribes una cosa que yo no entiendo, el error es tuyo. Una escritora tiene que escribir de una manera que sea clara para todo su público. Si entiendes lo que quiero decir."

"Una escritora puede hacer lo que a ella le dé la gana. Si el público no lo entiende..."

"Entonces, es que la escritora no es escritora sino una persona que pone las letras del alfabeto en el papel de forma aleatoria. Una cantante tiene éxito si la gente canta su canción con ella, una bailarina tiene éxito cuando la gente se levanta de su sillón para moverse, una actriz tiene éxito cuando la gente intenta copiar sus frases y sus gestos, la artista tiene éxito cuando la gente la admira y quiere ser como ella."

"To be like her or not to be like her. Ser o no ser como ella, esa es la pregunta."

"¿Quién ha dicho eso?"

"Pues yo. ¿Ves a alguien más aquí?"

"No, tonta. Esa frase 'to be or not to be', es de un escritor inglés que vivió hace trescientos años y sin pensarlo tú todavía la estás usando. Para esto no hacen falta palabras difíciles o frases complicadas. Solo hace falta que tengas ideas y que la gente entienda qué quieres decir. Déjame leer lo que has escrito hasta ahora, para que pueda ver si está claro o no."

"¿Escrito de qué?"

"Guapa, de tu novela, por supuesto. ¿No has dicho que vas a escribir una novela? Hace... nueve días si no me equivoco."

"Tú nunca te equivocas con los números, aunque yo no estoy segura si han sido nueve días. Parece que lo dije ayer..."

"Pues, enséñame lo que has escrito desde ayer..."

"Lo de la novela, es un poco complicado. Son cosas que tengo que preparar, pensar sobre los caracteres, el escenario, el hilo de la historia, el componente enigmático y los elementos de suspense... Tú no puedes entender todo esto, porque no eres escritora."

"Para caracteres, escenario y todo esto solo hace falta mirar por aquí para tener todo lo que necesitas. Solo tienes que escribir lo que te ha pasado desde que llegamos a Málaga... pues... lo de la primera noche con la fiesta en el club Oh-La-La... mejor que no escribas sobre eso... para no avergonzar a los hombres de ahí, ¿entiendes?... Pero el resto es como escribir un diario. Si no lo vas a hacer tú, lo voy a hacer yo, porque no hay nada más fácil que contar lo que ha pasado. Lo hacemos todos los días."

"No, amor mío, lo que haces tú todos los días se llama 'ser cotilla' y no hay ningún lector al que le interese leer sobre el divorcio de una bailarina o una actriz que no puede ver a sus hijos o una cantante que se enamora de un criminal y tiene que ir a la cárcel porque su amante intentaba usarla para blanquear el dinero de sus sobornos."

"Esto me interesa mucho..."

"No ha pasado de verdad, lo he usado como ejemplo de algo que nunca va a pasar, es fruto de la imaginación de una escritora."

"Pues, si te entiendo bien: todavía no has escrito ni una palabra de tu novela. Si sigues así, la vas a terminar cuando tengas cien años, guapa."

"Yo diría ciento doce años, pero tú eres la de los números y seguramente lo sabrás mejor que yo. Pero cuando dices que no he escrito nada desde que estoy aquí, tengo que decirte que te equivocas. He escrito dos novelas completas y un poema. ¡Para que lo sepas!"

"¡Ana! No me digas. ¿Dos novelas completas? Es fantástico. De verdad. Estoy muy, pero muy orgullosa de ti. Te pido perdón por mi crítica injusta, ha sido sin pensar. Es que... a mí no me has escrito ni una postal para Navidad y pensaba... pues..."

"No te preocupes, hermana. Equivocarse puede sucederle a todo el mundo... Primero a la más tonta, por supuesto."

Ádelfa y Ángora - una divertida aventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora