Capítulo 92

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- Mírala, la tardona.

- Ya, claro.- me levanté y le abracé.- No me dio tiempo ni a ducharme.

- ¿No pusiste la alarma?

- El móvil estaba apagado.

- Muy bien, Gio, inteligencia lo tuyo.

- Lo sé.- sonreí y nos volvimos a sentar.- ¿Qué tal el entrenamiento?

- Bien, bien, sin esfuerzos, ¿Y tú qué tal?

- Bien, sin novedades.- sonreí nerviosa y él levantó una ceja.- ¿Qué?

- No, nada, ¿Qué hablaron tú y Paulo ayer?

- ¿Ayer? No me vi con él.

- Antes de ayer.

- ¿Cuándo fuimos a su casa? Nada, le di las gracias por cambiar de opinión y él me dijo que yo tenía razón.

- Ese chico te quiere mucho para decirte eso.

- Sí...

- ¿Qué? ¿No es verdad?

- Sí, claro, supongo.

Él rió levemente y seguimos hablando hasta que nos tuvimos que ir, entonces nos despedimos y yo fui caminando hasta casa. Llegué y por fin me pude duchar, eligiendo mejor la ropa sin tanta presión y comiendo en la cocina lo primero que se me ocurrió hacer.

Terminé y fui al sofá, tumbándome mientras escuchaba música y entonces me dormí, despertando una hora después. Resoplé y me levanté, recogiendo mis cosas en un bolso y poniéndome el casco de la Vespa, saliendo de casa y subiéndome en ella.

Fui hasta Vinovo y aparqué en el parking cuando me dejaron pasar, después de dejarles la documentación y que verificasen que era yo.

Fui por los pasillos, intentando acordarme de donde estaba la entrada a las gradas. Salí por fin al aire libre y me senté en una de ellas, mirando el móvil y esperando a que salieran los futbolistas.

Cuando oí ruido y gente riendo, levanté mi mirada y dejé el móvil en el asiento del lado, buscándole con la mirada. Y me lo encontré riendo con Higuaín mientras que el pipa hacía tonterías. Pero él miró y se dio cuenta de mi presencia, entonces avisó a Paulo y me señaló, haciendo que se diera la vuelta y me viera.

Sonrió y me saludó con la mano y yo le imité el gesto, también saludando a Higuaín y a los demás que miraban y me saludaban, como Pjanic o Mario.

Comenzaron a entrenar y sentí nostalgia al acordarme de cómo eran mis momentos allí, riéndome con ellos en la cafetería cuando nos veíamos.

- ¿Gio?

- Rincón.- desvié mi mirada hacia él y le sonreí.- ¿Qué haces aquí?

- Eso debería preguntar yo.

- Pero yo lo hice antes.

- Vine a verles porque nosotros no teníamos entrenamiento y ya tenía todo listo para mañana. Te toca.

- Vine a verles igual.

- ¿Tú sola? Que raro eso.- se sentó a mi lado y me sonrió.- Me perdí algo.

- No, nada.

- ¿Segura? Porque yo creo que tú vienes a ver a alguien, no a todos.

- Puede.

- Han hablado de lo vuestro, ¿Cierto?

- Sí y más que hablar.

- ¿El qué? ¿Ya vuelven a estar juntos?

¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)Where stories live. Discover now